Ahora que abrió este hotel, estoy más que seguro que las inversiones subirán en menos de lo que planeamos.
Lo que me llamó la atención fue que ningún reportero se tirara a preguntar por la familia de Sol y la reciente muerte de Leonard que para el mundo aún es desconocida la causa.
Debo decir que igual para mí, aunque he intentado averiguar.
Estaba tan absorto en mis pensamientos, que un pequeño codazo me hizo volver a la mesa.
—¿Cómo fue que nos conocimos? — preguntas Sol mirándome de reojo con su codo sobre la mesa y su mandíbula apoyada en su mano — Hace un par de años atrás la compañía de Logan, contactó con la empresa y bueno él quería una ampliación en la sede central y yo acepté. Luego de que estuviera trabajando con Harry su primo, quise hablar directamente con el dueño de la compañía y de tanta insistencia logré ubicarlo —
—lamentablemente la relación entre Harry y Sol nunca fue buena y por ello, ella acudió a mí y así empezó todo — puntualizo la historia para no dar tanto detalle qué podría arruinar el momento.
—Nos alegra que ya se hayan comprometido, sin embargo, nos parece verdaderamente desconcertante el que nos hayamos terminado enterando junto a todos los invitados — refunfuña por lo bajo Pablo para que nadie más lo escuche.
—Creo que lo mejor fue eso abuelo — le habla Sol cortantemente.
—A decir verdad comparto opinión con Pablo, esta vez — habla mi abuelo Louis, quien se había mantenido en silencio desde que me vio llegar.
Y por su mirada puedo apostar a que sabe muy bien de las cosas que se dijeron allá arriba.
Narra Sol
—Deberían de conformarse con ser los primeros invitados para nuestra celebración del compromiso como también para nuestro matrimonio, que no será un fecha muy lejana — les dice Logan con seriedad.
Lo que hace que ambos abuelos se queden en silencio al no saber cómo responder a lo que mi prometido a dicho.
—Creo que deberíamos hablar de esto en otro momento, las personas ya están observando con mucha inquietud ante sus miradas de rivalidad y seriedad — interviene Zoe antes de que alguien más de otro argumento para alargar la conversación.
—Totalmente de acuerdo — concuerda Madison.
Asentimos sin contradecir para luego centrarnos en comer en silencio mientras que mi abuelo y el de Logan, hablan de vez en cuando sobre la economía.
Alrededor de las diez y treinta nos encontramos paseando por todo el lugar Logan y yo, mientras muchos hombres nos detienen para hablar un poco y saludar.
—¿Estás cansada? — pregunta mi prometido al acercar su boca a mi oído izquierdo.
—Un poco — le respondo suspirando — ¿Y tú? — le pregunto mirándolo de reojo al tener más pendiendo la mirada en sus manos acariciando mi abdomen plano.
—También — responde dejando un beso detrás de mi oreja.
—Me haces cosquillas — le susurro medio riendo al sentir un cosquilleo en la zona.
—Lo siento — se disculpa riendo. Lo que provoca que su respiración choque en mi cuello y más descargas recorran por mi cuerpo.
—¿Quieres que subamos ya? — pregunta luego de cesar su risa.
—Si quieres te quedas, puedo irme antes — le digo girando sobre mis talones para quedar frente a él.
—Quiero estar contigo — admite sin quitar sus manos de mi cintura.
—Entonces subamos juntos —
—Vamos a despedirnos de nuestra familia y nos vamos —
—Okey — asiento junto a una sonrisa.
Luego de despedirnos de ellos, nos alejamos y mientras intentamos avanzar nos despedimos de algunos invitados que no habíamos intercambiado conversación antes.
Al pasar por la recepción puedo ver que por los amplios ventanales se encuentra mucha gente fuera en pequeños grupos hablando, bebiendo y compartiendo lo que por lo visto le hace sonreír a Logan.
Subimos al ascensor sin problemas y mientras vamos subiendo Logan me abraza por la espalda.
A lo que sin vergüenza o desconfianza dejo reposar mi cabeza hacia atrás, entre su cuello y clavícula.
—¿Te sientes bien? — pregunta de repente.
—Claro que sí — le respondo sonriendo mirando hacia adelante donde está nuestro reflejo en el espejo.
—¿Cuándo piensas irte a Washington? — pregunta cuando las puertas se abren y él se aleja de mí, tomando mi mano derecha.
—Mañana por la noche — le respondo caminando junto a él.
—¿No irás a trabajar al llegar a Nueva York? —
—Por supuesto que sí — le respondo asintiendo — Pretendo ir luego de las doce —
—Deberías descansar e irte el domingo — murmura al colocar la tarjeta en la puerta. Haciendo que esta se abra sin problemas.
—Si pretendo volver antes del próximo fin de semana, debo irme en cuanto antes. Por eso es que he estado esta mañana organizando todo, Sin embargo... — me interrumpe.