La primera vez que lo vi, solo con verlo me di cuenta de que él era un hombre de cuidado, complicado en muchos aspectos. Recuerdo que fue como si dentro de mí se encendiera una alarma, porque hay algo en él que a primera vista te pone en alerta: su forma de mirar, su tono al hablar, su lenguaje corporal, su sola presencia.
No sabría decirle con exactitud qué es, pero hay algo que logra inquietarte, hacerte sentir incómoda. Es algo como un instinto de supervivencia lo que se despierta en uno, como si se estuviera frente a un depredador: tus sentidos se ponen en alerta, tus músculos se tensionan, tú comienzas a pensar en cómo escapar. Algo te dice: "estás frente a alguien temerario".
Yo no pude entender, sino hasta mucho tiempo después, el porqué de esa reacción. La convivencia de ese tiempo de trabajo a su lado, el ver su comportamiento, el escuchar su forma de pensar, el ver cómo se comporta con otras personas, saber cómo la trata a usted versus la forma de hablar cuando no está en frente suyo, su vida paralela; esas situaciones me dieron la respuesta.
Me di cuenta de que no es una persona de fiar. Si lastima a alguien que lo ha dado todo como usted, ¿qué pueden esperar los demás de él?
Esa fue mi primera impresión al verle.