— ¿Qué rayos? ¡Andrés! — lo llamo enojada.
¿Dónde se metió?
— Tómalo con calma. — dice Tatiana entre risas.
— ¿Con calma? No puedo tomármelo con calma, cuando siempre hace lo mismo. — suspira frustrada.
— ¿Qué pasa está vez? — pregunta Liana cómica.
— Andrés le dio los dulces a Andy y le dijo que no se lo dijera a Mary, pero adivina que fue lo primero que hizo Andy. — dice cómica.
A mí no me produce nada de risa.
— Lo puedo adivinar. — dice Liana viéndolo correr por toda la casa. — ¿Y ya encontraron al susodicho?
— Si lo hubiese encontrado no estuviera tan enojada. — vuelve a reír.
mientras yo trato de sacarle los chocolates de la boca a Andy. Entonces veo a Britany entrar a la cocina llena de chocolate también y soy yo la que ríe.
— Esto debe ser una broma. — dice sin poder creerlo. — ¡Esteban! — dice molesta y este llega de inmediato acompañado de Alfredo — ¿cómo puedes malcriarla tanto? Le das todo lo que te pide. — lo mira con enojo. — Esto significa noches de no dormir por parásitos. — dice angustiada. — y después yo termino siendo la mala del cuento. — hace un puchero y cruza sus brazos.
— Sabes que esto es tu culpa. — la acusa y mi amiga lo mira ofendida. — si no le hubieras heredado toda tu belleza, pudiera hacer algo, pero ella es igualita a ti, no puedo negarles nada. — la acusa.
Mi amiga le sonríe y se acerca para besarle.
— Tú la irás a bañar justo ahora. — dice seria cuando se separan. — eso te enseñará a ser más responsable y a hacerle caso a la madre y no a la hija.
Él la mira con un puchero, pues pensó que lo había perdonado. Desde que se habían cansado todo había sido así, no sabía cómo, pero ella siempre lograba que Esteban hiciese lo que ella quisiera, incluso antes del matrimonio, ya desearía yo tener ese poder.
Yo cargo a Andy en mis brazos, espero seriamente que él esté buscando a Marilyn o no quedará nada de él cuando llegue. Estamos en la reunión familiar de cada año, por lo que invitamos a todos a las vacaciones está vez y a mí me está a punto de dar un señor infarto, por ver a Andy lleno de chocolate cuando ya lo había bañado, suspiro, está debe ser una broma.
— ¿Qué pasa contigo? — me acerco a Liana.
Como lo habíamos dicho habíamos comenzado de cero y debo admitir que nos hemos llevado bien, hasta la estaba aprendiendo a conocer, por lo cual me doy cuenta que algo está mal cuando se queda callada por un largo tiempo, ya que siempre es el centro de atención.
— No me pasa nada. — finge una sonrisa.
— Claro y la azúcar es salada y la miel amarga. — dice Tatiana con humor. — además desde que llegó, ella y Alfredo no dejan de lanzarse miradas.
Liana la fulmina con la mirada y ella se encoge de hombros.
— ¿Pasa algo entre ustedes? — la miró fijo. — sabes que puedes contarme.
Ella suspira.
— Lo sé. — ambas la miramos expectantes. — es que tenemos una relación. — nos miramos con una sonrisa. — pero no la clase de relación que ustedes piensan. — dice rápido. — es sólo… ya saben encuentros casuales que terminan en algo más.
— ¿son amigos con derecho? — pregunta Tatiana asombrada.
Ella asiente.
— ¿Y tú aceptaste eso? — preguntó y ella vuelve a asentir. — ¿Entonces cuál es el problema? — la miro sin entender.
— Ya sé. — dijo Tatiana. — tú quieres algo más formal.
Ella niega con la cabeza.
— ¿Entonces? — vuelvo a preguntar.
— Me dijo que siente cosas por mí y quiere formalizar la reacción. — nos miramos extrañadas otra vez ¿dónde estaba lo malo? — pero yo no quiero una reacción formal, quiero seguir como estamos, así que le dije que no. — explica.
— ¿Y él que dijo? — pregunta Tatiana.
— Me dio un ultimátum, dijo que me daba una semana y si seguía sin querer formalizar la reacción, pues preferiría terminar. — rodó los ojos.
— ¿Y tú no sientes nada por él? — pregunto con sigilo.
— Claro que él me gusta, creo que hasta me estoy enamorando de él. — dice obvia.
— Ahí está, formaliza la relación entonces. — dice obvia Tatiana.
— Pero, es que… — baja la mirada. — no estoy lista, no estoy lista para una relación formal.
— ¿Eso crees? — la miró con fijeza y ella asiente. — ¿vas a cometer el mismo error? Él sabe que estas lista y tú lo sabes también, pasaron siete años, pero tu sigues en el pasado. — la reprendo. —no tienes que tener miedo porque te ama.
— Pero ¿Qué pasa si cometo los mismos errores? No quiero dañar nuestra amistad y que luego se aleje de mí. — dice con frustración.
— Él conoce todos tus errores, los vivió contigo, no va a dejar que eso arruine su reacción. ¿sabes que si la puede arruinar? Tu inseguridad y tus miedos, créeme yo se mucho de esos. — la mira seria. — si dejas que se aleje, después no te quejes si lo pierdes.
Liana bajo la mirada, para luego subirla con una mirada triste y media sonrisa.
— ¿Cómo es que eres la hermana menor, pero maduraste primero? — la mira con una sonrisa triste.
Sonrió y la abrazó.
— Sólo sé que es la inseguridad y que te la hagan sentir no es nada lindo.
Justo en ese momento veo a Andrés entrar a la cocina con Marilyn en sus hombros y lo miro seria. Él saluda y se acerca a besarme, más lo esquivó, por lo cual su ceño se frunce.
— Amor — me mira con ojos de cachorro.
— Nada de amor. — trato de permanecer seria, pero hace esa carita de cachorro triste tan bien que no puedo evitar reír. — ¿por qué eres tan irresistible? — lo besó y él toma mi cintura para profundizar el beso, mientras con la otra agarra a Marilyn.
Trato de repararlo más él continúa con el beso, dejándome sin aliento, entonces se separa.
— Papi de le come la cara a Mami. — dice Marilyn haciéndonos reír a todos.
Entonces él se acerca a más a mí.