…
Mientras el taxi había frenado, y para su alivió era la puerta del residencial, eso la hizo respirar con calma otra vez, estaba paranoica así que respiro hondo y le avisó al guardia que le abriera la puerta, al hacerlo el taxi pudo avanzar hasta quedar frente a la casa y después de pagarle se dispuso a entrar.
Al llegar encontró todas las luces apagadas, por lo que su ceño se frunce ¿no había llegado todavía? Intento encender las luces, pero alguien la tomo por la cintura desde atrás atrayendo su cuerpo hasta que chocaron el uno con el otro, más su cuerpo no se tenso, pues era una sensación que el conocía, un olor familiar.
— Volviste. — susurró contra su oreja, haciendo que su piel se erice.
Más ella lo apartó enseguida, notando el fuerte aroma a alcohol que tenía.
— ¿Estuviste bebiendo? — pregunta seria, aunque no se pudiera ver por la oscuridad.
— Un poco. — admite con una sonrisa.
Mary toma el tabique de su nariz, negando con la cabeza, mientras respiraba hondo.
— Estas borracho. — más que una pregunta está era una afirmación.
Mas aún así él decidió responder.
— No lo estoy, si lo estuviera no podría decirte esto. — toma su rostro con delicadeza. — lo lamento, tu tenías razón, la estuve defendiendo y estuvo mal. No volverá a pasar, Perdóname.
Ella lo mira con sorpresa ¿Admitía que se equivocaba así de fácil? Esto debía ser un sueño, más ahora se sentía mal que dijera eso.
— Está bien, creo que también me excedí al culparla sin ninguna prueba. — cede un poco también.
— ¿Eso significa acaso que me perdonas?
— Eso significa que si, pero no me la vuelvas a mencionar en tu vida. — dice seria.
— Te lo prometo. — le sonríe.
Ella baja un poco la mirada y se aparta de él.
— Necesitamos hablar. — lo mira a los ojos y el él asiente. — yo necesito saber ¿Qué es lo que somos realmente? Si tengo derecho a enojarme o solo… — respira hondo. — ¿Estamos saliendo? — va al grano.
El la mira confundido.
— Si, claro que sí, lo único que quiero es estar a tu lado. — afirma.
Ella le sonríe.
— Esta bien, entonces por favor háblame con la verdad ¿todavía sientes algo por ella? — pregunta dejándolo atónito. — si quieres que confíe en ti, confía en mi también y dime la verdad, sabes que me puedes contar cualquier cosa, así que no me ocultes nada.
— No te ocultó nada. — dice tratando de lucir seguro, pues la verdad era que si le ocultaba varias cosas. — en cuanto a ella, te aseguro que la estoy sacando de mi vida.
Ella sonríe algo triste “de su vida” ¿y qué tal de su corazón? Además, esa no había sido su pregunta.
— Me iré a dormir entonces, mañana ser a un largo día en la oficina. — dice yendo hacia las escaleras, más es detenida por Andrés.
— En realidad, quería hablar de eso contigo. — dice haciendo que su ceño se frunza. — es que los accionistas quieren conocerte.
— ¿Qué? ¿no me habías dicho que era solo presentar el acta? — preguntó confundida.
— Si yo sé que lo dije, pero ellos me presionaron, dicen que es un riesgo que me casé con cualquier mujer, sólo por conservar mi puesto y como nuca te conocieron creen que es una estafa. Por favor. — le implora.
Mary suspira sólo estaban poniendo excusas, para sacarlo, pero al mismo tiempo...
— ¿Y no lo es? — pregunta recordando que en verdad no conocían mucho el uno del otro.
Él la mira con el ceño fruncido.
— Claro que no, estamos saliendo y estamos casados, quizás antes sí, pero ya no. — dice convencido.
— Pero… — respira pesado. — ¿Qué conoces en realidad de mí? O ¿Qué conozco de ti? Somos un par de desconocidos, no sabes casi nada de mí, no sabes lo que me gusta o lo que no y tampoco se eso de ti, no sé lo que te lástima o lo que te hace feliz, no sabemos casi nada. — dice poniendo las manos en su rostro con frustración.
Él toma sus manos retirándolas de su rostro.
— No necesito saber todo eso ahora, lo que necesito saber ya lo sé. — dice mirándola fijamente. — sé que eres la chica más terca que existe en este mundo, la más peleona, la más celosa. — dice haciéndola reír. — también que eres la chica más fuerte e inteligente que existe, que no te das por vencida fácilmente, que eres dulce, tierna y cariñosa, sé que eres hermosa no sólo por fuera y que eres comprometida y leal, das todo por tus seres queridos ¿dime que más debo saber para que me gustes o para confiar en ti? Eres perfectamente mi imperfecto desastre favorito, lo demás puede esperar y ya vendrá con el tiempo. — le sonríe. — entonces ¿Qué dices, confías en mí?
Ella lo mira y asiente, para luego abrazarlo.
— Siempre. — le susurra.
— Entonces ¿harás esto conmigo? — le pregunta al separarse.
— Esta bien. — dice con una sonrisa. — ¿Qué es lo que tengo que hacer?
— Es una fiesta de disfraces, así que la prensa no verá tu rostro. — le asegura para que estuviera tranquila. — lo único que tienes que hacer es presentarte conmigo.
— Esta bien, pero no habrán bailes ¿verdad? — dice algo preocupada.
Él sonríe al instante.
— Todas estas fiestas tienen bailes, pero… ¿Qué es lo que te preocupa? — dice curioso.
Ella baja la mirada avergonzada.
— No me gustan los bailes, es todo. — dice con un puchero, cual niña pequeña.
Él ríe y da un toquecito en su nariz, haciendo que está alzará la vista.
— No sabes bailar ¿No es cierto? — le pregunta con gracia y ella niega con la cabeza totalmente avergonzada. — yo te enseñaré. — dijo simple.
— ¿Tú?
— Si, las clases comienzan mañana, entonces procure llegar a tiempo señora Korner. — dijo con gracia sacándole una sonrisa.
— Claro señor Parsons. — dice para luego dar la vuelta y subir las escaleras, más nuevamente es detenida.
— Una cosa mas. — baja la mirada, haciendo que ella lo mire con curiosidad.— ¿Puedo dormir contigo está noche?
Rápidamente su cara de tiño se carmín ¿Dormir con ella?