Caso 1 |libro Interactivo|

4

La decisión de patrullar la casa parecía sensata en ese momento, así que avancé con precaución, cada paso resonando en el silencio. La atmósfera era pesada, y la sensación de ser observado persistía.

Mientras caminaba, de repente, un estruendo resonó en la noche: un disparo. Mi corazón se detuvo en seco. Me giré hacia la sala, donde la luz parpadeante de las lámparas apenas iluminaba la habitación. Corrí hacia la ventana, que estaba hecha añicos, los fragmentos de vidrio esparcidos como dientes afilados sobre el suelo.

—¡Luciano! —grité, la voz resonando en mis oídos, casi sorda por la adrenalina.

Al no obtener respuesta, decidí que lo mejor era volver a la escalera. Al llegar, el espectáculo que encontré fue desgarrador. Luciano yacía en la base de las escaleras, su cuerpo inerte y sin movimiento. Mi estómago se revolvió.

—¡Luciano! —grité de nuevo, corriendo hacia él y arrodillándome a su lado—. ¡Despierta, maldito!

Estaba pálido, y no parecía estar respirando. Sin tiempo para la desesperación, me levanté y eché a correr hacia el cuarto de Mateo, cada fibra de mi ser en alerta. La idea de que algo horrible había pasado me golpeó con una fuerza brutal.

La puerta estaba entreabierta. y el horror se presentó ante mí, la visión que encontré me golpeó como una ola de hielo. Mateo yacía en la cama, un balazo en la cabeza, la sangre salpicando las paredes como un macabro cuadro.

Su mirada estaba vacía, atrapada en una expresión de terror eterno. La habitación, ahora un escenario del crimen del cual nos veríamos envueltos como los principales responsables.

~.~FIN~.~

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