Castigando a mi jefe

Capítulo 7. Los besos son magias.

Mario, el prometido de Valeria Doffourt esperaba por ella en el recibidor de su casa, sabía que tenía todo perdido, pero jamás se daría por vencido.

Los padres de Valeria parecían felices ante el tema de la conversación que sostenían acerca de la boda mientras él sentía ambiguo todo aquello, no sabía cómo manejar la situación que él mismo había creado.

Valeria había callado y él mismo no podía creerlo, se preguntaba mil veces porqué y no hubo respuesta hasta que la señora Doffourt vió pasar la hora y su sonrisa fue borràndose.

__¿Me pregunto si Valeria tuvo algún inconveniente hoy por el cual trabajar horas extras? -preguntó el prometido en espera de una respuesta y la señora Doffourt tiró la vista hacia la pared, viendo aquel reloj que la ha acompañado desde el día en que se casó.

__Ya es muy tarde, la llamaré. -levantó el teléfono y marcó el número de su hija- está fuera de servicio.... -dijo con preocupación y buscó el número de la empresa.

La mujer fue insistente hasta que le dijeron que su hija estaba en Nueva York.

Lo pálido de su rostro lo notaron su marido y el novio de Valeria.

__¿Sucede algo? -preguntó Mario mientras veía a la mujer.

__¿Mujer qué está sucediendo? -preguntó el señor Doffourt.

__¡Valeria se atrevió a irse a Nueva York sin mi aprobación ni mi bendición....

__¡¿Cómo que Nueva York?! - preguntó el infeliz de su novio y las miradas reposaron en él.

__¡¿No sabías?! -interrogó la mujer desconcertada.

__No, ¿Cómo es eso que mi novia se fue a Nueva York y con quién?

__¡Perdón cómo que no lo sabías, entonces...¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué mi hija llegó enojada ayer y no quiso hablarte....

__Suegra un inconveniente...

__Mi mujer y yo queremos estar solos, vamos a hablar, Mario necesitanos que te vayas ahora mismo.

__Suegro...

El señor Doffourt se levantó y abrió la puerta a la espera de que Mario saliera.

Al retirarse el hombre, el señor Doffourt se puso frente a su mujer y su molestia fue superior a su preocupación.

__Te lo dije, mi hija salió de esta casa por sus sueños, no quiero que la sigas lastimando con tu manera de ver la vida, no puedes tener tanta desconfianza, ella es responsable, noble...

__¡¿Crees que me quedaré tranquila después de lo que ha hecho?! Me desobedeció, ¿sabes lo que pasara de ahora en adelante? Hará lo que le venga en ganas y su hermana también...

__No exageres mujer...por Dios.

__Tendrá que darme muchas explicaciones - espetó con molestia, su madre- no puedo creer lo que mi hija ha hecho.

La señora Doffourt se retiró llorando fuertemente que ni su esposo supo como consolarla..

***

Valeria Doffourt se atrevió, era más que obvio que se atrevió no solo a soñar con el principio de una vida que la llevaría a la cúspide del exito, sino a vivirlo y a sentirlo en la piel cuando al lado de Ghabriell Mondragón llegó a la ciudad que no duerme.

Ella disfrutaba del viaje de una forma increíble para el jefe que no parecía tan gruñón, cada quien se hospedó en su propia habitación y una hora después se encontraron en el lobby del hotel.

Gabriel Mondragón perdió la mirada en aquel vestido que hacía notar la auténtica belleza de la chica genio que él admiraba, pero ella parecía más tímida que de costumbre porque reposaba con más facilidad en la mirada de su jefe.

__Es usted una mujer muy hermosa señorita Doffourt. -dijo sin haberse guardado nada de lo que necesitaba expresar como si se soltará una manada de ovejas.

__Gracias señor Mondragón - rió tímida - creo que así está bien para la ocasión, elegante, culto y muy tentador para atraer los negocios, sin olvidar que el amarillo es un símbolo de riqueza.

__Perfecto...no sabía esos detalles, es bueno considerarlos en las diferentes ocasiones...

__Gracias -dijo ella al colgar su mano de manera formar a su brazo de caballero cuando este hombre parecía haber dado un paso muy grande rompiendo con la distancia, y caminaron hasta donde sería la reunión de trabajo.

La formalidad y el nombre de Ghabriell Mondragón, además de las habilidades de la chica fueron el detonante de grandes y efusivos elogios mientras se llevó la reunión, el ambiente estaba dado y el jefe había logrado junto a su chica genio lo que había ido a buscar.

__¿Firmamos de una vez? -preguntó la chica negociante sin flaquear.

__¿Cómo? -la reacción de Mondragón fue de asombro, pero más se conmocionó cuando Valeria había sacado la carpeta con la propuesta.

__Estudiemos un poco como sería el desarrollo de nuestra propuesta para su validez, nuestros abogados han realizado este documento, lo traje en físico...

Ghabriell Mondragón entendió que la chica genio no jugaba, que ella apostaba a ganar y así fue.

Mientras Valeria hablaba surgió aún más ese motivo por el cual su jefe la llegó a admirar, y esa misma noche todo salió a la perfección que terminaron celebrando.




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