…
Mientras Mary había ido a acompañar a Tatiana para que pudiera conversar con Esteban, pues ya había hecho una cita para verse o más bien Mary la había hecho. Al llegar a su casa Tatiana la miró con susto y preocupación, por lo que ella le contó lo que había pasado y después de unos largos minutos contándole, está concluyó que debían cancelar el compromiso con Esteban, más como ella ya sabía que más que por su herida lo hacía por sus nervios, se negó rotundamente a cancelar y se la llevó casi a rastras al lugar de encuentro.
Al llegar al lugar pudieron ver a un Esteban totalmente nervioso sentado a la distancia.
— No puedo hacer esto. — dijo enseguida tratando de regresar.
Enseguida Mary la detuvo.
— Por favor Tati, ya estamos aquí y él está allí, estas a sólo un paso de la verdad ¿por qué no hacerlo. — la trata de animar.
— Más bien a cincuenta. — trato de bromear, más ella se mantuvo sería.
— Si no lo haces por ti, al menos hazlo por tu hijo ¿No crees que él merecería que se sepa la verdad de por qué sus padres se separaron? — dijo recta.
Ella la mira dolida. si ese argumento había sido muy cruel, pero ella sabía que de otra forma ella no lo haría y tenía que presionarla, sino toda su vida viviría con ese dolor y no quería eso. Tatiana respira hondo y asiente.
Entonces empieza a caminar hacia Esteban, el cual al se levanta inmediatamente al verla.
— Si viniste. — dice con una sonrisa nerviosa. — cuando Mary me dijo que vendrías realmente no lo creí, pero estas aquí. — hace notar su felicidad.
— Si, y por lo que ves no es por mi propia voluntad, así que vayamos al punto. — dice seria y se sienta. — comienza antes de que me vaya.
Dice y Mary sólo se sienta junto a ella tomando su mano, por lo que Tatiana se sintió más confianza.
— Entonces ¿por dónde quieres que comience? — pregunta algo desanimado ahora.
— Empieza por él principio, cuando te busque por todas partes para explicarte y tú te habías ido. — le recordó para apresurarle, cada palabra que salía de su boca era más punzante y filosa que la daga de un asesino.
— Si, lo hice porque estaba enojado, te vi besarte con mejor amigo ¿cómo querías que estuviera, además terminaste conmigo por teléfono, sólo por salir con él. — dice afligido.
— ¿De qué estás hablando? ¡¡¡Pensé que ibas a decir la verdad no a inventar cosas!!! — se levantó furiosa e Iracunda de la silla.
Enseguida Mary la detuvo.
— Cálmense los dos. — dice con firmeza y serenidad haciendo que Tatiana se vuelva a sentar. — ¿ella te llamó y terminó contigo? ¿Era su voz? — pregunta con sospecha, tratando de aclarar todo esto.
— Pues… no, en realidad fue un mensaje de texto. — confiesa.
— Ahora, Tati ¿hubo un momento de ese día en el que perdieras de vista tu teléfono? — esto debía tener alguna lógica.
— Claro que no, yo… — se detiene, pensativa. — las chicas, por eso lo hicieron, por eso me buscaron pelea en las duchas. — ¿cómo no se había dado cuenta antes?
— Así que ellas pudieron enviar ese mensaje. — concluye Mary. — y hacerle pensar que eras tú.
— Pero eso no quita que le hubiera mandado miles de mensajes y que no me respondiera ninguno. — dice renuente.
— En realidad, ese día rompí el teléfono… me enojé mucho porque me escribiste eso y lo lancé. — le explica.
Ella lo mira con duda, recia, no podía creer en lo que decía, aunque tuviera sentido.
— Pero, aun así, no me buscaste, sólo diste por hecho lo que decía ahí, además te busque y estabas en una fiesta ¿esa era tu forma de extrañarme? — lo mira reticente.
— No, pero estaba despechado y mis compañeros me convencieron que era la mejor forma de olvidarte y… y yo solo…. Sólo necesitaba sacarte de mi cabeza por un par de segundos. — la mira, deseoso de que ella le crea.
— ¿Dices que es mi culpa entonces? ¿Es mi culpa que acostaras con ella? — pregunta sin poder creer lo que escuchaban sus oídos.
— ¿De qué hablas? — pregunta, confundido.
— Ja. — río sarcástica. — ahora dirás que es mentira también, si te vi con mis propios ojos. — lo mira con desprecio. — puedes engañar a Mary, pero a mi no, yo ya te conozco.
— ¡¡¡Pero te juro que no sé de qué hablas!!!! — le aseguró desesperado.
— No seas cínico, yo te vi Esteban, te vi en la cama con Melany y ambos estaban desnudos, media escuela los vio también, no puedo creer que tengas la cara para negarlo. — dice dolida, se levanta y se marcha sin que Mary pueda hacer nada.
— Síguela — le dice a Esteban rápidamente y este la mira sin entender. — que la sigas ahora, si la quieres recuperar será mejor que empieces a correr!! — le dice para que espabile.
— Pero ella… — dijo no muy seguro de eso.
— Yo la conozco perfectamente y te digo que la sigas, pero si estás dispuesto a perderla para siempre quédate aquí, no hagas nada y piérdela. — enserio su mirada hacia él.
Él la mira con duda y pasa las manos por su cabello sin saber que hacer, más rápidamente se levanta y la sigue haciéndole caso. Mary sólo esperaba que no se estuviese equivocando y perdiera a su mejor amiga por esto.
…
Esteban la buscaba desesperado, no podía haber ido muy lejos, hasta que la distinguió entre la multitud y rápidamente la alcanzó y la detuvo.
— ¿¡Esteban no lo entiendes!? — dijo tratando de soltarse. — ya…
— ¡¡¡Cállate!!! — gritó sorprendiendo a Tatiana. — ¡¡¡Por una vez en tu vida has silencio y escúchame!!! — dijo y aprovechó su sorpresa para hablar. — si, si fui a esa fiesta, pero lo único que recuerdo es haberme tomado un par de tragos que me dio Malcome, después de eso sólo recuerdo haber despertado en el hospital días después. — dice dejando atónita a Tatiana. — los doctores le habían dicho a mis padre que entre en coma por alcohol y drogas, pero te juro que sólo tome lo que me dio.