Desde ese día ella no lo había visto, él salía del estudio cuando ella ya estaba dormida y cuando volvía de correr estaba en el estudio otra vez encerrado, si definitivamente supo que la estaba evitando. ¿Tan mal le había sentado aquel beso? — pensó Mary con dolor.
Un día había entrado a estudio y había encontrado botella de vino rotas, y esto la dejaba más confundida, le había contado todo lo que había pasado a Tatiana, la cual le había asegurado que eso debía ser por algo más, pero algo le decía que todo esto había sido por aquel beso o ¿tal vez no? Ya no sabía que pensar.
Ya había pasado una semana desde la boda y era jueves otra vez, días donde ella tenía que fingir sonrisas frente a todos, pues debía fingir estar en su luna de miel, además el tratamiento de su madre había comenzado y tenía que ser su apoyo emocional. Las personas del servicio había llegado el lunes tal y como Andrés había dicho y Laura una de las chicas de la limpieza que él había contratado se había encargado ayudarla con las compras, por lo que todo está repleto y Claudia, la madre de esta, se encargaba de cocinar.
Ya era de tarde cuando recibió una llamada de un número desconocido, pensó en no tomarlo, después de todo las personas que ella conocía las tenía registradas bajo un nombre. Más al final la curiosidad le ganó y descolgó la llamada.
— ¿Mary? — preguntó una voz masculina y se escuchaba algo preocupado.
— Si, ¿Con quién habló? — pregunta extrañada.
— Soy Álex el amigo de Andrés ¿Me recuerdas? — pregunta rápido.
— Claro. — responde aún sin entender. — ¿Cómo conseguiste mi número?
— Larga historia, ¿Estás dentro de la casa? — pregunta con la misma rapidez.
Esto la empezaba a preocupar.
— Si... ¿por qué? — responde mirando alrededor.
— Necesito que me hagas un favor. — No espero su respuesta y siguió hablando. — Necesito que tomes las llaves de la casa y entres al estudio de Andrés.
Mary frunce el ceño, pero inmediato y baja las escaleras rápidamente para ir en busca de las llaves.
— ¿Qué es lo que pasa? — pregunta asustada.
— Es que ha estado estresado estos días y ha estado bebiendo mucho y comiendo y durmiendo poco, no me responde las llamadas y estoy preocupado por él. — responde inquietó.
Y esto deja a Mary más asustada aún y frustrada por no poder encontrar las llaves.
— ¿Se ha vuelto loco? — dice totalmente enfadada, más su enojo era con ella misma por no haberse dado cuenta. — ¿Qué es lo que lo estresa tanto? — pregunta intentando comprender.
Entonces encontró las llaves y se dirigió hacia el estudio, logrando abrirlo en el primer intento.
— Creo que él debe responderte eso. — dice antes de colgar, dejándola con la intriga.
¿Qué había querido decir con eso?
Se apresuró en llegar hasta Andrés, pues lo vio con la cabeza recostada en el escritorio y pensó que tal vez se había desmayado, entró, lo movió un poco y comenzó a llamarlo preocupada.
— Andrés. — Lo llamo con suavidad y al ver que no reaccionaba continuó haciéndolo. — ¡Andrés!
Entonces lo vio levantar la cabeza y suspiró algo aliviada.
« ¿Puedes hablar? ¿te sientes bien? ¿Qué es lo que sientes? — pregunta como carretilla. »
— Mary calmate, ¿qué es lo que pasa? ¿Qué haces aquí? — preguntó con confusión.
Mary frunce el ceño de inmediato.
— Por qué te habías desmayado en tu estudio. — responde obvia.
— No Mary, estaba durmiendo es todo. — dice serio.
— ¿Dormido? — pregunta sin entender y él asiente. — ¿Pero qué pasa con la llamada de Álex? dijo que estabas muy mal.
No entendía nada ¿acaso había sido todo una broma?
— ¿Álex te llamó? ¿Cómo es que Álex tiene tu número? — pregunta sin entender, algo enojado.
— Dijo que era una larga historia — responde aún más confundida.
— Claro, cuando tubo mi teléfono. — dijo pensativo.
Mary lo miró sin entender nada.
— ¿Qué está pasando Andrés? Él me dijo que estabas mal por qué algo te causaba estrés y que tu me explicarías, entonces explícame. — pregunta exasperada.
— No pasa nada Mary, sólo un amigo traidor. — dijo la última parte como un susurro que Mary fue capaz de escuchar.
— Entonces será más fácil de explicar. — insiste.
...
Estaban en la cocina pues según Andrés tenía hambre, aunque ella pensó que sólo lo uso como escusa para no decile lo que pasaba, aún así aprovechó el hecho de que le iba a preparar unas galletas para su madre y cocino algo para él, ya habían comido y las galletas ya estaban listas, pero él no decía nada. Entonces Mary decidido jugar un poco con él para sacarle la verdad, por lo que metió sus manos en la harina y luego las ocultó detrás de su espalda mientas se acercaba a él.
— ¡Andrés! — llamo su atención.
Éste enseguida subió la mirada para verla y está aprovechó para poner sus dos manos llenas de harina en su cara, con una sonrisa.
« ¿No me vas a decir que te pasa? — preguntó bajando las manos por su cuello.»
Éste la miró atónito, totalmente sorprendido.
— ¿Qué estás haciendo? — pregunta tomando sus manos.
Mas ella sopla sus manos tirandole más harina y le sonríe victoriosa.
— Habla o paga las consecuencias. — le retó.
Sus labios se curvearon en una sonrisa que a ella no le gustó para nada y enseguida se soltó de su agarre y comenzó a alejarse de él, caminando hacia atrás, por lo que lo vio tomar un puñado de harina antes de comenzar a acercarse a ella.
« no, Andrés te pase sólo un poco de harina. — negó mientras caminaba hacia atrás.»
— ¡Oh, claro que si! — dice y se le acerca a paso decidido.
Enseguida ella voltea y empieza a correr por toda la casa, mientras él la perseguía, rodearon los muebles como diez veces antes de seguir corriendo mientras reían. Casi fue atrapada en el pasillo, más dobló hacia las escaleras haciendo que él sigiera de largo, por lo cual empezó a reír a carcajadas al llegar arriba, viendo que había tirado toda la harina en el pasillo. Más su risa se detuvo cuando lo vio subir las escaleras, entonces empezó a correr por el pasillo entrando a la última habitación, más tan pronto como entró se dio cuenta de su error, era su habitación, intentó buscar rápido un lugar donde esconderse, pero él fue más rápido y entró.