Cásate conmigo Mary

Capítulo 59

Ya había pasado una semana y era jueves otra vez, llevaba todo Ese tiempo sin verlo y aunque ahora entendía un poco mejor su punto de vista, aún no podía perdonarle, por lo que no quería volver allá, pero todas sus cosas estaban en su casa y no podía seguir usando la ropa de Tatiana, por lo que decidió ir por sus cosas.

Ese día Mary fue en la tarde (ya que en ese horario él trabajaba) a buscar sus cosas. Antes de hacerlo entró a la habitación de su madre, ahí estaban todas sus cosas. Al arreglar aquel cuarto nunca pensó que las cosas terminarían así, nunca pensó que ni siquiera ella iba a llegar a usar está habitación. Se sentó en la cama y colocó sus codos sobre sus piernas para luego unir las manos y cerrar los ojos con fuerza.

La extrañaba demasiado. Lo gracioso — pensó ella. — era que, si estuviera viva, ahora mismo estaría tratando de hacer que se reconciliarán y negándose a que Andrés no supiera de la existencia del niño.

Ojalá hubieras llegado a conocer a tu nieto. — pensó dolida. — seguro esa noticia te hubiera encantado.

Se levantó y fue hasta su habitación, esa que había empezado a compartir con Andrés, suspiró al entrar allí ¿Era ese el Adiós? Parecía que si. Recogió sus cosas y le pidió a los  guardias que la ayudarán a bajar las maletas. Ya iba de salida cuando lo vio llegar, al verla su rostro se iluminó completamente, más cambió súbitamente cuando vio las maletas.

—     ¿Qué está pasando? — la mira con temor.

—     Te estoy dejando Andrés. — baja la mirada.

—     ¿¡¡qué!? ¡¡¡No!!! No puedes decidir eso sola, por favor hablemos. — dijo con desesperación.

—     No Andrés, ya está decidido. — dijo firme, no podía permitir que la convenciera.

—     Esto es por lo de Liana, Perdóname yo… — trato de decir.

—     No, no te disculpes por favor ¿Cuántas veces lo harás? Estoy cansada de escucharte decirlo y siento un sinsabor y un nudo en la garganta cada vez que lo dices, porque quiero perdonarte, pero ya no puedo, por eso te dejo. — le explica con dolor.

—     Pero no puedes hacerlo, te necesito a mi lado. — le rogó.

—     No es lo que quiero escuchar.  — le dedica una sonrisa triste.

—     ¿Qué quieres escuchar entonces? Dímelo y lo diré.

Ella le dedica una mirada triste y termina de bajar los últimos escalones que le quedaba para acercarse y besarle. Andrés estaba atónito y confundido ¿lo estaba besando? ¿Qué significaba eso? Entonces ella se separó.

—     Yo… no puedo decirte eso, es algo que tienes que descubrir tu solo. — baja la mirada. — yo te amo Andrés, te he amado desde hace mucho tiempo — lo mira fijamente. — pensé sobre esto por mucho tiempo, quizás era yo la culpable de tus inseguridades por no darte la confianza suficiente, pero no. Eres tú  que sigues sin elegir, porque no tienes seguridad en ti mismo, ni en tus decisiones, no estás seguro si me amas o la amas a ella, porque tengo sólo la mitad y ella tiene la otra.

« no lo puedo soportar más. Tu mismo lo dijiste somos hermanas y por eso te pido que elijas a una de las dos, porque yo no estoy dispuesto a seguir peleando por tu amor, toda mi vida he soportado, aguantado el dolor sin mostrarlo a los demás, encerrándome en mi y guardando todo para mí, pero ya no quiero hacerlo, y pensé que contigo lo lograría, pero sigues dudando, no estás seguro aún de lo que sientes y  yo no te quiero compartir, por eso aclara tus pensamientos, tus sentimientos, tu corazón y luego me buscas y si no, pues… — baja la mirada. — yo entenderé. Pero decide pronto, porque puede que si lo piensas demasiado, llegues tarde.

Trato de alejarse, más él la retuvo con lágrimas en los ojos.

—     Por favor. — le rogó poniéndose de rodillas, sorprendiendo a Mary. — te lo imploro… No me dejes, si me amas, no te vayas.

Dijo mientas abrazaba sus piernas.

—     Andrés, por favor entiéndeme… Ya está decisión está tomada. — trataba de sonar firme, pero su voz de flagelaba.

—     Te juro que no me volveré a acercar a ella, haré sólo lo que me pidas perdón… por favor no me dejes. — rogó entré lágrimas.

—     No… — su voz de corta. — no lo entiendes, entiendo porque dijiste eso en el hospital, entiendo que sólo pensabas con lógica, lo entiendo, entiendo que trabaja contigo, también lo entiendo. — le asegura. — pero mi corazón siempre pensará que la amas a menos que digas esa palabra, esa que nunca me has dicho.

—     Sólo dime cuál y te aseguro que te la voy a decir todos los días. — se aferró más a ella. — Por favor hablemos, Perdóname, no me hagas esto, moriré si te marchas, no lo voy a soportar. — dijo entre ruegos y súplicas.

¿por qué tenía que hacerlo tan difícil? Tomo su rostro con sus manos y limpió las lágrimas en él.

—     No es un adiós. — le aseguró. — es sólo un hasta luego y el resultado depende de ti.

Le dedicó una sonrisa, para luego separarse y marcharse, pasó junto a él y se fue. Entonces él se dejó caer al suelo y empezó a llorar, se habían ido y había sido su culpa completamente, sólo podía llorar.

Por otro lado, al salir Mary se derrumbó contra la puerta llorando, le dolía hacer esto, pero sabía que sería peor si seguía soportando. ella sólo quería que todo esto acabará y para eso él tenía que decidir a cuál de las dos amaba o cual sentimiento era más fuerte, si ella se quedaba a su lado él nunca lo haría y en parte todo esto era su culpa, por haber soportado hasta este punto.

Se puso de pie y tomó su maleta para luego marcharse, sólo esperaba que está fuera la decisión correcta.
...

Después de eso Mary volvió al departamento de Tatiana, más enseguida empezó a buscar un departamento, después de todo, no podía seguir viviendo con ella toda la vida y menos cuando ella había empezado a salir con Esteban. Él domingo ya había encontrado uno, por lo que le aviso a Tatiana su decisión, la cual no estuvo muy de acuerdo, por el contrario, se opuso totalmente.

Apenas ¿hacia una semana de la muerte de su madre y ella se mudaría sola? Eso a ella no le parecía correcto, después de todo hasta ahora era ella quien la obligaba a alimentarse y cuidarse. Le daba mucho miedo que, estando sola, no cuidara su salud y la de su hijo . Pero con lo terca que era su amiga también sabía que no la iba a llegar a convencer, no le quedaba de otra que apoyarla y visitarla a diario, pues sabía que no estaba bien, aún la escuchaba llorar cada noche antes de ir a dormir.



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En el texto hay: amor, disputafamiliar, dulce

Editado: 12.02.2022

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