Al día siguiente, Adriana ya estaba en su casa descansando y dispuesta a decirles a sus padres, que Harold, era el hombre al cual quería por siempre en su vida, su felicidad.
Mamá, papá; hoy vendrá Harold a decirles algo.
¿Decirnos qué? , Tengo mucho que trabajo hija, no puedo perder el tiempo.
Yo también tengo un caso muy importante en la corte, no puedo Adriana, lo siento.
Entonces... Se los digo yo, Harold es mí novio y no me importa si tiene más o menos dinero que yo, lo amo.
¿Tu novio? ¡Por Dios! Dile algo a tu hija Felipe ¡Está loca! ¿Y Fernando?
Déjala Leticia, deja de decidir por ella, si le gusta ese muchacho, me parece bien, su padre tiene restaurantes y podemos juntarlos, ¿Te imaginas? Hoteles y restaurantes.
Papá, no estoy con él para hacer negocios como lo pensaban con Fernando, estoy con él porque lo amo.
¡Te has vuelto loca! , Estoy decepcionada de ti, no me dirijas la palabra en tu vida me oíste Adriana.
No me importa mamá, si los dos no lo aceptan, me tiene sin cuidado.
Ya en la escuela, todos supieron sobre el romance que ahora tenían Harold y Adriana, aunque por muchos era mal visto, para otros, era la relación perfecta. Fernando al verla, corrió hacia ella.
No puedo creer que hayas caído tan bajo, te recuerdo que quien tiene mil restaurantes soy yo, no este con sus restaurantes que parecen fondas.
Ya no soy tu novia ni me interesa serlo otra vez; tú sabes que solo fui tú novia por mi madre.
No me lastiman tus palabras, ¿Sabías que a Laura le gusto ?
Noooo, ¿Enserio?, si no me dices no me hubiera dado cuenta, por dios Fernando, ¿Crees que nunca me enteré que tú y ella se veían a escondidas en mil hoteles? Te recuerdo que mi padre es dueño de miles y amigo de otros dueños, esos dueños tienen hijas, que me contaban cada cosa que hacías con ella.
Pues que bueno que lo sabes, porque ahora toda la universidad sabrá que Laura es mi novia
Me alegra por tí Fernando, ambos son tal para cual.
Laura, al ver a Fernando hablando con Adriana, se acercó rápidamente.
¿Qué pasa amiga?,¿Te dan celos?
No, no me dan celos Laura, ojalá Fernando, sea el hombre que realmente te haga feliz, aunque lo dudo mucho.
En ese momento, llegó Harold y tomó a Adriana de la mano y fueron a clases, por fin, Adriana era feliz.