Casualidades

34. Juntos

A mi madre no les gusto cuando le dije que me habían castigado por pelearme en el instituto, a pesar que le dije que estaba defendiendo a un amigo. 
Después de llegar a casa de primer día de clases. 
Alonzo me contó todo sobre Karol porque que rompieron. El pobre se desahogo todo hasta lloró cuando término de contarmelo. Yo solo lo traté de consolarlo un poco y le dije si quería quedarse a jugar en mi casa para que así se olvidará del asunto. El resto de la semana volvió a normalidad.
Por otra parte ahora se sentía sólo de nuevo. Era como el año pasado que el tenía pareja y yo no. Ahora era al revés.
Con Aurora me pasaba en hora descansó, ya que estaba castigado después de clases. Ella se sintió mal por lo que hice. Se que tenia algo de culpa pero tampoco tenia estar enojado con ella. 
La semana se paso volando. Ahora tenia un horario completo de todos mis cursos e asignaturas extras. 
El sábado después de salir de la librería Alonzo pasó a ver si quería salir a algún lado. Le dije que iba salir con Aurora. El dijo si podía ir con nosotros pero también mencionó que si podía llevar a Salma, para no estar incómodo con la situación. 
Llame a Aurora por el móvil hable con ella por un par de minutos a ver que pensaba la idea que le propuse. Ella aceptó pero tampoco dijo que se haga ilusiones con Salma.
Bueno los cuatro nos encontramos en el cine como a las siete de la noche. Salude a ambas al momento que nos vieron llegar por la acera de la calle, ya que veníamos caminando desde la librería. 
—Hey Sam, ya nos íbamos ir —musita Salma al momento.
—¿Que? —mascullo confuso.
—Es broma Sam —comenta Aurora sonriendo.
Yo sonrió por el cometario. 
—Hey Alonzo —saluda Salma —¿Como te va? —al mirarlo.
—Bien —responde Alonzo—. ¿Como le va tu amigo? 
—Ya esta mejor solo fueron pequeños hematomas y rasguños. Nada mas —responde Salma.
—Que bueno por el —comenta Alonzo.
—¿Y tu como estas Sam? —pregunta Salma.
Me pongo a pensar ese día en que estuve bajo mis impulsos instintivos que sentí toda esa adrenalina en todo mi cuerpo. Me veo los nudillos de las manos, que ya no estaban hinchados, ni rojos como la otra vez, ahora estaban sanando y volviendo a la normalidad.
—Bien —respondo.
—Vamos a ver una película o no —comenta Aurora.
—Por supuesto que si —afirma Alonzo animado.
Nos adentramos al cine las chicas veían la cartelera para elegir la película e ir a comprar los boletos, se tardaron un par de minutos y escogieron una romántica. Alonzo se quejo por la película que íbamos a ver, le dije que por esta vez la pasara y que la próxima el elegiría.
Bueno si hay una próxima vez a veces Alonzo es medio bipolar en ocasiones. 
La función empezaría en veinte minutos así que nos fuimos a los juegos.
Escogimos Jockey de mesa, primero fue Salma y Alonzo, ya que tenían una rivalidad cuando se conocieron, al final gano de nuevo Salma, luego seguimos nosotros que empezamos tranquilamente pero ninguno di su brazo a torcer hasta que acabo el tiempo se acabo y quedamos empate. 
Alonzo quiso jugar en otro juego y escogió una maquina de juego de pistolas. Así que reto de nuevo a Salma para que juegue. Empezaron bien en equipo, ya que tenían matar a los zombie que tenían de frente a ellos. La cosa que tenían que matar a todos que ponían y superar su puntuación antes que acabe el tiempo. Esta vez gano Alonzo, por otro lado Salma lo felicito por su victoria.
Luego de jugar nos fuimos a la confitería para pedir un combo para cuatro personas. Esperamos un par de minutos para recoger las dos bandejas e ir a la sala de proyección. 
Luego que terminara la película nos fuimos a la librería a pasar un rato.
Salma y Alonzo se quedaron en primer piso les doy la clave de WI-FI para puedan acceder al internet. Por otro lado mi madre, Becth y Liliana ya se habían ido antes que llegáramos.
Aurora y yo nos fuimos a la azotea para tener privacidad. Ella me empezó hablar de las clases de musica del instituto, ya ella toca el violín porque su madre le enseño cuando era pequeña. También le dije que me apunte a esa clase para poder aprender tocar guitarra en la clase estaba también Alonzo tocando la batería.
—Que me dices tu Sam —comenta —. ¿Te gusta la clase de musica?
—Aun no lo se, recién me fui a primera clase, el año pasado estuve en la clase de Arte de la maestra Dolores que apenas pase —comento—. Este año opte por no asistir y cambiar de asignatura.
—Bueno el maestro Misoli da buenas lecciones de musica —masculla Aurora—. Además dijo que toco en una banda en su juventud —comenta la vida del maestro de música.
—Que enserio —mascullo asombrado.
—Si nos contó su historia cuando vino a enseñar musica al instituto —comenta.
—No lo sabia, espero pasar su clase al menos quiero aprender lo básico de la guitarra acústica —comento al recordar que Allan me regalo una guitarra acústica.
—Seguro Sam —musita al sonreír.
—Admiro tu sinceridad.
—Gracias por voto de confianza —musita.
—Bueno —musitó al mirarla —. ¿A que hora tienes que regresar a casa?
—Bueno aun nos queda tiempo —asegura —. Que tal si hacemos otra cosa como para matar el tiempo.
—¿Como que? —pregunte al acercarme a su rostro—. ¿Se puede saber? —agarrándole por la cintura acercándola mas a mi cuerpo.
—No lo se —musita al estar cerca de mi oído—. ¿Que quieres hacer tu? 
—Me encanta tu sinceridad en estos casos —susurro en su oído.
—De nada —responde sonriendo.
Ella toco mi rostro con sus manos, me atrajo a sus labios suaves y carnosos, no opuso resistencia y exploramos nuestras bocas, ella le encantaba el beso con lengua. 
Nos tocamos bajo la ropa, ella me agarraba el pelo con fascinación entonces la cargue y ella entrelazo su piernas en mi cintura, la lleve hasta la silla que estaba aun lado y me senté en ella Aurora seguía aferrándose a mi no quería parar luego comenzó a besar el cuello y a subirme la camiseta tocando mi piel con sus manos cálidas y suaves. 
—¿Sam que quieres? —pregunta en mi oído.
—Lo tu quieras —mascullo al besar su cuello.
—Creo es tiempo de devolver el favor —propone—. No lo crees.
—¿Estas segura? —pregunto.
—Ajam —responde provocativa.
Ella me comenzó a desabrochar el pantalón y a tirar hacia abajo, me levante un poco para facilitarle. Me dio un ultimo beso mientras que toca encima de mi bóxer con una mano. Yo la tenia dura cuando me empezó a tocar para luego meter su mano y a comenzar a tocarme con más seguridad. 
Dejo de besarme y bajo a mi entrepierna y me bajo los bóxer toco con timidez mi miembro erecto, le dije como tenia que hacer ella asintió con la cabeza. Primero fue con las dos manos hasta que paso con lengua y su boca. 
Me encantaba como lo hacia era como si fuera experta en la felación. 
Cada vez me tensaba mas cuando usaba su lengua hacia que la agarraba el cabello y se la atrajera más a mi. 
En el momento del clímax ella se sorprendió al ver el liquido lechoso y blanco en su boca, que lo tomo todo al momento y luego paso a limpiarse con el papel que le doy en la mano. 
Luego de eso me subí los pantalones y me abrochó el cinturón. Aurora se estaba acomodando el vestido y se acomodaba el cabello hacia atrás y se daba aire para que bajara el rubor de sus mejillas. Yo me que sentado en la silla y le dije que sentara en mis piernas, ella negaba con la cabeza, le insistí hasta que ella acepto, se sentó de espaldas y puse mis manos alrededor de su cintura, ella comenzó hablar.
—¿Te gusto? —pregunta con timidez.
—Por supuesto que si —respondo al besar su cuello.
Ella sonrió al momento y volteo a verme.
—¿Alguna vez te la hecho asi? —pregunta sonriente.
—No nunca —respondo.
—Seguro Sam —musita sonriente.
—Desde luego Amore Mio —musitó con ternura.
—¿Sabias italiano Sam? —pregunta sorprendida.
—Un poco el señor Bobeliet me enseño algunas palabras —comento—. Fue para un ensayo de literatura —al explicarle de donde sabia italiano. 
—Ya veo —sonríe—. Me gusta.
—Bueno creo es hora de bajar. No lo crees —comento.
—Verdad, hemos dejado a ese par abajo —comenta—. ¿Crees que están haciendo?
—Buena tienen conexión a internet de la librería me supongo que están mas concentrados en ver su móviles que hablar entre ellos —comento con ironía.
—Oye que malo que eres —musita—. Aunque debo admitir que Salma le encanta estar metida en las redes sociales que leer un libro.
—Bueno Alonzo tampoco es fans de libros, a el le gusta más los cómics —comento.
—Sabes es malo hablar de esa forma de ellos —comenta—. Mientras que ellos están abajo en primera planta.
—Muy cierto —afirmo—. Pero Alonzo le importa un rábano lo que digan de el.
—Seguro.
—Si —afirmó.
—Es cierto el año pasado estuvo con una de ultimo —comenta curiosa.
—Si la conociste en mi fiesta recuerdas —comento.
—Cierto me había olvidado —musita.
—Ahora esta suelto en plaza el Don Juan —comento.
—¿Crees que quiera con Salma? —pregunta curiosa.
—Bueno algo, pero termino su relación la semana pasada —comento—. Ahora lo esta llevando un poco mejor después de la ruptura. Pero pensándolo bien creo va buscar a alguien, con el nunca se sabe lo que va a pasar.
—Bueno tu conoces mas que yo —musita—. Así que te tomo la palabra.
Yo sonrió le voy un pequeño beso en cuello de nuevo.
—Sabes ahora me siento a gusto contigo —comento.
—Eso es verdad es bueno encontrarse con alguien que tenga ideas propias —musita.
—Bueno no se han quejado las señoritas con mis comentarios —comento sonriendo.
En eso Aurora se levanta y me da un codazo en el pecho.
—¡Ups! Como lo siento Sam —musita apenada—. ¿Te a dolido? —en tono burlón.
—No que va ser —comento sobando mi pecho.
—Bueno es hora de irse a casa —musita mirándome.
—Esta bien vamos —al pararme del asiento.
Aurora se acomodo su ropa y se tiro su cabello hacia atrás. Mientras que me acomode la ropa. 
Luego bajamos al primer piso Aurora se fue al baño a lavarse la cara mientras que yo fui a ver que estaban haciendo Alonzo y Salma.
Como debí esperar los dos estaban en sus móviles, los deje así hasta que volviera Aurora del baño para poder salir todos juntos de la librería e ir nos a nuestras casas. 
Cinco minutos después Aurora vine del baño y me agarro de la cintura.
—¡Hey chicos! —masculla Aurora—. Ya están listo para ir nos.
—Bueno yo si —comento—. Pero ellos por otra parte no quieren irse.
Aurora me mira y luego a los que estas sentados frente de nosotros.
—Hey Salma, ya nos vamos —masculla Aurora, al mirar su amiga que estaba entretenida con su móvil.
—Eh... un momento dejarme que termine hablar con Nate sobre el trabajo de literatura —responde Salma aun pendiente de su móvil.
—De acuerdo —dice Aurora.
Nos miramos los dos y luego mire a Alonzo y le hable.
—Hey Alonzo, tu también tienes que hablar con alguien sobre algún trabajo grupal —comento.
—No que yo sepa —responde con monotonía—. Mi madre me tratando de convencer para que me haga cargo de la fiesta de Max. Que va hacer en algunos días.
—Verdad, ya se acerca su cumpleaños —comento.
—¿Cuantos años cumple tu hermano Alonzo? —pregunta Aurora.
Alonzo no le presta atención y sigue tecleando su móvil. Yo le respondo a Aurora en seguida.
—Cumple ocho años, su hermano menor —respondo.
—Ah... ya veo —musita Aurora—. Y porque no lo hacen en tu casa Sam —propone.
—No es mala idea —masculla Alonzo al instante.
—¿En mi casa? —menciono—. No creo que le guste la idea a mi madre.
—Nuestras madres se conocen desde hace tiempo —comenta Alonzo—. No creo que se moleste que lo hiciéramos en su patio trasero.
—No lo se. Tenia que pregunta a mi madre —mascullo—. Además mi madre tendría que conversar con tu madre al respecto.
—Vale la pena intentarlo —comenta Aurora —. No le crees Sam. 
—Aun no me cuadra la idea —mascullo—. Además seria después de una hora que saliera del instituto.
—Pero si cae domingo lo he visto en el calendario de mi móvil —menciona Alonzo.
Saco mi móvil del bolsillo de mi pantalón y veo el día del cumpleaños de Max, es cierto cae domingo. 
Pero también es domingo familiar, según mi madre y sus costumbres, bueno para aparentar una familia normal de un suburbio.
—Domingo es familia según mi madre —mascullo.
—Y acuerdate que mi madre trabaja doble que la tuya —comenta.
Bueno en realidad la madre de Alonzo trabaja doble aun no puedo creer que esa mujer tenga tanta energía para cuidar y mantener a sus dos hijos en una casa de un solo piso.
Bueno que mas da para que están los amigos.
—Bueno esta bien —mascullo —. Voy a hablar a mi madre, para que haga la fiesta de Max en mi patio. De acuerdo  
—Gracias Sam eres el mejor —responde sonriendo—. !LO SABES NO!
—Bueno ya para —dictamino.
Después unos largos diez minutos de espera para que Alonzo y Salma dejen de mandar mensajes de texto y guardaran sus móviles en sus bolsillos, salimos de la librería. 
Nos fuimos a mi automóvil que estaba estacionado en frente del local y entramos los cuatro al vehículo. Ya que Salma no trajo su auto. 
Decidí llevarlas a sus casas a las dos, no se opusieron pero a cambio tenían que escuchar su musica por todo el camino. 
No digo que los gusto musicales de Aurora sean malos, pero los de Salma era la musica POP, porque le encantaba cada canción que reproducían en la radio.
Bueno Salma era una de esas chicas que les gustaban los grupos musicales que sean todos chicos guapos y fornidos.
Bueno primero llegamos a la casa de Salma a dejar cuando salio del automóvil y se despidió de nosotros, su padre salio de la casa a gritarle de algo. Su padre tenia un aspecto militarizado o algo por el estilo, solo lo vi por un momento por el espejo retrovisor.
Avanzamos unas casas mas adelante para llegar a la casa de Aurora pero esta vez salio su madre con vestido que le llegaba hasta las rodillas.
Ahí me di cuenta de donde sacaba sus gusto de vestir de Aurora.
Por otro lado su padre se asomo por la ventana a ver lo que pasaba. 
Aurora se despidió de nosotros con un beso en la mejilla y se fue adentro de su casa con su madre a lado. 
Como no quería mantener mas tensión en el ambiente me dispuse a avanzar por la calle hasta llegar a un ALTO en una esquina. 
Alonzo se paso al asiento del copiloto y me comenzó hablar sobre los padres de Aurora y Salma.
—Menudos padres los que tienen tus amigas Sam —comenta Alonzo.
—Tu no eres exactamente un buen candidato para hablar de ello —comento.
—Bueno al menos mi suegra era gentil conmigo —comenta defendiéndose.
—Bueno no conozco muy bien a los padres de Aurora —musitó—. Porque no me lo han presentado aun.
—Sam estamos en siglo veintiuno —comenta—. Ya no se hace eso al menos que te cases y le pidas la mano a tu novia.
— !TOUCHE! 
—Bueno ya larguemos a casa —masculla—. Pero antes voy a cambiar de estación radial por si oigo mas canciones como estas me voy a volver loco —al escuchar la musica que sonaban en estación de radial.
Bueno es verdad desde que se bajaron Aurora y Salma del auto seguimos escuchando la misma estación radial entonces para mortificar a Alonzo le subí el volumen al máximo, lo que me causo gracia por Alonzo se tapa los oídos con las manos por un tiempo.
Luego se harto y cambio de estación para poner su musica de heavy metal que tanto le gustaba. 
Cuando llegamos a nuestra calle lo deje en su casa Alonzo se despidió un saludo con la mano y luego entro a su casa. 
Cuando llegue a mi casa y guardara el automóvil en la cochera y subiera por las escaleras hasta la cocina. Veo a mi madre, Becth y Liliana tomando una copa de vino en la encimera de la cocina, salude a las tres y me dispuse a subir a mi cuarto a dormir con la ropa puesta ya que me caí rendido encima de mi cama.
*****
Pasaron dos semanas para que se celebrara el cumpleaños de Max en patio de mi casa. 
Mi madre se accedió hacer la fiesta pero con la condición que yo vigilara a todos los niños que iban asistir, que por cierto la mayoría estaba en grado de Max, no se como ese pequeño tenia amigos más que nosotros y nunca lo sabré.
También estaban invitados Jackson y Zelanda a la fiesta, ya que eran sus amigos mas cercanos que tenia, ya que la mayoría de niños vino a mi casa a ver donde fue la gran fiesta el verano pasado.
Vinieron mas niños que niñas algunos vinieron con sus hermanos mayores otros con sus madres.
Bueno al menos tenia a Aurora para que me acompañe en ardua tarea de cuidar niños. Alonzo por lado hacia de mozo a los niños y ver que faltaba bocadillos o bebida en la mesa de picnic.
Por otro lado mi madre, Becth, Liliana y las otras madres estaban conversando en la sala animosamente con copas de vino blanco en la mano, mi madre contaba historias de mi hermana y de mi cuando éramos pequeños como toda madre las otras prestaban atención y comentaban también sus anécdotas que tenían con sus hijos. 
La madre de Alonzo iba venir como a las cinco de tarde para desearle y cantarle Feliz Cumpleaños a Max. Liliana se encargo en preparar el pastel para Max era como su obsequio de cumpleaños. 
Los hermanos que trajeron a sus hermanos pequeños se juntaron hablar a un lado del patio. 
Yo por otro lado estaba hablando con Aurora en la pequeñas escalinatas del patio trasero, viendo los niños como jugaban en patio de mi casa.
—Bueno Sam —musita—. ¿Que te parece la fiesta?
—Infantil —respondo sonriendo.
—Pues claro. Que creíste que iba hacer una fiesta con alcohol y ver a niños desvistiéndose por doquier —mascullo con sarcasmo.
—Bueno tal vez —masculla sonriendo.
—¿Te acuerdas como eras de esa edad? —pregunte viendo a los niños jugar.
—Bueno no me gustan los niños porque se sacaban los mocos o fastidiaban a las niñas por cualquier cosas —comenta con disgusto—. En fin. ¿Como fue la tuya?
—Solo tenia pocos amigos en ese entonces —comento—. Alonzo aun no había llegado a vivir al pueblo.
—Ya veo no tuviste una infancia divertida —comenta con sutileza.
—Bueno algo así. Alonzo apareció un año después, con el conocí a varios del curso —comento—. ¿Y ti como te fue en la escuela?
—Bueno siempre he tenido a Salma y Razel desde que estábamos en jardín de infantes. Ellos dos son mis mejores amigos —menciona a sus amigos—. Bueno cuando me mude a este pueblo no tenia a nadie excepto a mis padres y a mi primo que vino a vivir con nosotros cuando sus padres fallecieron en un accidente de transito hace tiempo —contando un poco de la vida de su primó.
—Lo siento, no quería que recordaras eso —musitó.
—No te preocupes Sam, a mi no me afecta tanto como a el —comenta—. Fue como mi hermano mayor entonces, ya que soy hija única. 
—¿Y el donde esta ahora? —pregunte.
—El consiguió una beca deportiva en una universidad en la gran ciudad, el juega Baseball —responde.
—Que bueno por el —comento.
—Bueno mencionó que cuando tenga tiempo libré, iba venir a visitarnos.
—Bueno basta de malos recuerdos —al concluir el tema —. ¿Y cuando es tu cumpleaños?
—Bueno es el próximo domingo —responde —. Por cierto, mis padres te quieren conocerte.
—Seguro que lo quieres —musitó—. Solo lo digo por lo que paso la otra vez cuando te deje a tu casa.
—Si a mi madre le agradaste cuando te vio pensaba que anda con alguien que hacia deportes o algo parecido —comenta—. Por otro lado mi padre tiene otro concepto de ti.
—¿Por que? —pregunto.
—Bueno se entero por otras personas de que tu fiesta que hiciste el verano pasado —musita—. Y no le gusto que fuera. Te acuerdas.
—Verdad, te castigaron por una semana —comento riendo.
—Ya para Sam —musita sonriendo—. No te burles.
—De acuerdo —mascullo riendo—. ¿Y quienes van a ir a tu fiesta?
—Solo voy a invitar a pocas personas ese día —comenta—. Si quieres puedes llevar a Alonzo para que te acompañe. Si gustas.
—Bueno tenia que preguntar —mascullo—. El ahora esta mejor que cuando empezó el instituto.
—Verdad, me comentaste algo de eso esta semana —comenta—. Ya no me cae tan pesado como antes.
—Bueno el así y no lo juzgo —musita—. El también a tuvo un pasado difícil.
—Buenos todos tenemos pasados que no debemos recordar, porque nos causan nostalgia y dolor —masculla apoyándose en mi pecho.
—Cierto. Aunque el mio esta bloqueado por alguna forma.
—Como lo siento Sam —comenta.
—No te preocupes por eso —comento—. Mas bien cuentame que quieres para tu cumpleaños.
—Bueno te quiero a ti a mi lado —musita sonriendo—. Y si es posible que me lleves a París, si no es mucha molesta.
—Nunca entenderé esa afición por un país que come caracoles, como platillo de entrada en su menú —comento.
—Eso es muy discriminador a su comida. Lo sabes no —musita—. Pero también es conocida el país de las luces y el A-M-O-R —le pone énfasis lo ultimo.
—Bueno tal vez algún día sera —comento riendome.
—Bueno la cuestión que vayamos a conocer el país —masculla sonriente.
—Esta bien, lo haré —musitó sonriendo—. Solo por ti.
—Gracias —musita al darme un beso.
Bueno pasamos toda la tarde hablando de nuestras vidas como siempre hasta que se hizo de noche.
Todos los niños entraron a casa a cantar "Feliz Cumpleaños" a Max cuando vino Alice de su trabajo. Liliana trajo el pastel que hizo lo en forma de un mando de consola de videojuegos. A el, le encanto su pastel al momento que lo vio. 
Cuando termino la fiesta como a las ocho de la noche, luego a pasar a limpiar el patio ya que los niños tiraron algunos vasos y bocadillos en el césped tuvimos que recoger todos los desperdicios.
Luego lleve a Aurora a su casa porque ya que era tarde y teníamos que ir al instituto al día siguiente.
*****
El cumpleaños de Aurora fue en su casa. 
Fue algo sencillo como me comento la vez pasada había poca gente. Solo estaban sus amigas que eran unas cuantas y uno que otro amigos eso incluía a Salma y Razel que habían venido con sus padres como invitados.
Ese día fui con Alonzo, mejor dicho lo convencí para que fuera conmigo además el no tenia planes de todas formas. 
La Señora Rolan nos recibió a mi y a Alonzo en la puerta cuando tocamos el timbre, nos hicimos saludos a los dos al momento.
—Tu debes ser Sam, ¿Cierto? —musita al mirarme.
Yo asiento con la cabeza.
—Buenos tardes señora —saludo con cortesía—. Su hija nos invito a su fiesta.
—Buenos pasen están todos reunidos en patio trasero —dictamina al invitarnos a pasar a su casa.
Bueno entramos a su casa.
Estaba igual como la ultima vez que vine, pero más ordenado. 
La señora Rolan nos condujo por el pasillo hasta el patio el trasero.
Aurora me vio cuando pase por el umbral de la puerta, me dio un abrazo y beso en la mejilla. Después saludo a Alonzo con un abrazo. 
—Bueno te traje tu regalo —musitó.
—Gracias Sam, me esperas para que lo pueda guardar —musita Aurora.
—Si claro —dije.
—Hay bocadillos y bebidas en aquella mesa sirvan se si gustan —masculla antes de irse adentro de la casa. 
—Si claro.
Alonzo y nos quedamos ahí sin saber que hacer primero. 
Además que el patio era pequeño no había muchos espacios para ir tenias a un lado. 
Los padres de Aurora, la mamá Razel y el padre de Salma estaban sentados en una mesa circular con sombrilla que ahí también estaba Razel a lado del padre de Aurora y por otro lado estaban las amigas de Aurora hablando.
Al final decidimos ir a la mesa de bocadillos sin pensarlo mucho, nos servimos en vasos de plásticos zumo de maracuya y cogimos uno que otro bocadillo en de la mesa.
Al momento se acerco Razel detrás de nosotros a hablarnos.
—Que tal caballeros —saluda Razel—. Le gusta la fiesta.
A veces odio que Razel se haga el sofisticado al hablar. 
—Aja —dije.
—Y como va con tus asuntos —musita Alonzo secamente.
—Eso no te incumbe —masculla Razel al momento.
—Solo lo digo ya que nosotros te salvamos de la paliza que te dieron la vez pasada —menciona Alonzo alegremente.
Razel se subió el rubor de las mejillas.
Aun se veían algunos rasguños en rostro que estaban sanando.
—No menciones nada —mascullo Rafael serio.
—Y tu deja de ser tan odioso con nosotros —comento.
—Por fin hablas Sam —masculla mirándome fijamente —. Se tu historia, por cierto.
—Bueno no es mucho que digamos —mascullo fríamente—. Además me importa una mierda lo que digan de mi.
—Bueno no te molestara que hable con Aurora de ello ¿Cierto? —masculla al mirar al umbral de la puerta.
Me doy cuenta que Aurora venia hacia nosotros con aire de preocupación. Yo le sonríe para que no se diera cuenta de lo que pasaba.
—¿Que esta pasando? —pregunta Aurora.
—Nada solo estábamos hablando del instituto —respondo.
—Ajam —masculla Aurora no convencida.
—Bueno me voy con tu padre de nuevo, no quiero hacerlo esperar —comenta Razel.
—¿Y que hay con mi padre? —pregunta Aurora.
—Nada, solo me pidió que lo ayude con algunas cosas en tu cochera —responde Razel.
—Ajam —masculla Aurora —. Entonces anda antes que se enfade contigo.
—Si claro —afirma Razel, al irse por el umbral de la puerta. 
Aurora nos quedo viendo a Alonzo y a mi.
—Bueno podemos hablar Sam —masculla Aurora, al mirar a mi amigo—. No te importa no Alonzo.
—Todo tuyo —musita Alonzo al momento que se va con las amigas de Aurora a pavonearse con ellas.
—Bueno que quieras hablar —menciono.
—Bueno primero vamos a sentarnos. Te parece.
—Si claro. 
Nos fuimos a sentar en una banca de madera.
Al parecer la mamá de Aurora le gustaba la jardinería. 
Bueno Aurora saco de su bolsillo de su casaca Jeans una pequeña caja. 
Me acorde que le había regalo una cadena de plata con un dije con la "A" y una pequeña inscripción al reverso de la letra.
—Me lo pones —musita.
—No tienes que pedirmelo, yo lo haría con gusto —sonrió.
En eso agarró la cadena de la caja y me apresuro a colocarla en su cuello, ella retira su cabello de su cuello para que no se enrede, una vez colocada desliza su cabello hacia delante de su vestido floreado. 
Aurora se dispone a sacar su móvil y tomarse una foto junto a mi para el recuerdo y al momento lo publica por su perfil de Chisstagram* que también me etiqueta. 
* Era una red social especialmente para publicar fotos con efectos y publicar vídeos cortos de diez segundos. 
Bueno volviendo a la conversación con Aurora. 
—Gracias por la cadena —comenta—. Es muy bonito.
—Bueno es un detalle de parte mía —comento—. Te gusto el grabado que esta al reverso.
—Si me encanto —sonríe—.  Fueron palabras muy lindas y precisas para la ocasión.
—Te la leo.
—Por supuesto.
Cogí el dije y leí el grabado decía así:
"Para una aventurera sin limites"
—Es lindo cuando tu lo dices sabes —sonríe.
—Bueno no soy un buen orador, pero me las apaños solo —comento.
—Si tu lo dices, te tomare la palabra —sonríe.
—Bueno no te puedo besar en frente de tu madre —comento—. Porque seria inapropiado de mi parte.
—Si puedes —musita con insinuación—. Lo sabes no.
—Mejor después sabes —sonrió—. Algunas cosas pueden espera.
—Quizás —masculla moviendo su cabeza.
Bueno así pasamos un buen tiempo conversando cosas triviales. Por otro lado Alonzo se entretenía con las amigas de Aurora parecía el bufón del grupo al menos se estaba divirtiendo.
Como a las seis de la tarde, la señora Rolan nos invito a pasar al comedor a cenar aunque no lo crean todos entramos en esa mesa rectangular las trece personas que estaban presentes. 
La señora Rolan hizo una gran cena para que todo el mundo se vaya contento a casa después de cenar. 
En la cena solo hablamos de cosas del instituto y cosas triviales que no lleva al casos contar. 
Lo incomodo de la cena es el padre de Aurora me preguntara que iba estudiar después de salir del instituto le respondí que iba estudiar Psicología, lo cual se sorprendió al momento. El mencionó que estudio Arquitectura en la universidad y que saco un diploma de honor o cosas como esa, yo solo asenti con la cabeza. Alonzo estaba a mi lado conversando con una de las amigas de Aurora.
Después de la cena nos despedimos de todo el mundo. Agradecí a la mama de Aurora por la grandiosa cena que preparo. 
Alonzo se despidió de sus nuevas amigas al parecer le cayeron bien después de todo, solo Salma se despidió con apretón de manos y luego se fue con su padre a casa. 
La mama de Razel me invito que pasara por su tienda de comida orgánica le dije si que tenia tiempo iba pasar por su tienda. 
El padre de Aurora solo me miro y me se despidió con saludo mano en el aire para luego entro a su casa, al parecer no le caigo muy bien pero a la mamá de Aurora si creo es condescendiente por es su cumpleaños de su hija.
En fin no soy una pepita de oro para caer le bien a todos.
Por ultimo me despedía de Aurora con un beso en los labios bueno hasta que interrumpió su padre desde la puerta. 
—Gracias por venir Sam la pase genial aunque mi padre no le caes muy que digamos —comenta—. Pero a mi madre si le caes bien bueno eso lo quiso suponer. Yo los conozco de toda vida y se como son conmigo cuando presento a alguien que no es...
—Solo dilo —musitó—. A alguien de su estatus social.
—Exacto —afirma—. Pero no te preocupes que con el tiempo les vas a caer bien.
—No soy una pepita de oro para caer le bien a toda la gente —musitó parafraseando
—Bueno esta bien —mascullo sonriente—. Mejor nos vemos mañana en el instituto.
—Por mi esta bien.
Me dio un beso de despedida y entro a casa. 
Me doy media vuelta y camine a mi auto Alonzo ya estaba adentro en asiento del copiloto.
Me sonrió sarcásticamente y señale con el dedo del medio el solo alzo la manos como diciendo "LO SIENTO" luego entre al auto nos fuimos a casa escuchando la radio en el camino.



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En el texto hay: instituto, jovenes, romances

Editado: 14.09.2023

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