Pasó un año desde la inauguración de "L&A", fue un rotundo éxito, la gente más refinada y famosa llegaba desde muy lejos para comprar cualquier cosa y presumirla como si hubiera ganado la lotería. Era lo que a la gente le hace feliz ¿No es así?
Harold decidió regresar, ya era por fin el jefe de la empresa de publicidad más grande de Estados Unidos. Y se sentía por fin el hombre indicado para su Adriana.
Ella, lo recordaba a diario, no podía dormir, no podía ni siquiera sonreír, le recordaba como cuando aún no era más que una amiga de Harold, como si estuviera de nuevo en un pozo, como si la única esperanza para ser feliz, era huir para siempre...
Harold llegó a la nueva casa de Adriana, era una gran mansión con colores como el blanco y el negro, con un gran jardín lleno de tulipanes de mil colores, una alberca tan grande como el mar ¿Eso hace feliz a la gente no?
Harold tocó a la puerta y cuando la empleada de servicio le abrió, pudo ver qué casi toda la casa por dentro, estaba repleta de decoración de cristal, era como un sueño y quedó impresionado.
Buenos días,¿A quién quiere ver?
¡Oh! Disculpe señora, mi nombre es Harold, ¿Me permite ver a Adriana?.
¿A la señorita Del Valle?
Si... a la señorita Del Valle.
¿Cómo lo presentó?
Dígale que soy el amor de su vida.
La empleada riéndose llegó al estudio de Adriana y tocó la puerta.
Señorita Del Valle,¿Puedo pasar?
¡Te eh dicho que cuando trabaje no me molestes!
Perdón señorita, pero, la buscan en la entrada...
¿Quién? ¿Laura? Dígale que ya le he repetido mil veces que no venga de Lunes a Viernes a mi casa.o
No, es el amor de su vida...
Adriana, sintió como su respiración se aceleró, sentía como latía su corazón, sintió como cuando a una flor le das un poco de agua...
¡Hágalo pasar! ¡De inmediato!
La empleada sorprendida de su respuesta, hizo pasar a Harold. Llegó al estudio y tocó la puerta.
¿Puedo pasar? Claro, pasa.
Buenos días, ¿Puedo sentarme?
Sí, dí lo que quieras decir y vete...
¿No lo dices enserio o sí, Cristal?
Para tí soy señorita Del Valle, el hombre que destruyó mi felicidad no se merece llamarme así...
Cristal, perdón, señorita Del Valle ... yo te amo y si me fuí, fue para poder darte los lujos a los que estás acostumbrada, yo no hubiera podido pagar antes está mansión que parece con toda tu decoración un castillo de cristal de verdad.
Me conoces tan poco, que piensas que yo te quería para mantenerme ... Soy autosuficiente, no necesito que alguien me mantenga.
Yo lo sé, pero, aún así quise ser mejor persona para tí, en todos los ámbitos, Laura me dijo que no querías ver a nadie, que solo querías estar sola, por eso vine.
Vete, no vuelvas...
Si quieres hablar, te dejo la tarjeta de uno de los restaurantes del que soy propietario ahora, gracias a mí padre. Ve lo más elegante que puedas, la mesa en la que estaré es la 9, está en el segundo piso es una mesa muy especial para mí, tiene una vista a la playa preciosa. Te espero a las nueve.
En ese momento, Adriana no dijo nada, solo vió como se marchaba el amor de su vida, ella pensaba que haria lo mismo que antes, pintar su vida de colores para que al final, su vida se tornara gris...