Cásate conmigo Mary

Capítulo 29

Al día siguiente Mary se levantó un poco más temprano de lo que solía hacerlo, se duchó y vistió de ropa deportiva, pues se había decidido ganarle a Esteban, además era una gran forma para quitarse el estrés acumulado en esas semanas. Antes de irse preparó algo de desayunar y café, entonces lo vio.

Un Andrés sin camisa y bostezando entraba a la cocina, por lo que enseguida volteó y sintió ruborizarse pues por su mente pasaron situaciones similares, cuando discutieron en su habitación y habían sido descubiertos por su madre, cuando se enfermó ella había tenido que cambiarlo y al despertar estaba durmiendo juntos, estaba totalmente roja así que trató de huir de la escena.

— Buenos días.— Dijo ella dandose notar. — creo que ya me voy.

Exclamó tratando de irse más él la detuvo.

— ¿Donde vas? — preguntó entre un bostezo.

Al parecer seguía algo dormido eso le dio ternura a Mary, más eso no quitaba que estuviese semi desnudo en la cocina, así que no volteó a mirarlo.

— Iré a correr, quiero vencer a Esteban la próxima vez que lo vea. — dice más él no la deja ir.

— No tienes que superar a mi hermano, tu prometido soy yo. — dijo adormilado.

Ok, está vez Mary si volteó a mirarlo sorprendida, pero tenía los ojos cerrados eso tenía más lógica, su cerebro aún no estaba funcionando, no estaba en sus cabales. Así que ignoró esa parte y sólo respondió.

— También quiero despejar mi mente un poco. — admite. — ¿Andrés? — preguntó al ver que no respondía. — pero ¿A qué hora te dormiste anoche?

Dijo al ver que estaba medio dormido, medio despierto.

Él bosteza.

— Me dormí hace unas horas, estaba resolviendo algunos problemas de la oficina y creo que me quede dormido. — admite. — pero me ducharme y bebere algo de café y estaré como listo para acompañarte.

La cara de Mary se había desfigurado por completo, sin saber cómo rayos estaba vivo, pues empezó a pensar que hacía eso a menudo.

— ¿A donde me acompañaras? — pregunta si terminar de entender.

— A correr. — trata de sonar seguro, pero le sale más como la imitación barata de un chino.

Mary trata de controlar la risa para no hacerlo enojar.

— Me niego. — dice simple.— Tu no beberas ningún café, te irás a dormir y yo iré sola a correr. — sentencia autoritaria.

De repente es jalada por el hasta el punto de quedar sentada sobre sus piernas y al ver que ella intenta levantarse pasa una mano por su cintura, por lo cual tuvo que colocar las manos en su pecho para no caer sobre él.

— De ningún modo. — dice dejando a Mary atónita y totalmente roja, aún más que antes por la situación. — No así vestida. — sentencia él también.

Mary lo miró con una ceja alzada, ahora divertida por sus palabras.

— ¿Cómo estoy vestida, Andrés? — pregunta divertida.

— Esa ropa está muy pegada a tu cuerpo. — dice serio.

Entonces ella no puede evitar reírse.

— Andrés es ropa de ejercicio y no me queda muy ajustadas. — más él solo estrecha los ojos en ella por lo que está rueda los ojos. Pero ¿Qué rayos le pasaba? — esta bien, sólo voy a correr en el jardín no tienes porque preocuparte. — sede.

Parecía un esposo celoso y tóxico, se levanta de encima de él tan pronto él afloja el agarré el su cintura. Totalmente roja.

«Ahora sólo ve a dormir o me voy a enojar mucho contigo y haré cancelar el matrimonio. — dice a modo de chantaje.»

Él asiente.

— ¿Sólo al jardín? — reafirma y ella rueda los ojos.

— Solamente al jardín. — asegura.

Solamente hasta que lo ve acostado, se va. Eso había sido algo muy raro, no quería volver a encontrarse en una situación así, más Andrés era raro en todas sus facetas, se rió y negó con la cabeza antes de empezar a correr dándole la vuelta a la casa-mansión que Andrés había comprado. Le tomaba mucho dar una sola vuelta por lo que si parecía que corría afuera. Ya iba por la vuelta número nueve, cuando se dio cuenta que había un auto negro vigilando la casa, pues ya había dado muchas vueltas y el auto seguía ahí.

Le había parecido raro desde el principio, era un residencial y los autos no parqueaban fuera de las casas, al principio pensó que estaba esperando a alguien, pero las horas pasaban y había llegado el medio día y el auto continuaba allí, aunque podría está vigilado la casa de enfrente, pero es que estaba muy serca de esta, eso en definitiva la puso en alerta. Enseguida volvió a la cocina y miró hacía afuera.

Entonces sintió que tocaban su hombro y de inmediato soltó un gritó.

— ¡¡¡¡Aaaaaah!!!!

Enseguida volteó y respiró profundo al notar que era Andrés, por lo cual recostó su cabeza en su pecho, mientras calmaba su respiración.

— ¿Qué pasa? — preguntó extrañado por su actitud.

— Vi un auto negro observando la casa... — niega con la cabeza se escuchaba como loca. — me asusté es todo.

El niega con la cabeza.

— No, nos seguía hace algunos días, pero pensé que se trataba sólo una coincidencia, al parecer no lo era. — dice serio mientras observa hacia afuera también. — llamaré a seguridad para que lo echen y si continúa llamaré a la policía, tranquila.

La abraza, sólo entonces puede respirar tranquila. Él hace una llamada y pronto la seguridad del lugar hace acto de presencia y el auto se retira.

— Pensé que estaba dormido. — Lo mira a los ojos.

Ya estaba bañando y vestido, así que se alejó, pues ella estaba sudada.

— Son las 1:00 pm ¿Cuánto tiempo pensaste que podría dormir? Tenemos papeles que firmar — le sonríe.

Entonces la detallada y traga en seco, definitivamente esa ropa era muy provocativa, además de había hecho una cola tejida resaltando sus pómulos, era provocativa, provocativa y sexy, y ahora no podía sacarle los ojos de encima.

Mary se removió incómoda bajo su intensa mirada y trató de salir de allí cuanto antes, cuando vio su vista fija en sus labios.

— Creo que me iré a bañar y en unos minutos bajó. — dijo mientras huía de esa situación, más sintió su intensa mirada en su espalda hasta que desapareció de su campo visual.



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En el texto hay: amor, disputafamiliar, dulce

Editado: 12.02.2022

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