Estaba tan turbado que no se dio cuenta cuando Esteban se apareció en el lugar, por lo cual se asustó al sentir la mano de él en su hombro.
— ¿La alcanzaste? — pregunta preocupado.
Andrés lo mira con apatía.
— No, ¿Te parece que la encontré?
— Solo quería ayudar. — dice con un suspiro y desvía la mirada.
— ¿Quién dijo que necesitaba tu ayuda? — dijo a la defensiva.
Enseguida Esteban se le salió una carcajada ¿Cómo podía ser que se parecieran tanto?
Mientras Andrés lo miro con el ceño fruncido ¿Acaso él le hacia gracia?
— ¿Te parezco payaso, para que te rías de mi? — pregunto ofendido.
Esteban detuvo su risa y lo miro serio.
— Me recordaste a alguien. — dice recordando.
Entonces Andrés se voltea para salir a buscarla en la calle, más es detenido por Esteban.
«Se donde está.»
Al decir esto Andrés voltea enseguida a verlo.
— ¿Dónde está? — pregunta ansioso.
— Buscala en la piscina. — y al decir esto se va.
¿piscina? ¿Qué haría Mary a estas horas en la piscina? Se preguntó confundido, a pesar de eso se apresuró por llegar allá y cuando llegó pudo verla sentada en el borde de la piscina mirando hacia el cielo. ¿Cómo sabía su hermano donde encontrarla?
Salió y se sentó junto a ella.
— El cielo esta hermoso. — dice de repente mirándolo, con media sonrisa.
Enseguida Mary se espanto, pues no lo había oído llegar ya que estaba perdida en sus pensamientos. Cuando vio que era él, desvió la mirada y se dispuso a marcharse, más él la detuvo.
— Mary — suspira y la suelta para volver a mirar hacia el cielo — te juro que yo no sabía nada, no fue algo que estuviera en mis planes — voltea a verla. — yo se que esto es difícil para ti, casarte con alguien que apenas conoces y por la cual no sientes nada en absoluto. Pero en verdad ahora necesito que me ayudes, te lo suplico. — La toma de la barbilla para que lo mire a los ojos. — mi padre se esforzó mucho para sacar adelante esta compañía, mi abuelo y no quiero perder el legado de mi familia, si no fuera importante para mí créeme que nunca lo pediría.
Mary lo miro con empatía, totalmente compungida, más enseguida se separó de él.
— No me casaré contigo Andrés. — dijo desviando la mirada. — esto llegó demasiado lejos, ¿Acaso estás dispuesto a casarte y continuar mintiendo a tu familia? Y si lo estás yo no. — decide verlo. — Andrés el matrimonio es algo muy serio que solo profesan las personas que en verdad se aman. ¿Cómo puedes ver a la cara a las personas y mentirles? yo no puedo, simplemente no puedo. Tu madre me está llamando hija ¡Por amor a Dios! — pasa las manos por su cabeza entrando los dedos en su cabello y dejándolos ahí.
Él retira las manos de su cabello y las toma entre las suyas.
— ¿Crees que no se eso? También es difícil para mí — dice con culpa.
— No parece. — libera sus manos. — Yo te veo muy feliz coqueteando con Liana todo el tiempo.
Él únicamente suspiró.
— Mary, únicamente piénsalo. Si yo no soy gerente general no puedo darte el empleo y sin el empleo no podrás pagar el tratamiento de tu madre. — dijo serio.
Mary lo miro con sorpresa ¿Acaso la quería chantajear? Claro, como siempre mostraba su verdadero rostro.
«No te quiero chantajear — dijo al ver su rostro desconcertado, como si pudiera adivinar lo que pensaba — Solo te estoy pidiendo que lo pienses. A los dos nos conviene esto.»
— No me casaré contigo Andrés. — dice recia y se levanta.
Empieza a caminar para irse cuando de pronto lo escucha decir.
— ¿Por qué estás siendo tan cruel? Dices que te interesas por mi familia, pero cuando te pido ayuda, ya no por mí, sino por ellos te niegas.
Mary se detiene enseguida.
« ¿ya no te importa tu madre o tu empleo? ¿¡Tanto me odias que prefieres perderlo todo a casarte conmigo!? — La ve voltear y mirarlo con odio. — Dime una cosa Mary ¿Cuánto tengo que darte para que lo hagas? — La miró frío.
Mary empezó a caminar a paso rápido hacia él y se detuvo en frente, mirándolo a los ojos con rabia y enseguida le pegó una cachetada con todas sus fuerzas, que le hizo voltear el rostro.
— Te quiero dejar una cosa en claro Andrés, si te ayudé fue porque yo quería, porque ni con todo el dinero del mundo ¡¡¡podrías comprar a una mujer como yo!!! Y espero que tengas claro que tu no eres quien para hablar de cuanto quiero a mi madre — sus ojos brillaron, pues tenía ganas de llorar en ese instante. — ¡¡¡Tú no sabes nada sobre mi!!! ¿¡Entendiste!? Así que no creas conocerme.
Andrés la veía furioso y con un lado de la cara rojo, por la cachetada.
— Bien lo has dicho, yo no te conozco. — dijo enojado. — no he conocido una persona tan egoista en mi vida, solamente sabes pensar en ti misma. — dijo con los dientes apretados. — ¿Qué quieres que haga? ¿Quieres que me arrodille? ¿¡¡¡Eso acaso te haría feliz!!!?
Mary lo miro dolida y las lágrimas brotaron de sus ojos, más los secó enseguida con molestia.
— Te diré Andrés, has lo que quieras, pero nada de lo que tu hagas me va a convencer. — voltea para irse cuando escucha.
— Mary...— Y de pronto un sonido de un golpe seco.
Enseguida voltea y ve a Andrés tirado al lado de la piscina, ¿¡Qué rayos!? Entonces sus ojos se abren con fuerza y empieza a correr hacia el con pánico.
— ¡¡Andrés!! ¿¡Qué pasa!? ¿¡Acaso no te dije que te bebieras la medicina!? ¿¡Acaso no lo hiciste!? — dice al llegar a su lado.
Se agacha a su lado he intenta tomar su temperatura, cuando de repente una mano la atrae hacia él envolviendo a Mary en sus brazos. Esto la dejó totalmente desconcertada ¿Había fingido la caída? Enseguida se enojó con él y empezó a golpearlo en el pecho.
— ¡¡Eres un estúpido!! ¿¡Acaso eres un niño!? ¡me diste un susto de muerte te odio! — Dijo entre lágrimas.
— ¡Lo siento, lo siento! — Dijo haciendo una mueca de dolor, entonces Mary dejó de golpearlo. — solo quería detenerte y no sabía como hacer para que no te fueras.