Casualidades

EXTRA . Nuevas Amistades

Dicen que el destino es algo ya planeado, que el universo ha conspirado para que se vuelva realidad. Otros se refieren que son actos que la naturaleza, que se deben realizarse. No lo se.

Por otro lado ¿Que hay de la suerte? Todos las personas tienen buena suerte pero solo por momento, es un juego de azar. Perder o Ganar. Esa es tu decisión. Es cuando andas caminando por un sendero hasta llegar al punto que este se divide en dos. Uno conduce cuesta arriba y la otra cuesta abajo. Uno debería de pensar bien por dónde ir, porque no sabe que hay cuesta arriba, ni cuesta abajo. Las decisiones son parte nuestra vida, nosotros elegimos la manera como vivir.

Esta visto que la historia que les voy a contar comienza en pueblo de New Hope, cuando cuatro niños se van a encontrar, por decirlo asi.

En una camioneta, bajan dos mujeres mayores más un niño pequeño. Este niño se estaba distrayendo con una pelota de goma en su mano. Mientras que su madre lo agarraba del hombro para que pudiera cruzar la calle, para ir a su lugar de trabajo. La señora trabaja en una librería, que ella había inaugurado hace un par de años atrás. La otra señora abría la puerta de la trastienda. Las tres personas entraron por un pequeño pasadizo que conducía hacia la primera planta del librería. Una de las señoras se fue al mostrador, la otra se quedo con el niño.

- Hey amor, puedes ir a jugar con tu pelota de goma en la azotea -dice la madre al niño.

- De acuerdo mamá. -responde el niño.

- Bueno ten mucho cuidado -dice la madre seria -. No te acerques mucho al balcón. De acuerdo.

El niño asiente con la cabeza.

- Bueno. Ten cuidado al subir las escaleras -dice la madre.

El niño asiente de nuevamente la cabeza.

La madre se va caminando hacia el mostrado junto a la otra señora. El niño se va caminando hasta llegar a las escaleras, las sube con cuidado cada peldaño de la escalera hasta llegar a la azotea.

El niño abre la puerta que conduce a la azotea.

La abre hacía fuera dejándolo abierta totalmente. El colocó un par de ladrillos que había a un lado para que sirviera cono tranca. Entonces el niño se puso a jugar con su pelota de goma, tirando contra la pared de ladrillos.

Mientras tanto por otro lugar del pueblo, una pareja de esposos mas sus dos pequeñas hijas están en una camioneta. El padre conducía por la carretera hacia la entrada del pueblo, la esposa estaba tarareando una canción que sonaba por la radió del automóvil. Las niñas estaban sentadas en el asiento trasero, una estaba en un asiento de bebé. Y la otra niña tenia colocado el cinturón de seguridad. La hermana mayor le hacia caras graciosas a la bebé, eso hacia que la bebé sonriera. La madre de la niñas las veía por el espejo retrovisor del automóvil.

Al llegar a su destino el padre estaciona la camioneta en la entrada de la librería. La esposa se despide de su esposo con un beso en los labios. Haciendo sonrojar a la hermana mayor.

- Bueno amor, nos recoges luego que salgas de trabajar -dice la esposa.

- Si amor, cuida de las niñas. De acuerdo -dice el esposo.

- Son nuestras hijas. Amor. Siempre las cuidare hasta cuándo crezcan y sean unas mujeres de bien. -dice la esposa con una gran sonrisa.

- Lo se amor -dice el esposó -. Pero igual tendrás cuidarlas, no importa que sean por un par de horas.

- De acuerdo. Ahora me voy -dice la esposa -. Seguro que Samanta me esta esperando dentro de la librería.

- Bueno también tengo que ir al trabajó -dice el esposo -. Tengo tres citas para hoy en tres viviendas diferentes.

- Bueno te dejo -dice su esposa al dándole un beso de despedida.

La esposa se desabrocha el cinturón de seguridad, a la vez la hija mayor también lo hace lo mismo. La esposa abre la puerta trasera del automóvil, para sacar la pequeña bebé de su asiento. La carga en sus brazos, su hija mayor saca la carriola del maletero, lo arma para que su madre coloque la pequeña bebé. Madre e hija se paran en la acera, mientras el automóvil comienza a moverse, con la última despedida.

La madre y sus dos hijas entran a la librería. Al entrar suena una pequeña campana que estaba colocada en marco de la puerta.

La señora que estaba en mostrador levanta la mirada, para ver quien entraba al local. Ella sonríe al ver quienes eran.

- Hola Liliana -dice la señora sonriente.

- Hola Becth -saluda Liliana.

- ¿Como te va? -pregunta Becth.

- Bien. Viene con niñas -dice Liliana -. No les importa ¿No?

- No. Claro que no. Además aquí esta Sam -dice Becth -. Bueno el esta ahora en la azotea jugando con su pelota de goma.

Liliana asiente con la cabeza.

-  Bueno voy a arriba para hablar con Samanta -dice Liliana.

- Si claro. Sube -dice Becth -. Si deseas puedes dejar a las niñas. Para que puedas hablar con comodidad.

- No te preocupes Becth. -dice Liliana.

- Bueno -dice Becth al sonreír.

- Bueno te veo luego -dice Liliana.

Becth asiente con la cabeza. Liliana se da cuenta al momento que Sophie, ya no estaba a su lado. Solamente estaba la carriola con la bebé durmiendo plácidamente.

- Pero esta niña -dice Liliana con un suspiro.

- Bueno Sophie se fue cuando mencioné a Sam -comenta Becth.

- Bueno al menos se que esta con hijo de Samanta en azotea -dice Liliana.

Al momento Liliana se da cuenta que su hija se había ido a jugar a la azotea del librería. Que se altera la momento.

- ¡Mi hija esta jugando en la azotea! -exclama Liliana.

- Tranquila Liliana. Estará bien -dice Becth calmada -. Además Sam sabe que no se debe acercarse al balcón de la azotea.

- Es mi hija, es mi responsabilidad cuidar de ella -dice Liliana.

- Lo se yo también tengo una hija -dice Becth calmada -. A pesar que ella no esta a mi lado. Me preocupo por ella.



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En el texto hay: instituto, jovenes, romances

Editado: 14.09.2023

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