Al salir se encontró con Andrés que la estaba esperando.
— ¿Qué fue eso? ¿Lo conoces? — preguntó de inmediato.
— Nada, no pasó nada. — aseguró. — ¿Por qué querías verme? — dice yendo al grano.
— ¿podemos por favor hablar está noche? — pide mirando a un punto detrás de ella.
Ella frunce el ceño, pensó que quería hablar ahora, sin embargo, no importaba si era ahora o luego ¿no? Siempre cuando hablarán.
— Está bien. — se separó de él para irse.
Enseguida se fue Andrés se acercó a Alfredo que aún miraba a Mary alejándose.
— Muy linda ¿No? — le sonríe.
— Hermosa. — remite, sorprendido a Andrés.
— Y es mi esposa. — dice totalmente serio.
— Yo no vi un anillo en ese dedo. — dice con una sonrisa de superioridad.
— Eso no quita que sea mi esposa. — dice enojado por su cinismo.
— Y tampoco que pueda dejar de serlo muy pronto. — dice para luego ponerse serio. — No te confundas Andrés, no estoy dispuesto a decirte que no cuando si, desde ahora te digo que yo siempre voy de frente por lo que quiero y tú esposa es mi objetivo.
Dice desafiante, sorprendiendo a Andrés.
— ¿Crees que vas a poder? Ella es mi esposa y tu… — hace como si pensará. — No eres nadie, no me intimidas.
— Interesante, ella no te conto de lo que hablábamos o ¿sí? No te contó que salió conmigo hace tiempo o que bailamos juntos en la fiesta de disfraces ¿o te lo dijo? No, creo que no. — Sonrió. — cuídate Andrés.
Dice y se va dejándolo allí parado totalmente atónito. ¿habían sido novios? ¿por qué no dijo nada?
«¿Qué fue eso? ¿Lo conoces? — se repitió en su cabeza. — Nada, no pasó nada.» se repite en su cabeza, ¿por qué no le dijo la verdad?
Entonces sintió una mano en su hombro.
— Te lo dije, ella nunca te va a hacer feliz ¿Sabes por qué no te lo dijo? Es porque todavía siente cosas por él. — susura cerca de su oído, había escuchado toda la conversación entre ellos y claro que la usaría a su favor. — así como yo no te puedo olvidar a ti. — tomó su rostro y lo acerco para luego besar su cuello. — porque una chica nunca olvida su primer amor. — besa dos dedos para después ponerlos en su boca.
Enseguida él se separa, no entendía ¿por qué se había quedado quieto ante tus caricias? Quizás porque se sentía traicionado o quizás porque aún la amaba, como fuera no lo iba a seguir permitiendo.
— Aléjate de mí, tu misma dañaste nuestra relación y ahora ya no queda nada. — dijo frío.
— ¿Seguro? — lo sujeto del cuello y se acercó a centímetros de sus labios, haciendo que su corazón lata con mayor rapidez. — tu corazón dice otra cosa.
Y al decir esto sonríe y se va satisfecha.
…
Esa noche Andrés tenía mucho trabajo, por lo que ella se habían ido sola, lo que la dejó más confundida, pues pensó que iban a hablar, pero otra vez era pospuesto. Al llegar lo primero que vio fue un ramo de flores y una caja de bombones. Tan pronto lo vio se acercó a y las olfateo, eran sus favoritas girasoles, ¿pero quien las había traído? — le invade la curiosidad, así que llamó a Laura, la cual llegó rápidamente.
— ¿Si señora? — dice tan pronto llega.
— ¿Quién las trajo? — señala las flores.
— Las enviaron por mensajería y como dijeron que era para usted las aceptamos. ¿estuvo mal? — pregunta preocupación.
— No, está bien, en serio. — se apresuró en decir. — Pero ¿quién las mando?
— No lo sé, supuse que había sido el señor.
Mary sonrió, no podía creer que Andrés tuviera un lado cursi, si esto era para que lo perdonará, lo estaba logrando, más ¿por qué no las entregaba en persona y listo? Así hubieran podido hablar.
— Gracias Laura, puedes retirarte. — dijo y se dispuso a ponerlas en agua.
¿Cómo sabía que esas eran sus flores favoritas? Quizás Tatiana o su madre, sonríe y toma un bombón, nunca le habían regalado nada como esto, así que probó uno, entonces su teléfono comenzó a sonar.
— ¿Qué pasa Tati? — pregunta con una sonrisa, al desbloquear la llamada.
— ¡¡Woh!! Alguien está de mucho mejor humor ahora.
— Bueno, aceptaron mi propuesta y mi esposo me regaló flores y bombones. — dice feliz.
— ¿En serio? No conocía ese lado de Andrés. — dice sorprendida. — siempre parece alguien muy serio.
— Yo tampoco, pero me gusta. — aseguró
— Bien, bien, pero necesito que vengas mañana, temprano para nuestra noche de chicas. — dijo eufórica.
— Discúlpame Tati, no voy a poder mañana, mi jefa me dejó a cargo del proyecto, por lo que yo debo ser quién convenza al inversor, tendré una cena de negocios con él mañana. — dice apenada.
— ¿En tú cumpleaños? Eso no es justo. — se queja.
— ¿mi cumpleaños? ¿es mañana? — pregunta confundida.
— Mary claro que es mañana, sé que no te gusta celebrarlos, pero pensé que al menos vendrías a ver películas o algo, pero pasar tu cumpleaños trabajando es un desperdicio. — dice sin poder creer que se haya olvidado de su propio cumpleaños.
— Quizás pueda pasar después de eso, así que no te preocupes. — dijo para calmarla.
— No creo que puedas de todas formas, tu esposo no creo que te deje salir.
Dice haciéndole reír luego se despiden y ella cuelga y suelta el bombón que se estaba comiendo, pues le sabía muy raro, definitivamente no le gustaba el sabor, por lo cual se sacó el pedazo que tenía en la boca ¿Qué rayos le echaban a ese tipo de chocolates? Las personas ricas tenían gustos raros, fue a enjuagar su boca, antes de que se extendiera el sabor y luego bebió algo de leche para quitar el sabor, si todos tenían el mismo sabor, no se comería ninguno.
…
Ese día no pudieron hablar, pues cuando Andrés llegó ya ella estaba totalmente dormida, más hubo algo que llamó la atención de Andrés. Entonces llamó a Laura, la cual vino rápidamente.
— ¿Me llamo señor? — dice esta al llegar.