Cásate conmigo Mary

Capítulo 37

Ya eran las 10:00 pm cuando llegó a  casa, pues había pasado por unos tragos antes. Lo primero que vio al entrar fue la casa totalmente oscura ¿Qué rayos pasaba? — se preguntó extrañado. Enseguida  encendió las luces topándose con un sendero de pétalos de rosas rojas que lo condujo hacia el comedor, donde vio una cena romántica, con velas y todo.

Suspiró pesado ¿acaso ella había planeado todo eso? Y él lo había arruinado todo, paso sus manos por su rostro con frustración, definitivamente era un idiota.

 ...

Mientras Mary había llegado al hospital causando la sorpresa de Tatiana y su madre que compartieron miradas de confusión al verla allí parada.

 — Pensé que hoy no podías venir. — dijo su madre sin poder evitar la curiosidad.

 — Pensé que estarías feliz al verme. — hizo un puchero triste.

 — Claro que estoy feliz, pero pensé que tenías trabajo. — hizo una seña para que se acercara.

 — Pero mi madre es más importante. — le dedicó una sonrisa.

 Más Tatiana que ya sabía todo la miró con el ceño fruncido, por lo que ella artículo un «luego te cuento.»

— Y ¿Estás comiendo bien? — le pregunta a su madre.

 — No se puede decir que se come bien si se come esta comida. — dice tan seria, que Mary no pudo evitar reír. — es verdad, creo que si no me mata la enfermedad, me mata su comida. — dijo en forma de chiste.

 Más la risa de Mary se detuvo en seco.

— No digas cosas como esa, todavía nos queda mucho tiempo juntas ¿ok? — toma su rostro entre sus manos con suavidad.

— Es cierto, no es hora de pensar en muerte, usted aún tiene mucho por delante. — la apoyo Tatiana.

 — Bien, bien. Hablamos de vida entonces ¿Cuándo es que alguna me dará un nieto? — las mira en espera de una respuesta, más ambas sólo ríen incómodas.

 Este definitivamente no era el mejor tema para hablar, para ninguna de las dos.

Ya eran las 10:00 pm cuando la madre de Mary se durmió y ella pudo contarle a Tatiana lo que pasaba.

— Entonces la cena romántica fue un fiasco. — la mira con compasión.

—  No, es que no fue, ni siquiera llegó a ver la sorpresa. — suspira. — intento, de verdad que intento hacer lo que dices, pero me resulta imposible tener que besar a Andrés cuando se que está pensando en ella, que si ella hace algo se pondrá de su parte y no de la mía. Hubieras visto como la defendía. — dice triste.

Tatiana la mira con culpa, sino fuese por su consejo ella no estaría triste ahora. Pero la verdad no los entendía, no entendía que clase de relación tenían, ellos mismos se confundían el uno al otro. Suspiró.

— Creo que sería mejor que vuelvas. — dice logrando sorprender a Mary.

 — ¿A dónde? — pregunta confundida.

 —  A tu casa. — responde calmada. — tu madre no se despertará hasta mañana, así que lo puedes hacer.

 — ¿No escuchaste lo que te acabo de decir Tati? No quiero ver a Andrés, al menos no por hoy. — dice impactada por su consejo, no se explicaba que era lo que le pasaba por la cabeza al decir eso.

 — Lo sé, y es por eso que debes volver. — le asegura. — deja ya de guardaste las cosas, habla con él y definan esta relación y aclara las reglas del juego para él, déjalas en claro para que las entienda y si es preciso explotar pues explota, pero ya dejen de jugar a este juego absurdo, sólo siéntense y hablen de una buena vez. — dice con firmeza.

 Mary sólo la miraba fijamente, sentía que siempre que decía algo estaba en lo cierto, pero al mismo tiempo… no le parecía el mejor plan hablar con Andrés justo ahora, más asintió y se dispuso a irse a su casa, sonaba tan extraño decirlo — pensó con una sonrisa — “su casa”.

Detuvo un taxi y se subió, entonces se dio cuenta, un auto negro la seguía, había pensado que era sólo su imaginación, pero no, ¿era acaso el mismo auto de antes? Enseguida comenzó a asustarse ¿Quién estaba en ese auto? ¿Y por qué la seguía? — pensó angustiada.

Antes de que pudiera hacer o decirle algo al chofer del taxi se dio cuenta de algo más extraño, el chofer no iba hacia la dirección que le había dado, lo cual la dejo aún más preocupada. ¿Qué rayos pasaba? ¿A dónde se suponía que la llevaba?
...

Mientras en un bar de la ciudad.

— Hola. — dijo al verla sentada allí.

Esta al verla allí se sorprendió y su ceño se frunce.

— Señorita, no sabía que usted frecuentaba este tipo de lugares.— Le brinda una sonrisa.

— Yo tampoco sabía que bebías, pero no sabía muchas cosas sobre ti tampoco. — dice con una ceja alzada.

— No lo hago, hoy fue un día muy duro. — admite, mientras vuelve a beber de su baso. — no es que lo haga a menudo.

— Me imagino, llenar la oficina con esos afiches y al final que no sirvan de nada — sonríe. — porque los viste besarse ¿verdad? — dice con falsa empatía.

— No se de que me está hablando. — dice al instante nerviosa. — Y no tiene pruebas, así que es mejor que no lance falsas acusaciones.

— Querida pensé que eras más inteligente, aunque también pensé que eras una inocente chica dulce y tierna, pero ya lo vez. Resultaste ser toda una mosquita muerta. — dice intimidante. — Dime quien eres de verdad, porque ni siquiera tu nombre es tu nombre, ¿no es cierto? Lucía, me pregunto que dirá Andrés si se entera, o si, te despedirá, porque tu solo eres una simple empleada. — la mira con lastima. — pero no viene a este bar de mala muerte a decirte que voy a acusar, no, creo que tu idea fue genial, sólo que estuvo mal dirigida es todo, nunca debiste meterte conmigo, pero digo, se cometen errores no voy a juzgarte por eso, más me da mucha curiosidad ¿De verdad pensaste que Andrés iba a desconfiar de mí? — sonríe con suficiencia. — que ilusa, es más fácil que desconfíe de su familia que de mí.

— Si no me va a acusar, — dice totalmente harta de ella. — dígame que es lo que quiere y váyase, no tengo tiempo para perder con usted. — dice brusca.

 Ella la mira con una sonrisa, realmente las apariencias engañan, más le gustaba más esta que la de la niña buena que no propia ningún plato.



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En el texto hay: amor, disputafamiliar, dulce

Editado: 12.02.2022

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