Oye Adriana, ¿Me prestas tu vestido rosa que compraste en París? Es que aún no he podido ir a comprarme ropa nueva y quiero verme fabulosa en tu fiesta de hoy.
Claro, agarra lo que quieras Laura...
¿Tú que vas a llevar?
No lo sé, supongo que el vestido rojo que mi mamá compró en uno de sus viajes, aún está nuevo...
¡Ay amiga, se te verá muy hermoso!
Supongo que sí.
Después de unas horas, ambas ya estaban arregladas, pero, Laura al saber que Fernando vendría por ellas, empezó a colocarse más perfume de lo habitual y un labial rojo que podía verse a kilómetros, algo que le hizo dudar a Adriana la amistad de Laura o incluso, si entre ellos había algo que había quedado en pausa...
Fernando llegó en un carro, el más lujoso que pudo encontrar, claro todos los carros, eran de su padre.
¡Que bonito carro mi amor !, ¿Me ayudas a subir?, con estes vestido, siento que no puedo caminar.
Claro que sí preciosa.
¡Oh, Fernando!¿Me ayudas a subir también?
¡Puedes subir sola Laura! , Pero en fin, haber, corre te ayudo.
Gracias Fer, te ves muy guapo hoy.
Creo que interrumpo aquí, si quieren los dejo solos.
Adriana,no le hagas caso, solo quiere fastidiar.
Laura, solo supo tragar su coraje, no podía hacer nada, Adriana, era la novia de Fernando no ella y era lo que más le fastidiaba...