—¡Hey Alonzo! —grito —. ¿Que haces?
Al estacionar en entrada de su casa.
— Nada —masculla, parando al acto, lo que acaba de hacer antes que yo llegará —. ¿Y tu Sam?
— Mejor vamos a la preparatoria —ordenó, para que suba al auto — ¡Ahora!
— Esta bien —masculla, al abrir la puerta del copiloto y sentarse.
Bueno yo siempre iba con Alonzo a la escuela desde que nos conocíamos.
Cuando había cumplido dieciséis años, yo había sacado mi permiso de conducir en el verano. Mi madre me había comprado un automóvil descapotable de color azul marino, bueno no me importaba, era un automóvil después de todo.
Ahora iba a su casa a recogerlo. Ya qué el vivía a cinco casas antes de llegar a la mía, la calle donde vida vivíamos se llama Esperanza. Irónico no lo creen.
El vivía con su madre y su hermano pequeño.
— ¡Hey Sam! —exclama —. ¿Que vas hacer este fin de semana?
— Yo nada —respondo —. ¿Por qué?
— Me han invitado a una fiesta este fin —masculla —. ¿Te apuntas?
— No lo se —mascullo dubitativo.
— Vamos hombre —masculla animandome —. No seas un aburrido.
Por lo general yo no asistía a las fiestas que hacían los estudiantes de la preparatoria, no me interesaba en realidad.
Y me quedaba en mi casa a leer un libro, prefería los libros de ciencia ficción, terror, fantasía y criminológico. Bueno de vez en cuando uno de contenido solo para adultos.
Bueno mis autores favoritos eran Stephen King, J.K.Rolling, Dan Wells, Edgar Allan Poe, Dan Brown entre otros más autores que me han gustado leer sus historias.
Pero también la pasaba viendo series en Nexflix.
— No lo se —mascullo —. Además no conozco mucha gente.
— Ya para el drama —masculla exasperado —. Estarán Sophie y Mikha —menciona a mis amigas, que da un suspiro al final.
— Podría ser que vaya —mascullo dudando.
— Entonces —masculla —. ¡Vamos!
— Ya esta bien —mascullo con pesadez —. Que pierdo intentándolo.
— Excelente —masculla sonriendo —. Pasa por Sophie el sábado, me recoges y luego pasamos por Mikha. ¿Te parece?
— Esta bien, supongo —mascullo, sin darle importancia.
— Hey Sam —me llama —. Tienes que invitarla a la fiesta —ordena.
— Si seguro —mascullo normalidad —. No tiene nada de malo. Sólo somos amigos.
— Bueno como tu quieras Sam —masculla, encogiendo los hombros.
En camino Alonzo, encendió el autoradio para escuchar su música, ya que el le gustaba el Rock.
Puso una canción de los "Red Hot Chillie Peppers" que era "All Around The World" .
Bueno así comenzó una lista de canciones, de su dispositivo de almacenamiento, que había colocado en puerto USB del estéreo del automóvil.
Media hora después llegamos a la preparatoria Nueva Esperanza, en la que asistimos.
—Hey Alonzo. Ya llegamos a la preparatoria —mascullo, al estacionarme en un espacio libre —. Bajemos.
— Esta bien —masculla, agarrando su mochila y salir del automóvil.
Nos fuimos caminando hacia la entrada de la preparatoria.
Bueno la preparatoria era un lugar grande, tenia amplios espacios, un gimnasio, una biblioteca y un comedor.
Bueno yo caminaba con Alonzo por los pasadizos de la preparatoria.
Alonzo era un chico delgado, de cabello negro azabache un poco largo que tenia un par de pequeñas ondulaciones a los lados, el decía que era su fase de rebelde, pero para mi no le gustaba peinarse. El color de sus ojos eran marrones claros. El llevaba puesto unos vaqueros negros, una camiseta de color plomo con un estampado en medio, encima su camisa a cuadros de color azul y sus clásicas zapatillas Converse.
Por otro lado yo llevaba ese día, unos vaqueros de color marrón, una camiseta lisa azul, encima un suéter negro y mis clásicas zapatillas Vans. Por lo general mi madre me compraba la ropa, pero tenia el privilegio de elegir que prendas usar.
Nos fuimos caminando hacia nuestros casilleros, para sacar nuestros libros que nos tocaba en la primera hora de clase.
Por lo general yo dejaba mis libros y mis útiles en mi casillero; a menos que necesitaba un libro de alguna materia, para luego llevármelos a casa a estudiar o hacer algún trabajó que me me habían dejado.
En eso toco el timbre para ir a la primera clase del día.
Bueno a esa hora nos tocaba Física Elemental con el maestro Solano, luego Educación Artística con la maestra Dolores, ese era la clase favorita de Alonzo, le gustaba pintar.
Ya en en salón de Física Elemental, me encontré con Sophie en el aula con su amiga Mikha al lado.
Por lo general no mira fijamente a las chicas de la preparatoria a pesar de ser un chico de dieciséis años. Era un persona muy reservada en aquel entonces. Además no tenia mucha empatia con las demás personas, con la excepción de Alonzo y Sophie que podía hablar con normalidad.
Ella me vio y me saludo.
— Hola Sam —saluda sonriendo —. ¿Como te va?
— Que tal Sophie —mascullo con normalidad —. Bien.
— Hola Sam —saluda Mikha.
— Hola Mikha —saludo.
Ella me da una pequeña sonrisa.
— Hey Sophie —mascullo —. ¿Podemos hablar luego?
— Esta bien —responde Sophie —. Que te parece en el recesó.
—Esta bien —confirmó.
En ese momento entro el maestro Solano, comenzó a hablar a los alumnos del salón de clase.
— Bueno días jóvenes —saluda —. Hoy vamos hablar sobre el tema "Las leyes de la física" —habla, al momento que escribe en la pizarra.
Bueno yo en clases solo tomaba notas. Además me acordaba de las cosas importantes de las clases.
Ya en la clase de Arte, la favorita de Alonzo por cierto.
Estábamos pintando sobre nuestros lienzos, bueno también hablando sobre la fiesta del sábado.
— ¡Hey Sam! —me llama —. ¿Como te fue con Sophie? ¿Le has dicho o no?
— Todavía no le he comentado —respondo, mientras dibujaba sobre mi lienzo —. Pero lo haré en recesó.
— Haz lo de una vez, me enterado que Chris Evans, la va invitar a la fiesta —menciona a un compañero —. Es mejor que te apresures. Si no nos quedaremos sin parejas —masculla preocupado.
Yo me puse a pensar por un momento.
Chris Evans era un chico popular de la preparatoria al igual que Mikha. El era el capitán del equipo de baloncesto de la preparatoria. Era atlético, un poco fornido, tenía ojos claros y su cabello color castaño claro. Hubo un tiempo en que Chris era mi amigo cuando eramos niños, pero con el tiempo nos dejamos de hablar.
Pero pensar que Chris iba invitar a Sophie. Me puse un poco incómodo o nervioso, tal vez, no lo se con exactitud.
— De verdad —mascullo neutral.
— Si me lo ha comentado Tony —masculla, mientras que pinta su dibujo sobre su lienzo.
— Entonces lo haré en el recesó —mascullo.
— Esta bien —masculla —. Pero haz lo rápido.
En eso la maestra de arte vino hacia nosotros, a revisar como vamos con nuestros trabajos.
— A ver como va con sus lienzos —masculla la maestra viendo nuestros lienzos.
— Todo bien —respondio Alonzo a la maestra.
Teníamos que dibujar un paisaje que nos da tranquilidad, pero yo no era bueno pintando. Solo estaba ahí, por que Alonzo me pidió que me inscriba.
Alonzo dibujo un puente de París debajo estaba el río Sena, a la maestra le encanto.
— Oh maravilloso —masculla con alegría, al ver el lienzo —. Sr Durmount.
Si ese era el apellido de Alonzo. Al parecer sus abuelos paternos eran franceses pero cuando hubo la segunda guerra mundial, se vinieron a vivir al nuevo mundo, el porque de su apellido. El no comenta nada de su padre. Bueno yo tampoco.
— Has escuchado Sam —masculla alegre —. La maestra dice que puedo ser un buen artista, si voy a estudiar a Francia —menciona —. Si algún día lo haré.
— Si no hay duda de ello Alonzo —mascullo felicitándolo.
Al terminar la clase de arte, había un pequeño recesó de treinta minutos. Alonzo y yo nos fuimos al comedor de la preparatoria.
Alonzo siempre traía unos emparedados, que eran distintos cada uno (Queso asado, uno de jamón del país y uno de mermelada de fresa) más su botella de zumo de naranja. Era un tanto extraño, pero el era así.
Por mi parte siempre mi madre me daba unos cuantos billetes para comprar algo en el comedor, pero yo me preparaba mi dos emparedados de queso. En el comedor había un microondas, lo ponía un minuto y ya estaba listo. Lo tomaba con una botella de zumo de naranja que traía.
Cuando llegamos al comedor, nos fuimos a sentar en una mesa vacía.
En eso Alonzo me habla.
—¡Hey Sam! —masculla —. Mira quien vine ahí —miraba hacia la entrada del comedor.
Era Sophie y Mikha que dirigían a la barra de comida del comedor.
— Ah... —mascullo, al mirarla por un momento —. Ya la veo.
Ella también me vio, me hizo un gesto con la mano, entonces camino hacia la mesa donde estamos Alonzo y yo sentados.
— Hey Sam —masculla Sophie —. ¿De que querías que habláramos?
— No nada en especial —mascullo.
Ella me quedo mirando por un momento estaba a punto de irse, pero en eso Alonzo me dio un codazo en la costilla. Haciendo que reaccione al momento.
— Hey Sophie —mascullo, antes de que se vaya —. Espera.
— Si Sam —masculla, al voltearse de nuevamente.
—Bueno he pensado ir a la fiesta de este sábado —comento —. Te parece si vamos. Puedes ir con Mikha, si deseas —agregó.
— Si claro —responde sonriente —. Seria genial.
Al momento Sophie se retira de la mesa. Veo que se va caminando hacia donde estaba Mikha, ellas comienzan hablar de algo.
Pero eso pensé.
"¿Que es lo que acabo de hacer?"
Tras mi pequeño trance. Alonzo me habla.
— Eso estuvo estupendo. Mi hermano —masculla felicitándome —. Yo que tu me ponía nervioso.
— !¿Que?! —mascullo confundido.
— Si hermano, estuvo genial —mascullo —. Ahora ya sabes que hacer.
Luego de que terminara el recesó, me fui a las clases de Trigonometría y Literatura
Luego de esas clases tenia una hora libre. Alonzo tenia clases de música en ese momento.
Estaba caminando por el pasillo, que me puse ha pensar sobre el hecho de invitar a Sophie para ir juntos a la fiesta, es una cita supongo, pero no quiero terminar la amistad que tenemos.
— ¿Porque le hice caso a Alonzo? —mascullo mentalmente —. !!!Demonios!!!
— Ya esta bien, debes estar tranquilo —mascullo para mi mismo —. No va pasar nada.
Luego me dirige a la biblioteca para sacar información de los trabajos que me dejaron en las clases de hoy.
A las tres de la tarde salimos de la preparatoria, yo me dirigía caminando hacia mi automóvil con Alonzo, pero en ese momento apareció Sophie.
— ¡Hey Sam! —me llama Sophie, al acercase al auto —. Me llevas a casa, he perdido el autobús. Por favor.
— Si claro —respondo —. No hay problema.
En eso Alonzo me miro y me habló.
— Me acabo de recordar que mi madre me pidió comprar un par de cosas para la casa —masculla —. Nos vemos luego Sam.
El se va caminando fuera del estacionamiento.
Me quede viendo a Sophie por un momento.
— Hey Sophie —mascullo —. ¿Nos vamos?
— Si claro —responde.
Al parecer quería que la abriera la puerta, pero al final ella la abrió.
En camino se puso a comentar sobre lo que paso en el día, como era lo usual cuando nos veíamos.
En eso me comento algo.
— Hey Sam —masculla —. ¿Desde cuando tienes este auto?
— Bueno es reciente, mi madre me lo compro, me dijo que estaba de oferta y lo compró, creo que pago novecientos dólares —respondo —. Bueno yo no me quejo es un automóvil, creo de los 80" y es descapotable.
En ese entonces era otoño y hacia calor aún, estábamos a veintiséis centígrados de temperatura.
Así que deje las ventanas abiertas.
— Ah genial —masculla alegremente.
Sonrió.
— Sobre del sábado —menciona curiosa.
— ¿Que tiene el sábado?
— No nada —responde —. Tu amigo es algo raro, ¿no?
— Si te refieres a Alonzo. El es así, que mas da —mascullo al mencionarlo —. Y si te refieres a lo del sábado, es una salida de amigos, ¿no?
— Si desde luego Sam —responde —. Mikha va ir también. Dice si la puedes recoger.
— Esta bien si ella lo quiere —mascullo —. Por mi no hay problema.
Ella me da una pequeña sonrisa.
— Hey Sophie —mascullo —. Alonzo también va ir con nosotros —menciono —. Además a el, le han invitado a la fiesta, no a mi.
— Bueno ya me lo imaginaba —masculla con intriga —. Es raro verte ir a un fiesta, ¿Cierto?
— En lo que mi respecta si. No voy muy a menudo —respondo —. Es que no le pongo mucho interés a las fiestas del instituto.
Ella se quedo mirándome toda pensativa.
— Alguna vez haz ido a una fiesta —menciona —. Se que nos conocemos desde niños, pero tu no me hablas mucho de tu vida. Siempre hablo de la mía, se que tu me escuchas —comenta —. Pero no logro saber que pasa en tu cabeza.
— Eso es muy complicado decir, pero yo veo la vida con otra perspectiva en realidad. Mientras otros se van a disfrutar con sus amigos. Yo mas bien centro más en mis intereses que tengo, algún día seré un psicoanalista en temas criminológicos —menciono sobre lo que quería hacer en un futuro —. En fin que te apasiona mas en la vida Sophie.
— Era eso. Bueno a mi apasiona muchas cosas —masculla —. Pero me interesa últimamente el diseño de moda —menciona —. Algún día me gustaría trabajar como diseñadora de moda, como esas marcas reconocidas a nivel mundial.
— Y porque no lo haces eso al salir del instituto, ve a la gran ciudad —mascullo animándola —. Escoge opciones pero que sea por ti, y no que digan los demás. Si eso te hace ser feliz.
— Si lo estado pensado —responde —. Pero mi mamá quiere que entre a la universidad y escoja una carrera profesional —menciona —. Sabes que ahora estamos pasando por una crisis económica —masculla con frustración.
— Pero en la librería. No le va muy bien —menciono —. Bueno eso dice mi madre.
— Si pero nos alcanza para pagar las deudas —dice cabizbaja.
Era cierto su mamá trabajaba en la librería de mi madre, hacia los pastelillos y tentempiés que los vendía en local. Hace un año el padre de Sophie falleció de un paro cardiaco. Eso la devastó al igual que su madre, su hermana era aun pequeña todavía. Sophie no habla mucho del tema y se entristece.
Su padre trabajaba en una inmobiliaria en el pueblo. El fue el que le vendió la casa y alquilo el local(librería) a mi madre. El era una persona agradable, hacia una vez al mes una parrillada para toda la cuadra, solo les pedía que trajeran carnes y embutidos a los vecinos o si no un tentempié para compartir entre todos los invitados.
Treinta minutos después llegamos a casa.
— Hey Sophie —mascullo —. Ya hemos llegamos —al estacionarme en frente de la conchera de mi casa.
— Gracias Sam —me sonríe —. Nos vemos luego —masculla, al bajar del automóvil con su mochila en la mano.
— Hasta luego Sophie —mascullo despidiendome.
Luego de eso, abrí el portón de la cochera para estacionar el auto dentro.
Era un lugar amplio entraba dos autos, por lo general mi madre estacionaba la camioneta dentro de la cochera cada vez que iba y venia de la librería.
Bueno mi casa era de dos pisos hecha de madera y concreto en la base de la casa, como todas las demás casas de la cuadra.
Apago el motor del auto dentro de la cochera, salgo con mi mochila en la mano y subo por las escaleras hasta llegar a la puerta que daba a la cocina.
En eso me encuentro con mi hermana Susan en la cocina, que le saludo.
— Hey Susan —mascullo al verla.
— Eras tu Sam —masculla al verme —. Bueno ya me voy a mi trabajó, mi turno toca en veinte minutos —al momento que ve su reloj en su muñeca.
Solo asiento con la cabeza.
— ¡Hey Sam! —masculla —. Hay comida en la estufa.
— Esta bien —respondo.
— Ya me voy —anuncia, al salir de la cocina —.Hasta luego —dirigiéndose hacia la puerta principal de la casa.
Si esa era Susan mi hermana mayor por dos años. Tenía el cabello castaño claro con mechas lilas por lo general lo lleva suelto. Ella tenia su banda de rock femenino cuando estaba en el instituto pero luego se disolvieron cuando termino. Ella no fue a la universidad. En fin ella trabajaba en bar del pueblo, ahí tocaban bandas todas las noches. El Jueves por ejemplo tocaban bandas de Rock, a ella le gustaba esos días sentía que todavía estaba en sus días cuando iba al instituto. Solo se quejaba de las propinas.
Tenia un novio que tocaba guitarra eso creo, no lo vi mas de dos veces en la casa.
El venia a recogerla en la tarde en su furgoneta.
Solo voy a ver que sucede en la entrada de la casa.
— Hola Sam —saluda Allan desdé su furgoneta.
Solo le hice una gestó con la mano.
— ¡Hey Susan! —llama Allan —. ¿Nos vamos? —masculla, al verla caminar.
— Si ya voy —responde —. Hey Sam, mamá va venir tarde a hoy —menciona —. Cuida bien la casa. Adiós.
— Si como digas —respondo.
— Nos vemos Sam —dice Allan.
Susan entra a la furgoneta de Allan, al abrocharse el cinturón. El arranca, se van por el asfaltado de la calle.
Aun yo estaba en la entrada.
— Bueno al menos estaré solo por varias horas —mascullo —. ¿Ahora que hacemos?
En es momento recordé que hacia cuando estaba solo en casa. Asi que entre a casa, cerré la puerta.
*****
El viernes por la tarde después de llegar del instituto, me pongo a ver mis trabajos que me habían dejado mis maestros, ya que al día siguiente tendría que ayudar a mi madre en la librería.
Me pongo a revisar mis apuntes en el cuaderno que anotaba siempre. Sólo habían cinco trabajos que presentar la próxima semana. Lo revise de nuevo para asegurar que no se me olvidarán algún trabajo qué pase por alto.
Pero cuándo iba empezar los trabajos, tocan el timbre de mi casa.
Me paro del asiento del escritorio y salgo de mi cuarto, para bajar a la primera planta de la casa.
Abro la puerta para ver quien era.
Alonzo se voltea para verme con un gran sonrisa.
— Hey Sam. Ya estas listo —masculla animado.
— ¿Para que? —al mirarlo.
— Para jugar videojuegos —responde —. Obviamente.
— Verdad —mascullo —. Me había olvidado.
Recordando que los viernes por la noche es sesión de videojuegos en mi casa.
Si Alonzo siempre aparecería en mi casa en cualquier momento, bueno no me importaba.
— Esta bien —mascullo —. Vamos a mi cuarto.
Alonzo paso a mi casa con su mochila en la manó.
Cuándo llegamos a mi cuarto, Alonzo me pregunta.
— ¡Hey Sam! —masculla —. ¿Como te fue con Sophie?
— Bien supongo —respondo con normalidad.
— ¿Como que? ¿Bien? ¿Supongo? —pregunta mirándome —. Acaso no le has hablado con ella.
— Si le hablé y me respondió que si —respondo —. Asi también va venir Mikha —mencionó.
— Genial —masculla, con una cara de satisfacción.
Ruedo los ojos, por su comentario.
—¿Porque me miras así? ¿Acaso tengo monos en la cara o qué? —mascullo con sarcasmo.
— Solo he dicho que es genial —responde —. Mira tu estas con Sophie y yo con Mikha —haciendo de cupido.
— Si seguro —mascullo.
Alonzo abrió su mochila, saco su mando y un par de vídeojuegos nuevos.
— Traje mi mando y par de juegos nuevos —menciona —. Dicen que sus gráficos son bien alucinantes —al levantar algunos videojuegos con las manos.
Entonces cogí un videojuego, leí el título que decía "Mortal Kombat X"
— Bueno esta bien juguemos.
Alonzo y yo siempre hacemos cosas juntos. Hoy como dijo era noche de videojuegos, pasábamos horas jugando en la consola. Tenia una nueva consola de videojuegos que mi tía Becth me regalo en mi cumpleaños este verano. Yo también iba a la casa de Alonzo para jugar con su consola pero nos pusimos de acuerdo, decidimos un viernes en su casa y otro en el mi casa. Así paso el tiempo, bueno el viene más a mi casa que yo a la suya. Creo qué viene a mi casa más porque cree se va encontrar con Mikha por casualidad. Bueno eso es su asunto, yo no me meto.
Como a las ocho de la noche, llego mi madre con mi tía Becth.
Subieron a mi cuarto, que se pararon en el marco de la puerta para vernos jugar en la consola de videojuegos por un momento.
En eso hablo primero Becth.
— Hola Sam —saluda Becth.
— Que tal tía Becth —mascullo con naturalidad.
— Que no me digas tía —dice molesta —. Sólo Becth.
— Es la costumbre —mascullo con inocencia.
Si Becth ahora vivía con nosotros desde ya hace un buen tiempo, es que ya no podía pagar la renta de su cuarto en el pueblo y mi madre la dejo quedar en cuarto para invitado. Ella era simpática, media un metro setenta de estatura. Becth tenías los ojos verdes claros, su cabello era entre marrón medio pelirrojo ondulado, ella siempre se hacia un moño en la cabeza. Su contextura era delgada.
Al momento habla mi madre.
— Ya esta bien, los dos dejen de jugar —ordena —. Que vamos a cenar hemos traído pizza —menciona —. ¿Alonzo te quedas a cenar?
— Si claro —responde Alonzo sonriente.
— Felizmente trajimos dos familiares —comenta Becth.
Si la que hablaba era mi madre Samanta tenia 38 años pero no parecía de su edad. Ella era alegre e inteligente pero para la cocina era un desastre por eso Becth cocinaba para nosotros tenia buen gusto para la cocina. Mi madre tenia los ojos de color marrón oscuro, el cabello ondulado negro azabache, tenia una contextura normal, media un metro setenta de estatura, siempre llevaba unos pantalones tejanos azul marino, su blusa de color celeste claro, su casaca tejana más sus zapatillas deportivas negras.
— Que bien —masculla mi madre —. Ahora dejen eso y venga a la cocina a comer.
— De acuerdo mamá —mascullo de mala gana.
Si así eramos por la noche mi madre traía algo para cenar.
Al bajar a la cocina mi madre colocó un par de platos en la encimera que estaba en medio de la cocina.
Nos sentamos en los altos asientos metálicos. Y cogí una rebanada de pizza y lo puse en mi plató.
Para luego mi madre hablara temas de la preparatoria.
— Hey Sam —me llama — ¿Como te ido hoy en la preparatoria?
— Igual que siempre mamá —respondo —. Tuvimos clases como siempre —mascullo con fastidio —. ¿Algo más?
Mi madre y yo no nos comunicamos bien del todo, ella siempre me pregunta lo que me pasa. Yo le ignoraba de veces en cuando.
En eso le pregunta a Alonzo como le fue.
— ¿Y tu Alonzo? —al mirarlo.
— Lo mismo de siempre —responde —. Ayer por ejemplo en la clase de arte la maestra me puso buena calificación por mi trabajo de paisajismo —comenta sobre su trabajo de arte.
— Que interesante —masculla sorprendida —. No sabia que te gusta pintar.
— Me gusta dibujar —masculla con alegría —. Es que en las historietas miró y leo tienen ilustraciones fascinantes —comenta —. Quiero crear mi propio arte —sonríe.
— Suena bien —masculla Becth —. Quien sabe cualquiera de estos días podrías conseguir una beca para estudiar en París. Bueno he escuchado que hay buenas escuelas de artes en Francia —comenta.
— Si eso seria genial —dice Alonzo contentó.
Mientras mi amigo, mi madre y mí tía conversaban entre ellos.
Yo estaba pensando como va hacer mañana con Sophie en la fiesta.
Bueno solo sera una salida de amigos nada más, que malo podía pasar.
Sophie la conozco desde que me mude al pueblo eso fue hace mucho tiempo. La paso bien con ella pero últimamente para andando con Mikha estos últimos meses. No es que me agrade ella, solo que es una chica mas sociable que hay en la preparatoria. Bueno digamos que no soy muy destacado socialmente hablando.
Bueno como va hacer mi primera fiesta que iba ir.
Anteriormente me invitado a fiestas de mis compañeros pero siempre me negaba ir por algún motivo.
No es que tenga miedo en ir, solo que no es mi estilo, ya que los jóvenes de ahora están con los hormonas alborotadas y quieren experimentar nuevas cosas, como el alcohol y drogas.
Mi madre me mataría, si me ve drogado o ebrio. Aunque debo decir que si he probado vino de uvas hasta un poco de cerveza de malta. Pero no he fumado nunca.
Por otro lado de que voy hablar con Sophie aparte de la preparatoria.
Si tengo temas pero creo no le va interesar tanto como yo.
En eso Becth me saca de mis pensamiento y me habla.
— Hey Sam —me llama, sacandome de mi trance.
— !Ah! —masculla —. ¿Que paso? —mirándolos a los tres al momento.
— Que Alonzo nos estaba comentando sobre mañana —menciona Becth con naturalidad.
— De que cosa —mascullo dudando.
Y mire a Alonzo con una cara.
"Que rayos le dijiste"
El solo encogió los hombros.
— Pensé que tu mamá lo sabia. No le comentaste —masculla escudándose.
— Lo iba hacer hoy —mascullo con calma.
— ¿Y con quienes van a ir? —pregunta mi madre con intriga.
— Con Sophie y su amiga Mikha —mascullo, sin importancia.
Y mi madre miro a Becth y sonrieron ambas a la vez.
— Que interesante —masculla mi madre.
— Solo vamos a ir como amigos —menciono.
Y cogí otro pedazo de pizza.
— No sabia que te han invitado a una fiesta Sam —comenta Becth sorprendida.
— No me invitaron a mi —acoto —. Si no a Alonzo —al mirarlo fugazmente.
— Espero que la pases bien mañana —menciona Becth contenta.
— Si seguro —mascullo, al comer mi rebanada de pizza.
Después de eso terminamos de comer la pizza. Alonzo se despidió de mi madre y de Becth.
— Hasta luego. Señora Saviers —besando la mejilla de mi madre.
— Hasta luego, Alonzo —masculla mi madre sonriente.
Luego que Alonzo se vaya de a casa, mi madre me miro y me habló.
— Así que vas ir una fiesta mañana, ¿no? —masculla con brazos cruzados.
Mi madre era así tenia sus momentos bipolares, cambia de humor rápidamente cuando no había visitas en la casa.
— Si. Que tiene malo —mascullo calmado.
— Ya sabes lo que dicho, ¿no? —masculla al recordarme.
— Si ya lo mamá no me tienes que repetir. No tomar alcohol, ni fumar y debo regresar antes de la una de la madrugada —mascullo, recitando lo que una vez me había dicho cuando cumplí los dieciséis años.
— Esta bien —masculla —. Ahora sube a asearte —me ordena.
— Si lo que tu diga —respondo —. Buenas noches —despidiendome de las dos.
En eso subí a mi cuarto, mi madre y Becth se fueron hablando yendo hacia la cocina.
Yo subí al segundo pisó donde estaba mi cuarto.
Bueno mi cuarto era espacioso estaba ubicada en el segundo piso en lado derecho posterior de la casa tenia una ventana que daba a la casa de Sophie y otra que daba al bosque.
Si nosotros vivíamos en unos de los suburbios que estaba a cinco kilómetros del pueblo de Nueva Esperanza, así se llama el pueblo en el que vivía. La zona era nueva lleva casi veinte años de fundado, el pueblo tenia sesenta y ocho años de fundación en ese entonces.
Mi cuarto era espacioso media mas o menos siete metros cuadrados, tenía mi cama en una esquina, mi ordenador a la otra esquina, mi televisor de cuarenta pulgadas empotrada en la pared. Mi equipo de sonido, que al final los saqué los parlantes para luego colocarlos en la esquinas de mi cuarto para una buena acústica, lo conecte con un amplificador que daba a mi equipo. Que cada vez que ponía música fuerte, hacían retumbar las paredes del cuarto. Por lo general escuchaba de un poco de todo desde Rock hasta Sinfonía cuando quería tranquilidad. Era un pequeño experto en la electrónica.
Bueno siempre tenia ordenado mi cuarto. Desde que tenia catorce años se me pego labor de limpieza poco a poco.
En mi dormitorio tenia casi todo, tenia una pequeña estantería de libros donde ponía los libros del instituto, había obras de autores que me gustaba, revistas de motos, Skateboarding, electrónica entre otras cosas más. Tenia un lado un pequeño baño con ducha para mi solo.
Bueno cuando entre a mi cuarto, encendí el estéreo puse un poco de música de "The Strokes" pero bajo volumen.
Me saque la ropa para luego ponerme mi ropa de dormir. Que era un chándal y una camiseta lisa negra.
Luego me puse a pensar que voy hacer mañana, pero me quede viendo una serie en Nexflix* que se llamaba "Constantine*".
* Era una seria nueva era fascinante, se trata de un joven exorcista de demonios en la tierra.
* Nexflix era una pagina web que podías ver series y películas de todos los géneros. Pagaba una cuota mensual para la suscripción.
En fin me puse a ver la serie, hasta que me quede dormido.