Casualidades

33. Castigado

—Sam ya levantate —grito mi madre desde el pasillo.
—Ya voy —musitó somnoliento.
—Vas a llegar tarde al instituto —grito de nuevo.
—!Yaaaaaaa! !Te escuché! —grito al tallar mis ojos.
—Samael te quiero en cinco minutos en la cocina —masculla mi madre al estar en el marco de la puerta.
—Ya te escuche —musitó.
—Que esperas que no te levantas —masculla mi madre con los brazos cruzados—. Son son siete y media de mañana.
—Me baño, me cambió y bajo a desayunar algo —mascullo al levantarme de la cama—. De acuerdo.
—Esta bien, tienes diez minutos —musita al irse de mi cuarto.
Odio levantarme temprano peor aun si es para ir a mi primer día de clases de mi último año en el instituto. 
Ayer la pase genial con Aurora pero teníamos que regresar a nuestras casas. Le pide un taxi para que vaya a casa pero yo tuve que venir a pie, llegué a mi casa de frente a dormir. 
Bueno hasta que vino mi madre a despertarme. 
Me fui al baño a duchar y me cepille los dientes. Luego me cambie rápido, cogí la mochila y mis cosas. 
Baje a la cocina mi madre estaba desayunando con Becth leyendo el periódico del día. Solo cogí el vaso térmico portátil, lo llené de café caliente. 
Me despedí de mi madre y Becth con beso en la mejilla. Mi madre me dio las llaves del automóvil y unos cuantos billetes.
—Que tengas un buen día Sam —grito Becth desdé la cocina.
—Igualmente a ustedes —grito desde a cochera.
Abro la puerta del conductor. Puse mi café en portavaso y encendí el automóvil, abrí la cochera y salí a la pista.
Cuando llegue a la casa de Alonzo.
Lo veo salir de su casa tenia unas ojeras, parecía que no había dormidos en dos días. 
Entro al vehículo y aventó su mochila en asiento trasero de mala gana. Y luego avancé, nos quedamos en silencio los dos en todo el caminó. 
Cuando llegamos a la preparatoria, Alonzo cogió su mochila y salio de mala gana.
—Nos vemos Sam —se despide.
—Esta bien.
Luego que se fuera Alonzo, me terminé mi café, que por cierto ya estaba frío. Y luego baje del automóvil con mi mochila en el hombro.
Y entré al instituto al mismo tiempo que toco la campana,  para la primera clase. Que era literatura. 
Este año había una nueva maestra.
Cuándo entré al salón ya todos los asiento estaban ocupados, me senté a lado una chica poco comunicativa. Lo único que hizo es verme y seguir escribiendo en su cuaderno. 
Me senté en asiento vacío, saqué mi cuaderno de notas y un lapicero para apuntar. 
Veo a los demás compañeros de aula, me doy cuenta que Salma estaba en mi clase, ella me sonríe cuándo me mira, yo solo asiento con la cabeza. 
La maestra hablo cuándo entró.
—!Buenos Días! Estudiantes —saluda—. Mi nombre es Mary Rose —se presenta—. Yo voy hacer su maestra de literatura este año.
—¿Que pasó con el maestro Evans? —pregunta un alumno.
—Bueno el maestro Evans, ya no trabaja en este instituto —responde Mary.
—¿Y porque? —pregunta una alumna.
—Bueno lo único que se, es fue trasladado a otro instituto —responde Mary.
Todo el mundo comenzó hablar en murmullos.
—Bueno como les decía este año vamos a leer y debatir diez obras literarias en todo el año, las cuáles van hacer en parejas de dos —musita Mary Rose—. Pueden elegir a cualquier compañero del salón.
—¿Pero si no nos gusta? —pregunto un alumno.
—Ese el punto van a tener que debatir entre parejas las obras como los pro y contras de la historia —responde Mary Rose—. Ya les daré mas detalles en los siguientes días.
Todo murmuraron de nuevo. 
—Bueno al final de la clase me van a dar los nombres de las parejas —musita Mary, al coger la tiza para escribir—. Voy escribir las novelas que van a leer en la pizarra.
La maestra comenzó escribir las novelas, las cuales eran un poco interesantes.
1. Cuentos De Una Criada
2. Crónicas de una muerte anunciada.
3. Orgullo y Prejuicios
4. Un Mundo Para Julius
5. Buscando La Felicidad
6. La Divina Comedia
7. El Pianista
8. Senderos Disipados
9. Ciudades De Papel
10. Caminos Peligros 
Esos fueron los títulos de las obras que vamos a leer este año.
Algunas son una sensación en la literatura juvenil otro son más escasos e intrigantes. 
Empiezo anotar todos los títulos de los libros.
Ya que algunos los tenia y otros tenia que mandarlos a pedí o mejor bajarlos en un aplicativo al móvil para leerlo.
Lo malo para mi suerte me toco como pareja la que estaba a mi lado. Ya que todo el mundo ya tenia su pareja. Dialogue con la maestra para ver si podía hacerlo sólo, pero me respondió —Que era un trabajo en pareja—. Y que valía un setenta por ciento de la calificación final. 
Luego de eso me retiré del salón a mi próxima clase. Que al menos me encontré con Alonzo y Razel. 
Alonzo no habló en toda la clase, se dedicó apuntar en su cuaderno.
En la hora del descansó me encontré con Aurora en el pasillo antes de llegar al comedor. 
Alonzo me dijo que quería estar solo. No se que le pasaba, pero estaba mal creo porque rompió con Karol hace un par de días. Me dijo que me veía en la salida. Yo le dije si. 
Cuando le dije a Aurora para ir a comer, ella sonrió y me abrazo. En camino le conté que tenia clases con Salma y Razel. Ella se extraño cuando le conté. 
Cuando entramos al comedor, todo el mundo nos quedó viendo. En especial el grupo de Sophie y sus amigos. 
Nosotros pasamos de largó hasta llegar a la barra de comida.
Ya que no había comido nada al salir de casa. 
Escogí un sándwich de pavo y un botella de zumo de naranja. Aurora cogió un recipiente de plástico de ensalada de atún y cogió una lata de soda. Luego de pagar, nos fuimos a sentar a una mesa vacía. 
Nos quedamos conversando hasta que llegó Salma que sentó en frente de nosotros. Empezaron hablar entre ellas, no les presté mucho atención. 
Antes que que acabará el descanso me despedí de Aurora y Salma. 
Le dije a Aurora para que nos viéramos en la salida, ella asintió con la cabeza y me dio un pequeño beso. 
Saliendo del comedor, me dispuse a ir al baño a refrescar me un poco, porque mis mejillas estaban un poco coloradas. 
Cuando entre veo a dos chicos con un alumno de primero. Lo estaban amenazando para que le diera todo su dinero.
Tuve una reacción de enfado al momento. Lo cual dije.
—Suelten a ese chico —mascullo al momento.
—¿Disculpa? —musita el joven—. No te he escuchado —se mofa.
—¡He dicho que lo sueltes! —exclamo fuertemente.
—Y si no lo hace —musita su compañero—. ¿Que va ha pasar? —reto.
El niño estaba con miedo en los ojos, al ver lo que había dicho.
—Porque se las verán conmigo —mascullo serio.
—A ver que tan hombre te pones cuando te rompa la cara —masculla, al momento que suelta al niño y cae al suelo.
—Hey niño, largó de aquí —ordena su compañero. 
El niño se apresura en coger su mochila del suelo y sale corriendo del baño. Y me deja con los bravucones.
Fue un mala idea enfrentar a los dos a la vez, porque uno era musculoso y otro era delgado pero alto. 
—A ver vamos a dejar las cosas claras —masculla el corpulento—. De unas vez por todas Sam.
!Mierda! !Saben quien soy!
Pensé que estos años de ser invisible a todo mundo, pero claro esta estos últimos meses he cambiado radicalmente mi vida social. Ya la mayoría personas me reconocen y me dan un gesto de saludo. Peor aun que estoy saliendo con una chica tan guapa como es Aurora.
—No quiero pelear con ustedes —musitó.
—Bueno nosotros si —musita —. Se quien eres. Fue estupenda tu fiesta en el verano —comenta—. Pero ahora ya se acabado eso. Así que es hora de dar una lección para que aprendas a respetar.
—Si un gran lección —repite el flaco golpeando el puño con su palma.
—Ahora te sientes miedoso —musita el corpulento mofándose.
¡Diablos! 
No se decir ahora. Me siento un poco sofocado por la situación.
—Entonces no queda de otra —musitó.
Cuando comienzo a prepararme para pelear.
Entra una persona, lo cual  nos mira a los tres con una mirada sería. 
Era el mismo subdirector Springfild que había llegó a detener la pelea que iba ocurrir en baño. 
El flaco y el corpulento bajaron los manos y cogieron las mochila del suelo.
—¿Que es lo que pasando aquí? —pregunta el subdirector.
—Nada subdirector Springfild —responde el corpulento—. Solo estamos saludando a nuestro amigo. Por el primer día.
—¿Así? —musita Springfild con la brazos cruzado.
—Si —confirma el flaco—. Ya nos íbamos a clases, subdirector.
—Si eso verdad —musita—. ¿Porque no están en clases?
—Ya nos íbamos —responde el corpulento.
—Entonces vayan de una vez —ordena el subdirector.
—Si claro —responden ambos.
En eso los dos se van del baño de mala gana. El subdirector me queda viéndome.
—Tu también deberías irte a clase —masculla Springfild.
—Si claro —respondo.
Cuando estoy saliendo del baño el subdirector, me da una advertencia.
—Ah si te veo otra vez fuera de clases —musita Springfild—. Vas estar castigado.
Y salgo apresuradamente, me voy corriendo a mi clase que me tocaba en ese momento.
Llegó tarde a la clase, pero el maestro me deja pasar y me voy a mi asiento. Toda la clase solo me concentre en escuchar lo que decía el profesor.
Cuándo término me fui a mi siguiente clase, nuevamente me encontré con la chica de la clase de literatura, pero no me senté con ella, así busqué otro asiento. 
También me encontré con Zack y Tony en esa clase. Al menos tenia alguien con quién hablar.
Tenía una hora libre y me dispuse a ir a la biblioteca de la escuela. 
Por mi mala suerte me encontré de nuevo con esa chica.
!Que estaré pagando porque siempre me la encuentro! 
Pensé al momento.
No le hice caso me concentre en mis apuntes del día. Y a hacer un horario de mis clases y hora de estudios.
Ya que este año quería sacar un nueve en todos los cursos o con lo menos un ocho me conformaría. También tenia que tomar clases extracurriculares. 
El tiempo se paso volando.
Cuándo me doy cuenta que ya iba tocar la campaña de la salida. 
Veo a mi alrededor de la biblioteca, me doy cuenta que la chica ya se había ido. Solo estaba la anciana de la biblioteca en su escritorio. 
Me dispuse a guardar mis cosas en la mochila e ir a mi casillero para guardar los libros. 
El año pasado lo limpie antes que termine el curso. Así estaba igual. 
Puse una foto de Aurora y yo estando en el estanque abrazado. Luego lo cerré y me fui al estacionamiento del Instituto.
Saqué las llaves del automóvil para abrir la puerta, pero en eso viene Alonzo abre la puerta trasera y se mete así nada mas. Algo le pasa. 
Bajo la cabeza hacia la ventanilla y comienzo a hablar.
—¿Quieres hablar de algo? —pregunte mirándolo.
—No Sam. No quiero hablar —responde sin verme—. Mejor anda con tu novia. Yo te esperó.
En eso viene Aurora detrás mio, me agarra la cintura y me besa en el cuello. 
—¿Como estuvo tu día? —pregunta al momento.
—Bien —respondo al voltearme para mirarla.
Alonzo se recostó en el asiento y se puso la capucha para no vernos. 
—¿Que le pasa a tu amigo? —pregunta Aurora.
—Nada, ya se le pasará —respondo al mirar sus ojos.
—Bueno, si tu lo dices —musita al mirar a Alonzo.
—Ya se pondrá bien —comento—. ¿Como esta tu?
—Bien un poco pesada con los nuevos curso que me han tocado este año —comenta de sus materias.
—Es el primer día —musitó sonriente—. No lo crees.
—Si bueno —me sonríe.
Se me acerca y me besa. 
Nos quedamos un buen rato, hasta que se oye un ruido al otro lado de estacionamiento que nos interrumpió.
Al parecer alguien se estaban peleando, pero no noto quien es.
Pero si Aurora que se da cuenta que es Razel.
—Es Razel —menciona a su amigo—. Vamos Sam —al momento que se alejaba del automóvil para ir auxiliar a su amigo.
—Hey Alonzo, ahora vuelvo —musitó.
—Ajam —responde aún estaba enfundado en sus propios pensamientos.
Me apresuró a ver lo que estaba pasando, cuando llegó veo a Razel lo estaban usando como saco de boxeo. Aurora estaba gritando para que paren la pelean pero Salma la sostenía del brazo. 
Eran los jóvenes del baño, al aparecer les gusta golpear gente. Me da ganas de golpearlos a los dos a la vez, pero se qué me van dejar puré. 
Pero tampoco voy a dejar que maltraten a Razel a pesar que no le caigo bien. 
Y emprendo empujar al flaco que cae a bruces al suelo, que le doy un golpe en la cara, que hizo brotar sangré de la nariz, alguien me agarrar por detrás por luego me suelta. Y yo sigo golpeando al flaco hasta que me dicen.
—Ya basta Sam —grita Aurora—. Lo vas a matar.
Y reaccionó al momento cuando me habla y volteo a ver que pasa.
Alonzo había venido a ayudarme con la pelea. Al parecer atacó al otro pero tenia golpes leves en la cara. Alonzo recibió un golpe en la cara. 
Para empeorar las cosas vino el subdirector Springfild a llevarnos a los cuatro a su oficina. Razel fue a la enfermería a que le reciben los golpes al igual que al flaco. Alonzo, el corpulento y yo nos fuimos a su oficina. Nos grito a todos. Y primero voto a Alonzo y al corpulento dejando me a mi en su oficina.
—A ver Señor Sannin —musita Springfild —. Le advertí qué si hacia algo contraproducente, iba ser castigado ¿Cierto?
—Si, señor —musito.
—Muy bien. Ya he visto su historial, es un joven de promedio medias altas y no tiene ningún castigó, pero si una falta a una clase el año pasado —menciona mi historial de académico —. He decidido castigarlo por una hora después de clases toda esta semana —dice Springfild sentenciando mi castigó.
—¿Pero porque? —cuestionó.
—Considérese afortunado. Por que si ya hubiesen expulsado —musita—. Casi mata ese joven —al agarrar sus manos.
—Pero se había metido con mi amigo —explico.
—No me importa con quien se allá metido —masculla serio—. Estaban dentro del perímetro de la institución por ende es mi responsabilidad respetar las reglas —menciona el reglamento—. Me esta entendiendo. Señor Sannin.
—Si señor —mascullo.
—Bueno también están castigados sus demás compañeros —menciona—. Así desde mañana va estar en sala de detención. Ya puede retirarse a su casa —ordena—. La próxima que vuelva hacer una pelea asegúrese que sea afuera del perímetro del instituto o quedará expulsado —agrega—. De acuerdo.
—Si señor —mascullo.
Salí de la oficina y me encontré a Alonzo en pasillo sentando pero esta vez sonriendo.
—Que tal Sam —masculla sonriendo —. ¿Como te fue?
—Castigado por una semana —respondo.
—Bueno a mi también —comenta sonriente.
—Mejor vamos a casa —mascullo.
—De acuerdo —musita al levantarse.
Me fui primero a la secretaria a que me diera un papel rojo por detención de una semana.
Luego me fui al automóvil con Alonzo. 
Estaba igual como lo deje, al parecer Alonzo se aseguró antes de salir del vehículo. 
Subimos y nos fuimos a casa. 



#47702 en Novela romántica
#7694 en Chick lit

En el texto hay: instituto, jovenes, romances

Editado: 14.09.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.