Castillo De Cristal.

Capítulo 8: La Fiesta, Amor Inesperado.

Llegando a la fiesta, pudimos ver qué había demasiada gente, parecía toda la universidad, estaban todas las licenciaturas reunidas en el hotel de mi padre, todos los chicos coqueteando a las chicas, y ellas simplemente tomándose fotos como si de su hotel se tratara.
Harold: ¡Adriana! , Hola, ¿Cómo estás? 
Adriana: Bien, gracias. Eres el único que se acerca corriendo sin estarme gritando desde lejos.
Harold: jajaja, si, los e visto como todos te gritan, simplemente estás pensativa, por eso nunca escuchas, pero si se te acercarán y tocaran tu hombro, sería más fácil que gritar. 
Adriana: -se sonroja- 
Harold: ¿Por qué te sonrojas?, Bueno, aunque así también te ves muy bonita...
Adriana: No tienes que ser mentiroso para agradecerme que hicieras tu fiesta aquí.
Harold: ¿Mí fiesta? , Pero si Fernando fue quien dijo que te diría que hicieran una fiesta, si, estoy castigado por lo que hicieron en mi casa pero, nunca le pedí a Fernando que te pidiera hacerla aquí.
Adriana: Maldito Fernando-lo dice entre dientes- .
Harold: ¿Perdón? , No te escuché Cristal.
Adriana: Oh, nada nada. ¡Qué raro!, nadie me dice Cristal ...
Harold: Pues así te llamas Adriana Cristal Del Valle Cantoral.
Adriana: No es necesario decir todo mi nombre-lo dice de forma burlesca- , te faltó decir: hija del magnate hotelero Felipe y de la abogada Leticia, la más famosa de toda Europa -se rie- 
Harold(sonrojado): Perdón, no me lo tomes a mal Cristal, ¿Si puedo decirte así?
Adriana: Si, tu sí...
Fernando (interrumpiendo) : Muñeca, ven vamos por unas bebidas.
Fernando: ¿Puedo saber que rayos platicabas con ese imbécil?
-Toma el  brazo de Adriana con mucha fuerza-
Adriana: ¡Que te importa, sueltame el brazo, me duele!
Fernando: -suelta su brazo- ¡No te quieras hacer la lista Adriana! 
Harold: -gritando- ¡Ey!¿ Qué te pasa?

En ese momento, Harold y Fernando, empezaron a pelear, segundos después dos chicos los separaron. Al ponerse el ambiente tenso, todos los invitados, empezaron a irse.
Fernando: ¡Vámonos Adriana! -la jala del brazo-
Adriana: Estás loco, terminamos, ¡Eres un idiota!
Fernando: No te voy a rogar, hay muchas que quieren tu lugar.-se va-.

En el hotel, solo quedaron Harold y Adriana, ya que Laura, se fue con Fernando sin dudarlo.

Harold: Perdón por arruinar tu fiesta, no debí de golpearlo primero...
Adriana: No te preocupes, estaba lastimándome y solo me ayudaste, gracias.
Harold: Cristal, mmmm, yo sé que no es el momento pero; me gustas desde que mi madre iba con tu mamá a hablar cosas respecto a los casos que les llegaba al buffet.
Adriana: Lo sé, no eres muy discreto -se ríe-  
Harold: ¿Lo sabías? 
Adriana: Sí, a mí también me gustabas.
Harold: -triste- ¿Te gustaba? 
Adriana: Sabes, mamá no me dejó estar contigo porque, no tienes tanto dinero como ellos. Cuando se enteró que me gustabas, le dijo a Fernando que me era atractivo y él lo creyó, me dió vergüenza decirle que no quería ser su novia y no pude safarme de ese narcisista hasta ahora.
Harold:-Toma su mano- Entonces, ¿Quieres ser mi novia?
Adriana: No crees que es apresurado yo creo que ...

Ella, no pudo terminar la frase porque, cuando menos lo pensó, Harold empezó a besarla y no pudo ni siquiera resistirse, la tomo en sus brazos; fueron a una de las habitaciones del hotel y , solo puedo decir que lo que sucedió, fue mágico ninguno de lo dos había tenido una experiencia así, no solo fue tener sexo, fue más allá de eso, hicieron el amor porque los dos sabían, que eran el uno para el otro. Fue el día perfectamente imperfecto, a la luz de la luna, en un hotel cerca de la playa, con el hombre y la mujer de su vida; conectaron sin siquiera pasara mil años de novios, solo eran ellos y nada más importaba. Adriana tocó la felicidad sin siquiera saberlo, sin siquiera esperarlo...



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En el texto hay: depresion, amor, reflexion de la vida

Editado: 01.08.2023

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