Cassie

Llegando al instituto lo primero que veo es a mi mejor amiga Ágata, ella es bellísima de hecho la mayoría la considera una de las más guapas del instituto, tiene unos lindos ojos color lila y su cabello es lacio de un color dorado como los rayos del sol, a lado de ella se encuentra Fred que es también mi mejor amigo y al igual, es guapo, tiene los ojos azules como el agua y el cabello negro como el carbón, me dirijo hacia ellos con prisa para contarles lo que paso ayer.

-Les tengo que contar algo muy importante – Digo con rápidez

-¿Qué paso?  – responden Fred y Ágata con sorpresa.

- Ayer mi padre vio a uno de los Tizianos y se pusieron a hablar en su estudio, lo que escuche fue, que el mundo humano corre peligro por los Goblins ya que atacan más frecuentemente a los humanos y si eso sigue así se saldrá de control, ningún humano sobrevivirá y la guerra se podría desatar.

-¿Qué más dijeron?  – dice Fred atónito

-No sé, mi madre se dio cuenta y tuve que irme- Dije decepcionada.

-¿Qué crees que decida tu padre? – Pregunta con mucha curiosidad Ágata

-Fácil – Dice Fred – van a enviar a los Tirizianos para resolverlo.

-Pero necesitan más que eso – Respondo preocupada – Recuerden que aún no se han seleccionado a los Tirizianos aptos para ir al mundo humano, hace mucho que no se tenía una emergencia así, no nos hemos preparado y para eso son necesarios los elegidos.

Suena la campana y nos dirigimos a clases, la última que tuve fue la de combate con espadas, siempre termino agotada, pero me gusta mucho y sé que soy buena tengo el mejor promedio en la clase desde que entré al instituto.

Saliendo, me dirijo al jardín del Edén, es mi lugar favorito desde niña, recargarme en el mismo árbol, ponerme a hacer mi tarea, comer y solo pasar el tiempo sintiendo la brisa tan ligera, viendo el cielo azul y oliendo el aroma tan familiar de la naturaleza es lo que me hace sentir dichosa, hasta que ya se va metiendo el sol y tenga que regresar a mi rutina.  Dejo mis pensamientos de lado sintiendo un dolor de cabeza creciente y viendo como todos los árboles y las flores se empiezan a ver borrosas, el césped se ve cada vez más cerca de mí y de pronto todo se inunda de oscuridad.