Él quiere evitar conmigo lo que no puede resolver con usted. Hay algo en usted que se le ha tornado a compromiso, una vida planeada. Él es un hombre de aventura.
Aunque dice que con usted no le falta nada, pero que quiere probar otras experiencias. Que no siempre se es infiel porque en una relación falte algo.
Conmigo busca lo impredecible, lo que no debe ser, lo que genera esa angustia; ese miedo de ser descubierto, las mariposas en el estómago... una pasión juvenil. Reconoce que es un adicto a los enamoramientos.
Él quiere algo desconocido, una relación donde la rutina no se vuelva el pan de cada día. Donde solo haya espacio para verse bien. Donde solo se compartan las cosas agradables; como un buen vino y un buen sexo. Sin los problemas del día a día, las facturas por pagar y la casa por asear. Una relación spa.
Algo para evitar algo más... algo para acompañar la realidad.
El punto es que todos, en algún momento, nos volvemos algo conocido para otros, señora, nos volvemos parte de la rutina. Cuando yo me vuelva algo conocido... parte de la rutina. Seré una menos o una más y él irá a buscar a alguien más.
Es aquí donde su discurso se vuelve contradictorio, si tiene aventura con usted y todo lo demás... ¿Qué hace buscándolo en otra parte? Ah, sí, lo olvidaba, es parte de experimentar. Un juego cierto e incierto a la vez.