Casualidad o Destino?

Capítulo 7. Lucifer

 

Por el lado, de Alejandro estaba pasando lo mismo, ya que la policía nunca dio con las personas que habían secuestrado y matado a su mujer, si no fuera sido por la recompensa que había ofrecido a la persona que le diera noticia sobre el jefe de los secuestradores se había quedado con la frustración de vengarse de aquellos hombres que le habían quitado lo más preciado para él.

Después de haber tenido estos pensamientos llegó a un almacén abandonado a las afuera de la ciudad, luego se había bajado del coche y había entrado en aquella bodega que parecía que había visto tiempos mejores, por las condiciones en las que se encontraba, después de haber entrado bajó hasta donde se encontraba el sótano.

En aquel tenebroso lugar tenía a un hombre amarrado de los pies y las manos, el cual todos los días pasaba por una tortura diferente, tanto era el sufrimiento de aquel hombre que ya solo le pedía a Alejandro que lo matara por favor, que ya no resistía una tortura más.

Pero Alejandro, cada vez que este hombre apodado como Lucifer, el cual era el líder de los secuestradores, le decía que ya no podía seguir con esta situación, le daba más rabia al pensar que su esposa habría pasado por todo esto que se desconocía por un momento, por lo que estaba haciendo.

Él le dijo si tú tienes miedo de lo que te voy a hacer no me quiero imaginar, el miedo que sintió mi esposa al saber que la iban a matar, el secuestrador quería interrumpir para decir algo, pero Alejandro no lo dejó hablar y continúo diciendo, te imaginas a una mujer embarazada secuestrada, no ¿cierto?

Debes de saber que todo lo que te estoy haciendo ahora, todo te lo has buscado, tú solito al secuestrar y matar a la persona equivocada, luego le dijo te juro que, si ustedes me hubiesen entregado a mi esposa con vida, ahora estarías disfrutando de aquel dinero que les iba a dar por su rescate.

Ahí es cuando te digo que tú eres el único culpable de todo esto que te está pasando ahora, y sabes que fue lo peor que tu propia gente fue la que te vendió, por el mismo dinero que les iba a pagar por el rescate, aquel tipo se quedó estupefacto y no se lo podía creer lo que estaba escuchando en ese momento.

Después de un rato que pudo reaccionar a todo lo que Alejandro le había dicho, Lucifer dijo eso es imposible, mis hombres no me harían algo así, ellos me juraron lealtad, tanto a mí como a la organización.

Alejandro lo miró y le dijo, pues déjame te digo que por el dinero baila el perro y tu gente debe de estar gastándose todo ese dinero sin ti y dio una media sonrisa siniestra, que ni él mismo se había imaginado que algún día llegaría a torturar a un hombre, así como lo estaba haciendo en ese momento.

Luego Alejandro lo miro y le dijo, pensaste que porque ya había pasado más de un año de la muerte de mi mujer te iba a dejar ir, como si no le hubiese quitado la vida a mi esposa e hijo por nacer, debes de saber muy poco de la vida y de mi familia ¿cierto?

Después de un rato lo miró y le hizo seña a uno de sus hombres, diciéndole sácale unos cuantos dientes, pero hazlo muy lentamente, como en cámara lenta, para que así pueda sentir mejor el dolor y pueda recapacitar mejor por lo que le hizo a mi mujer.

Para después decir y a la herida que acabaste de hacerle échale un poco de sal, quiero escucharlo gritar más, aquel hombre estaba que ya no podía más con todo lo que le estaban haciendo, tanto así que en ese momento preferiría estar en la cárcel que, en manos de este verdugo, él se preguntaba ¿Qué había hecho tan malo en la vida para merecer algo así?

Era el típico pensamiento de una persona que se le olvidaba todo lo malo que había hecho en su vida, pero eso no era todo lo que debería de pagar, porque Alejandro después de que se desahogara un poco, se lo pensaba entregar a la banda de sus enemigos, cuando el tipo escuchó que Alejandro decía esto lloraba como todo un bebé recién nacido.

Él decía señor, por favor perdóname, no me haga esto, sabe lo que esa gente hará conmigo, ¿verdad?

Alejandro solo lo miró con un poco de desdén y le dijo recuerdas que, si logras sobrevivir a esto, no meterte con las personas equivocadas la próxima vez, porque déjame decirte esas personas se convertirán en una piedra en tu zapato y no te dejarán caminar bien por tu camino, antes de torturarte por lo que te reste de vida.

Lucifer en ese momento estaba suponiendo que para que este hombre le decía estas palabras, si él estaba seguro de que sus enemigos no lo dejarían vivir por mucho tiempo y la tortura sería peor que la que él le había dado, lo que Alejandro le había hecho en estos días sería un aperitivo, comparado con lo que le harían en el otro lugar.

Él sinceramente en ese momento estaba muy arrepentido por lo que le había hecho a la esposa de aquel hombre, tanto así que si hubiera sabido que su futuro sería así de miserable, él mismo se hubiera quitado la vida antes de ser atrapado por esta gente.

Uno de los escoltas de Alejandro se le acercó y le dijo señor aquí están los hombres que vinieron por él, Alejandro le dijo déjalos entrar, cuando los hombres enemigos de Lucifer entraron y lo vieron en aquella condición tan lamentable, se rieron de él y hubo uno que lo escupió en la cara, mientras le decía como caen los poderosos.

Luego miró a Alejandro y le dijo señor le debemos un favor muy grande, y además añadió la banda de los Black, siempre estaremos agradecidos con usted, si en el futuro necesita algo de nosotros solo llámanos, mientras le entregaba una tarjeta, diciéndole este es mi número personal.



#2048 en Novela romántica

En el texto hay: amor, venganza, dolor

Editado: 04.07.2024

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