Mary lo miraba sorprendida y dudosa, el corazón se le aceleró y le retumbaba en el pecho, era lo más bonito que le habían dicho en mucho tiempo. La había dejado atónita, sin palabras y totalmente paralizada, ¿le estaba proponiendo matrimonio?. Ella no sabía qué decir, Su mente había quedado totalmente en blanco y casi podía ver a los enanitos en su cabeza buscando la respuesta correcta.
Pero había alguien frente a ella que esperaba una respuesta, había dos personas en esa mesa que esperaban su respuesta y sobre todo había un restaurante completo en silencio esperando su respuesta.
— ¡Si! — Dijo con una sonrisa.
Esta simple respuesta hizo que el restaurante entero — que ya tenía su atención en ellos — estallara en aplausos. Él colocó el anillo en su dedo y se puso de pie y por impulso Mary también lo hizo, entonces él la tomó de la cintura, la acerco a él hasta que sus cuerpos chocaron el uno con el otro y la besó.
Al separarse se dirige a ellos con una sonrisa.
— Espero nos disculpen, pero no podemos quedarnos a esperar la cena, entenderán que tenemos mejores cosas por la cual celebrar que su boda. — dice victorioso, dejándolos con la boca abierta. — ¿Nos vamos amor?
Dijo con cariño hacia Mary, la cual solo asintió antes de ser guiada a la salida por él. Salieron del hotel aún de la mano y Mary estaba absorta en sus pensamientos.
— Gracias por aceptar — dijo con una leve sonrisa, por lo que Mary lo miro confundida. — la proposición de matrimonio, por un momento pensé que dirías que no y lo entendería si lo hubieras hecho, eso no estaba en los planes.
— S... Si — dijo Mary volviendo a la realidad, por un momento se había creído todo.
Enseguida soltó su mano y tomó distancia. Ya era de noche y las estrellas brillaban en el cielo y era tan hermoso que se detuvo a verlas y lo vio hacer lo mismo. ¿Qué rayos le pasaba? Lo acababa de conocer a penas esta mañana y ahora se sentía como si le conociera desde hace una eternidad.
— Lamento haberte besado — dice aún mirando las estrellas.
— ¿Tan malo fue? — dice en modo gracioso viéndolo de reojo.
— ¡No!... No es eso, besas estupendo, es solo que te Lo había prometido y falté a mi palabra. — dice nervioso con un leve sonrojo.
— Y siempre cumples tu palabra ¿No es así? — dice alzando una ceja y sonriendo.
— Siempre.
Mary se quedó mirándole pensativa, entonces ¿Por qué con ella fue diferente? Además, tenía mucha curiosidad referente a esto y no se quedaría con la curiosidad, quería, necesitaba saber.
— ¿Esto estaba en tus planes? Digo lo de proponerme matrimonio. — pregunta regresando a mirar el cielo, algo cohibida.
— Algo así — responde cerrando los ojos y respirando profundamente.
Más lo que responde no sacia la curiosidad de Mary.
— ¿Por eso compraste este vestido?
Él la mira, pensativo ¿Debía decírselo? Y luego suspira con un deje de tristeza.
— Ese ya lo tenía. — dice y su mirada va hacia el suelo.
— ¿¡Um!? — dice Mary confundida.
— Se lo iba a regalar en su cumpleaños, era dos días después de la boda.
Mary lo miraba atónita y enfadada ¿Le había dado el vestido de ella? ¿Qué clase de persona hace algo como eso? ¿Qué clase de persona todavía tendría esto guardado?
— ¿Y por qué me lo diste? — pregunta respirando hondo, no debería enojarse y menos por eso.
— Te ves hermosa con él — dice simple y sin mirarla.
— ¿Y el anillo? — pregunta ¿cómo es que tenía un anillo a la mano?
Él la mira, confundido.
— Lo guardaba. — dice volteando a verla.
— No es el mismo que le diste a ella, ¿cierto? — se queda callado lo que incentivo el enojo de Mary — Y ese discurso de pura cursilería lo habías escrito para ella, ¿Cierto?
En ese momento se sintió estúpida, únicamente la estaba usando para darles celos a ella. Eso no era para que ella se alejara, era para que ella se arrepintiera, para que vea lo que puede tener a su lado y vuelva. Y no sabía por qué esto la frustraba tanto.
— ¿Por qué te enojas tanto? Actúas como una novia celosa a la que estuve engañando toda la noche, tú sabías que todo esto era un engaño y te estoy pagando para ello. — dijo algo molesto.
Ella lo vio ofendida y dolida; ahí estaba de nuevo ese demonio, ese ser frío, sin sentimiento que ella odiaba tanto. Le había ayudado toda la noche, se había dejado besar por él y ahora la trataba como una mujer fácil, alguien que se estaba vendiendo. Si quería que las cosas fueran así, pues así serían.
— ¡Pues si y ahora yo me quiero ir, así que como solamente me compro por unas cuantas horas págueme ya y me iré! — dice furiosa.
Él la mira con culpa.
— Yo no quise...
— ¡¡Pero lo hiciste!! Solo dame el dinero y mi ropa y me iré ahora mismo. — dice interrumpiendo sus disculpas.
Suspira resignado.
— Es que tu ropa está en el departamento, te pagaré el taxi y mañana puedes venir por ello, no te preocupes por el dinero, te haré un cheque. — dice mientras saca su teléfono.
Ella evita su mirada, mientras él pide un taxi para ella. Al llegar el taxi ella se dirige hacia allá, más él la detiene.
— Mary, por favor, no quería ofenderte; es solo que actuar como mi novia cuando no lo eres. — dice incentivando su ira.
— ¡Claro! ¡¡Eres como los demonios que esperan a la oscuridad para mostrar su verdadera cara, porque cuando me necesitabas podías actuar como un cachorrito asustado, pero ahora que resolviste tu problema comenzó el plan, desechemos a Mary y me insultas por decirte la verdad!! — dice enojada y sin pesar dos veces antes de hablar, dejándose llevar por el enojo.
«Pues escúchame bien, ella es una arpía que parece querer acostarse con ambos hermanos y separar a tu familia. Y tú eres peor, eres patético y tu hermano también, ustedes prefieren separarse por ella que sacarla de sus vidas.»