Cásate conmigo Mary

Capítulo 42

Salió del coche y se adentró en el hospital, encontrando a Mary hablando con el doctor Hernández, mientras este sonríe. ¿Nunca se libraría de ese médico de quinta? — pensó fastidiado.

Enseguida se acercó con una sonrisa y la beso en los labios.

— ¿Buenas noticias cariño? — dijo abrazando su cintura desde atrás.

— Mamá responde bien al tratamiento, así que tiene muchas probabilidades de que pase más de un año.— Se voltea a abrazarlo, totalmente feliz.

Él le devuelve el abrazo y aprovecha para fulminar a Héctor con la mirada, también para articular un inaudible “aléjate de mi esposa. “

— Son excelentes noticia, gracias doctor. — dice Andrés y este asiente y se va. — ¿Qué te parece si vamos a verla? — propone y ella asistente.

 Caminan hasta la habitación de su madre donde encontraron a Tatiana. Enseguida entró, fue a abrazar a su madre feliz y luego a Tatiana, la cual le susurra al oído.

— Creí que no tendría sobrinos tan pronto. — dice graciosa.

— ¿De qué hablas? — pregunta con confusión.

Ella señala las marcas en su cuello, por lo que Mary abre los ojos con fuerza, en verdad deseaba que su madre no las hubiese visto, de inmediato soltó su cola de caballo, para cubrir su cuello y Tatiana ríe con más fuerza, llamando la atención de todos y una mala mirada por parte de Mary, quien le propició un pequeño codazo.

— ¿Qué pasa? — preguntó la madre de Mary curiosa.

— Nada. — dijo Tatiana aún riendo. — sólo hablábamos de una película de vampiros, ya sabe de eso que le chupan el cuello a las damiselas. — dijo con humor.

Enseguida Mary se puso tan roja como una manzana, por lo que Andrés río también.

— No entiendo como es que ese tipo de películas les causa gracias. — dijo la madre de Mary haciendo que rían más. — pero en fin, estuve hablando con tu madre. — dijo hacia Andrés. — y ambas nos preguntamos ¿Cuándo tendremos nuestro primer nieto?

Dice logrando que los ojos de Mary casi se salieran de órbita ¿Qué clase de pregunta era esa? La querían matar de un infarto.

— Yo me pregunto lo mismo. — dice Andrés con una sonrisa.

Mary lo mira atónita, de verdad que se arrepentía de haberlo traído, puso sus manos en sus mejillas para cubrir lo roja que estaba su cara, era un desastre.

Ya su madre se había dormido y los tres iba de salida, por lo que se ofrecieron a llevar a Tatiana, a la que Mary le ofreció quedarse con ella, después de todo había mucho espacio en esa casa, más ella no aceptó, supuestamente por que ellos necesitaban espacio de pareja. Y después 5 minutos, justo a las 10:15 p.m. Llegaron a su casa.

Entonces ambos entraron y subieron las escaleras. Más cuando Mary intento abrir la puerta él la detuvo, por lo que Mary lo mira sin entender.

— Vamos, sabes que hay algo que no terminamos. — toma su otra mano.

— Pero ya estoy cansada y tengo sueño, sólo quiero ducharme y dormir. — lo mira con un puchero.

— Esta bien. — suspira resignado y la besa. — buenas noches. — empieza a caminar.

— ¿Dormirás sólo hoy? — pregunta extrañada.

— Creo que será lo mejor, es demasiada tentación para mi. — dice con una sonrisa y se va.

Enseguida se va Mary entra a su habitación y se ducha, para luego ponerse su pijama, en cuanto lo hizo recordó lo que había pasado ayer y su desesperación al decir que no se fuera. parecía amarla mucho y aunque ella quisiera que no fuera así, lo era, después de todo era su primer amor, pero ahora  él estaba con ella y pronto olvidaría a esa mujer. Salió del baño con ese pensamiento y fue a dormir.

Mientras en su habitación Andrés había llamado a Álex.

— No entiendes la noción de temprano ¿no es así? — dice con gracia y ambos ríen.— No importa, porque también te quiero contar algo.

— ¿Así? Eso me suena a encontré a la chica de mi sueños. — dice con una sonrisa.

— Algo mejor, mi destino. — dice y Andrés rueda los ojos. — voy a salir con mi jefa.

— ¿Pero qué sucedido con el Ángel y todo eso?. — pregunta serio.

Álex suspira triste.

— Pues eso pasó, era un ángel y los Ángeles se quedan en el cielo, ellos no bajan a la tierra para casarse conmigo. No la he vuelto a ver y así mejor, quizás era una señal para que me quedara en este empleo y la conociera, es una mujer maravillosa la debes conocer. — dice con una pequeña sonrisa.

— Pero ¿Tú jefa no te dobla la edad? — dice sin entender.

— Si, eso no importa. — dice al instante.

— Y tiene dinero y una hija, tu no tienes nada más que tú departamento un trabajo de abogado en esa compañía ¿Crees su hija vaya a aceptarlo? Te verá como un oportunista, dime algo ¿la amas siquiera? — esto de verdad era ilógico.

— No, no aún. — se apresuró en decir. — pero eso llega con el tiempo.

— No creo que su hija piense así, además ¿no estabas ya enamorado? — le recuerda.

— Si, pero como ya te dije, los ángeles no bajan del cielo, para casarse contigo. — repite cansado de su insistencia.

Entonces ¿por que su ángel si lo había hecho? ¿Por qué seguía a su lado? ¿se iría como en aquel sueño que tuvo? Por más que quería detenerla algo los separaba más y más, hasta que no la puedo ver más, lo extraño es que ella parecía no querer irse.

— ¿Sigues ahí o ya me dejaste hablando sólo? — preguntó, pues ya que lo había llamado varias veces y no había contestado.

— Sigo aquí, sólo me dejaste pensativo con esa frase. — responde.

— Perdón, olvidaba que tu si lograste el milagro ¿Cómo está? — trata de cambiar el tema.

— Dormida supongo. — responde.

— ¿Por qué me llamaste? — va a punto, todavía tenía un par de contratos que revisar.

— Necesito un abogado. — dijo simple.

Mary ese día se levantó y un poco más temprano, pues Andrés así se lo había pedido, por lo que a las cuatro de las madrugada ya estaba bajando las escaleras.

— Definitivamente estas loco. — se queja bostezando y se sienta en la mesa.— Sólo quiero volver a dormir, además ninguna tienda está abierta a esta hora. — hace una rabieta.



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En el texto hay: amor, disputafamiliar, dulce

Editado: 12.02.2022

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