Mary ríe con sarcasmo y su ceño se frunce.
— Estas bromeando ¿no? — pregunta esperanzada más él permanece serio. — ¿Qué es esto, un todos contra Mary? Andrés ¿Cómo es que él no me puedo hallar en todos estos año, pero para ti fue tan fácil? Andrés ¿Es tan acaso todos locos? — dice enojada no esperaba que él también se pusiese de su parte.
— Cariño. — tomó sus dos manos. — te entiendo ¿ok? — ella asistente. — Pero debes saber que yo viví su lado de la moneda también, y en verdad tuvo un accidente, también duró mucho interno en coma. — la miró fijamente. — él no está mintiendo y apuesto a que te ama, recuerdo que una vez fui a visitar… — se detuvo, omitiendo lo que iba a decir. — a visitar su casa y él ni siquiera me reconoció, así que puede ser que él no te recordaré.
Ella lo mira con lágrimas en los ojos.
— ¿Desde cuando sabes esto? —pregunta extrañada, ¿por qué no le había dicho nada? Y ahora decía esto de pronto.
— Lo supe desde que hablé con tu madre aquella noche. — admite.
— ¿por qué no me dijiste nada? — se separa de él, poniéndose de pie.
— No creí que fuera el momento, ya que ese día fue cuando te encontré llorando en el pasillo y cuando te volví a ver parecías odiarme. — suspira. — Después no creí que me creerías.
Él se acerca a ella para limpiar las lágrimas de sus ojos.
— Aún así, eso no justifica que jugará con dos mujeres y que les partiera el corazón a ambas, si no hubiese sido por eso nada hubiese pasado, además, todo lo que viví no se borra porque tu me digas esto. — dice renuente.
— Lo sé y lo entiendo, pero tu mereces dejar ese pasado atrás, mereces dejar el dolor y eso sólo lo logras perdonando. — toma su barbilla con su mano para luego besar sus párpados haciéndole ríe. — sólo inténtalo.
Ella le dedica una sonrisa triste, era muy curioso que eso viniera de él precisamente.
— Lo intentaré, sólo con una condición, quiero hacer un trato contigo. — dice llamando su atención. — negociemos, yo acepto darle una oportunidad a mi padre, si tu le las una oportunidad a Esteban. — le propone. — ¿entonces, aceptas? — le extiende su mano.
Él sonríe y niega con la cabeza, antes de tomar su mano y jalarla hasta él, para luego besarla.
— Es una tortura casarse con alguien experto en finanzas ¿no? Todo el tiempo están negociando. — dice rodando los ojos y ella sonríe. — pero no sé porqué, aceptaría todos tus tratos sólo para sellarlos de esta forma, así que aceptó.
Entonces la volvió a besar, era un beso lento y suave que pronto cobro rapidez, por lo que ella pasó sus manos por su cuello y este tomo su cintura pegándole a él, mientras se besaban cada vez más apasionados. Entonces de pronto se escuchó el sonido de la puerta, más él la ignoró, mientras bajaba por su cuello donde dio un pequeño mordisco, erizando toda su piel.
— Andrés…— trato de decir más el hilo de sus pensamientos se perdió al sentir sus manos por debajo de su falda.
«Toc, toc, — se escuchó otra vez.»
— Andrés, hay alguien en la puerta. — dijo con la voz agitada.
— ¿Eso importa? — dijo mientras trataba de des abotonar su camisa.
Vuelven a tocar la puerta.
— ¿Señor está ahí? — pregunta su asistente.
Más él no se detiene en ningún momento, por lo que Mary es quien lo separa, para que la escuché.
— Puede ser algo importante. — le dice para que atienda.
Él pasa las manos por su cabello con desesperación y ella ríe al ver su cambio de miradas entre ella y la puerta.
— Sabías que esto es muy cruel ¿no? — ella ríe más fuerte y le señala la puerta para que vaya. — ¿Pasa algo Sofía? — dice entrando las manos a sus bolsillos para luego acercarse a la puerta.
— Necesito que me firmé unos documentos de su casa.— Dice haciendo que Mary que se acomodaba la ropa, frunza el ceño.
¿Papeles de su casa? — pensó confundida. — ¿de qué hablaba?
— ¿No puede ser mañana? — pregunta contrariado.
— Es que el comprador quiere que sea lo más rápido posible. — insiste.
Vio hacia Mary que ya estaba completamente vestida otra vez y suspiró con frustración, esto lo estaba enloqueciendo, ¿cómo era que nunca podían tener cinco minutos de privacidad?
— Pasa. — dijo yendo hacia su escritorio.
Está abre la puerta y al instante ambas fruncen el ceño, ella porque al parecer no espero que Mary continuará en la oficina y Mary por su cambio radical de niña buena y dulce a parecer una prostituta barata: su falda era mucho más corta y el escote de su blusa mucho más acentuado que en la tarde, además su cabello sedoso estaba suelto y su maquillaje era mucho más notable, parecía estriptis y le pareció que en cualquier momento se quitaría la ropa.
Al pasar la sorpresa fue hasta el escritorio de Andrés y se paró de su lado del escritorio para luego poner los papeles allí e inclinarse hacía él mostrando escote, pues era obvio que Andrés no la necesitaba tan cerca para firmar, además de pasar su cabello hacia un lado dejando ese lado de su cuello libre, todo esto bajo la atenta mirada de Mary, de verdad que la vergüenza no existía en su vocabulario. — pensó Mary enojada.
Enseguida se inclinó Andrés notó el olor de su perfume, pues era un aroma conocido para él, era el mismo que usaba Mary.
— ¿perfume nuevo Sofía? — pregunta mientras firma lo documentos.
— Si, ¿le gusta? — dijo con una sonrisa coqueta.
En ese momento Mary estuvo apunto de pararse y arrastrarla por todo el edificio, más de ordenó a si misma el mantener la calma y controlar sus emociones, mientras la asesinaba con la mirada.
Entonces Andrés sintió la vista de Mary sobre él y sonrió.
— Claro, huele delicioso. — dice a propósito.
Enseguida Mary lo mira con una ceja alzada y se levantaba del sillón en el que estaba.
— Ya me voy. — avisa tomando su saco, para irse a la puerta.
— ¿Cariño? — dijo detenido a Mary, la cual guardo todas sus ganas de matarlo antes de voltear con una sonrisa fingida. — ven un momento, quiero tu opinión sobre algo. — dijo serio, aunque moría de las ganas de reír.