Cascabel

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Ricardo maldecía, insultaba impotente ante su realidad, Gestas solo levanto el arma y asesto un limpio disparo en la frente el orificio de entrada biselado con las orillas de la piel de la frente cauterizadas, gestas alcanzo a ver como el cuero cabelludo de la parte trasera de la cabeza se alboroto un poco por la salida de la bala que iba acompañada por pequeñas astillas de hueso y el chorrero de sangre.

-Al fin, misión cumplida dijo Gestas para sus adentros, lo más difícil ya estaba hecho, lo demás eran acciones ya automatizadas.

Corto con una pequeña navaja los amarres que tenían sujeto el cuerpo a la silla y de una patada lo echo al suelo, que se empezara a desangrar aunque sea de poquito, paso a cambiarse de ropa para el trabajo sucio, lo que le facilitaba las cosas era que siempre fue un hombre muy ordenado, en una bolsa negra de las que se usan para basura tenía varios overoles desechable con capucha, guates y botas de látex y en una maleta negra de asas tenía su equipo "quirúrgico" que se limitaba a un cuchillo afilado de acero inoxidable muy bueno porque se iba en la carne y cartílagos como si fueran de mantequilla, un arco con hoja de segueta y tres seguetas de repuesto por si las moscas.

Saco el cuchillo de la maleta, estaba envuelto en una franela roja y se dirigió al cuerpo realizo un fino y profundo corte que se abrió paso fácilmente entre arterias venas cartílagos y los duros tendones, la tráquea puso una mínima resistencia pero cedió, tenía que tener mucho cuidado pues el jefe quería la cabeza para mostrarla y tenía que verse impecable con cortes que no dejaran colgajos de tejido especialmente la tráquea pues siempre a la vista resultaba muy muy grotesca., el cuerpo empezó a desangrarse rápidamente, miro de reojo la cara de su "amigo, hermano" y la expresión del rostro le provoco un fuerte espasmo en el estómago que le bajo hasta los huevos, y le empezaron a dar temblores en el parpado derecho y alrededor de la boca, la noche había estado especialmente estresante y sintió que apenas podía respirar, duramente jalaba el aire hacia sus pulmones, se quitó los guantes de látex y fue a donde su pantalón por un churro, sin duda la marihuana era el mejor de los ansiolíticos y todo drogo lo sabía, empezó a calmarse y decidió tomarse un rato hasta que pasara ese episodio de ansiedad se sentó en el suelo y se recargo en una de las paredes de la caverna y poco a poco fue abrazado por la deliciosa inconsciencia de la droga que lo paseaba en su vaporosa barca por el rio de Leteo.




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