Casualidades

10. Roseland

Los días van pasando volando hasta llegar el sábado por la tarde, Alonzo llega con Karol a mi casa. Bueno en realidad los tres estábamos en la cochera, con uno de los portones abiertos.
— Hey Sam —masculla Alonzo —. ¿Como te va?
— Que acaso no miras con tus ojos —respondo —. Que estoy limpiando el automóvil.
— Si ya me doy cuenta —masculla.
— Bueno que te trae a mi casa —mascullo, mientras seguía limpiando. 
— Bueno por mi parte nada —masculla —. Pero Karol que te quiere pedir algo.
Me volteo a verla, la mire con intriga.
— Hay algo qué quieras pedirme Karol —mascullo al mirarla.
— La verdad, no realmente masculla —. Solo hemos venido a invitarte a la reunión que se celebra esta noche en el lago.
— Así que era eso. Lo lamento no puedo ir —mascullo —. Tengo asuntos pendientes que requieren mi tiempo.
— Te lo dije Karol —masculla Alonzo —. No quiere venir con nosotros.
— Bueno también puedes venir con alguien, si quieres —masculla Karol —. Sabes piensalo. Nos vemos.
Ella se va caminando fuera de la cochera.
— Si claro —mascullo.
— Nos vemos Sam —masculla.
Alonzo se fue detrás de Karol estaban discutiendo, no le preste atención y seguí limpiando el automóvil.
Luego de terminar de limpiar el automóvil, entre a mi casa estaba sólo en realidad. 
Así que me fui a mi cuarto a ordenarlo con la semana llena de trabajos del instituto y los encargos que mi madre me pedía para la librería, no tuve tiempo de limpiar mi cuarto.
Como saben yo hacia una limpieza total en mi cuarto una vez a la semana, no me tardaba mas de dos horas. 
Cuando llegue a mi cuarto, estaba hecho un desastre, la papelera estaba llena, mi ropa sucia estaba por el suelo, las restos de los proyecto de física estaba regado por el suelo, el minibar estaba sucio por dentro y por fuera, las cortinas de mi cuarto están empolvadas, las ventanas estaban sucias, mi cuarto estaba bien sucio en realidad.
Como a las seis y media de la tarde, Sophie viene a mi casa. Estábamos en mi cuarto.
— Hola Sophie —mascullo —. No me habías dicho que ibas estar ocupada hoy.
— Si pero ya lo termine —masculla —. He venido para contarte que va haber una fiesta en el lago. 
— Ya lo se —mascullo —. Y eso que tiene que ver conmigo.
— Como que tiene ver contigo —cuestiona.
— Es que no me interesa ir —mascullo al echarme en mi cama.
— Como que no quieres ir —cuestiona, al cruzar los brazos al realzar su busto.
— No deseo ir al lago —mascullo —. Porque mejor anda con Mikha.
— No puedo ir con ella —masculla —. Acaso no entiendes que quiero ir contigo.
— Si ya lo se. Es por eso no quiero ir —mascullo —. Bueno he escuchado en el instituto que nosotros ya somos novios.
— Acaso no lo somos —masculla —. O que soy para ti.
— Solo eres Sophie —mascullo —. Mi mejor amiga que he tenido.
— Es en serio, lo que me estas diciendo que solo somos amigos —masculla —. Paso el mayor tiempo contigo que con mis amigas —menciona —. Aparte hacemos cosas que hacen todas las parejas, y me dices que solos amigos.
—  Ahora estamos discutiendo, porque aun no somos novios —mascullo. 
— !Si acaso no escuchas o que! —exclama enfadada.
— Si te escucho Sophie —mascullo —. Es mejor que te vayas ahora —al echarla de mi cuarto.
— Si es lo quieres, lo haré —masculla —. Pero no vayas a dirigir la palabra de nuevo Sam. Adiós.
Y se fue molesta del cuarto.
Me quede sentado un momento y me tumbe en la cama. 
—Por que las mujeres son tan complicadas —mascullo.
Nunca había visto a Sophie enojada como ahora. 
Siempre era alegré y mantenía la calma en cualquier situación.
Pero ahora se a ido muy enojada por tema "Somos Novios".
De seguro no va quererme hablar por un tiempo.
A los diez minutos subió mi madre a mi cuarto, se mantuvo en marco de la puerta.
— ¿Qué ha pasado?
— Nada —masculllo —. Desde cuando estas en casa —aun mirando al techo.
— Hemos acabado de llegar —masculla —. Vi salir a Sophie de la casa esta muy mal —me mira preocupada —. ¿Que le has hecho?
— Solo discutimos —mascullo.
— Así solo discutieron —masculla —. Que te esta sucediendo primero fue Alonzo, y ahora te has discutido con Sophie —menciona —. Tu amiga desde que venimos a vivir al pueblo.
— Nada me pasa —mascullo —. Sabes que dejame solo. Por favor.
— De acuerdo —masculla —. Pero tienes que hablar con Sophie —me ordena.
— Adiós —mascullo en voz alta.
Mi madre se fue y cerré mi puerta. 
Me eche en mi cama, me puse a ver mi móvil. Veo que me habían mandado un mensaje de texto. 
Que me quede pensando.
"Quien me ha mandado un mensaje de texto. Solo tengo pocos contactos en mi móvil"
Dije en mente.
Así que le me puse a ver quien es, lo vi y decía.
Desconocido: "Hola Sam" 
Yo: "¿Quien eres? ¿Y como sabes quien soy?" 
Ellen: "Soy yo Ellen, del instituto" 
Yo: "A eres tu, lo lamento no estoy ánimos para conversar con alguien ahora"
Ellen: "A lo siento, te hable en mal momento " 
Yo: "A lo lamento Ellen, no quiera ser grosero contigo" 
Ellen: "Esta bien, no te preocupes" 
Yo : "¿Donde te encuentras ahora?" 
Ellen: "En el pueblo, el la alameda cerca del ayuntamiento"
Yo: "Ah esta bien. Que tal si nos vemos en café Roseland el, que esta en la esquina"
Ellen: "Ah esta bien, te vas a tardar Sam" 
Yo: "No me voy a tardar, esperame" 
Ellen: "Esta bien" 
Después de eso recogí mis cosas, baje por la cocina.
Mi madre me dijo algo, pero no le preste atención.
Encendí el automóvil, salí de la cochera a la calle, me dirigí al pueblo.
******
Me estacione al frente de la cafetería. Veo a Ellen sentada en unas mesas de afuera, salí del auto me dirigía hacia ella. Llegué a la mesa y la salude.
— Hola Ellen —salude al darle un beso en mejilla —. ¿Como te ha ido hoy?
— Bien, como estas tu —masculla preocupada —. Estabas un poco alterado en los mensajes que enviaste.
— No te preocupes. Todo esta bien —mascullo —. Mas bien porque me enviaste el mensaje.
Me senté en la silla que esta vacía.
— No por nada en especial —masculla —. Sólo quería hablar con alguien, y se me ocurrió hablar contigo. 
— Y dime, de que quieres hablar conmigo —mascullo.
— Solo quiero conocerte un poco mas —mascullo.
— Estas segura —mascullo —. No hay mucho de mi que te pueda interesar.
En eso viene una mesera para ver que pedíamos. Solo le dije un café pasado. Ella lo apunto en su libreta y se retiró.
— A ver primero quiero saber lo mas básico ti, y luego me toca mi. De acuerdo —masculla —. Es como una encuesta. Esta bien.
— Esta bien —confirmó.
Ellen preguntó primero.
— ¿Cual es tu nombre completo?
— Bueno el mio es Samael L. Sannin S. —respondo.
— Bueno no esta nada mal —masculla —. El mio es Ellen S. Landom Lefong.
— Asi tienes ascendencia china —mascullo.
— En realidad mi abuelo es de china —comenta —. Mis padres nacieron en el pueblo costero que esta a seis horas. Si lo conoces, ¿Verdad?
— Bueno mis padres vivían en la gran ciudad, yo nací ahí. Pero cuando mi padre nos dejo, nos mudamos a este pueblo hace once años —comento —. Mi padre tenia descendientes japoneses o algo así.
Ellen me miro con intriga para luego preguntar por mi padre.
— ¿Tu padre los abandono?
— No, el falleció —respondo.
— Lo lamento Sam —masculla apenada.
— No te preocupes —mascullo —. Ni te sientas mal por lo que acabó de comentar sobre mi padre.
En eso viene la señorita con mi taza de café caliente y lo coloca en la mesa, para luego irse y dejarnos solos.
Agarro la azucarera con cucharilla. Pongo dos de azúcar a mi café y lo muevo.
Ellen me pregunta, nuevamente pero cambia de tema.
— ¿Quienes viven contigo?
— Bueno con mi madre, mi hermana y mi tía —respondo.
— O sea que eres el único hombre en casa —masculla sonriendo —. ¿Como puedes soportarlo?
— Te acostumbras con el tiempo —mascullo.
— Bueno yo vivió con mi padre y mi hermano menor —comenta de su familia
— Y tu como convives con ellos —mascullo con ironía.
— Bueno no es fácil mi padre trabaja de noche y mi hermano esta en la escuela —comenta —. Así que yo lo cuido cuando papá se va al trabajo.
— ¿Ahora por que no estas con el?
— Es que esta en la casa de su amigo —responde —. Lo voy recoger a las nueve de la noche.
— Ah por eso estabas por el pueblo —comento.
— Si acuerdate que yo vivo en los suburbios Halleys. —masculla al recordarme dónde vive.
— Cierto —mascullo —. Ya me había olvidado.
— ¿Y tu donde vives? 
— Bueno en los suburbios Phoenix. —respondo.
— A estamos cerca entonces —comenta.
— Bueno digamos que esta cerca ambos suburbios —mascullo.
— Bueno ya sabemos algunas cosas de nosotros —masculla sonriente.
— Bueno en parte, se puede decir que si —mascullo.
Ellen sonríe al momento.
— ¿Y que vas estudiar cuando salgas del instituto?
— A voy estudiar Derecho —masculla.
— Así que quieres ser abogada —comento.
— Si me gusta —masculla —. ¿Y tu que has elegido?
— A voy a estudiar Psicología —mascullo.
— Oh ya veo suena interesante —masculla.
— Algo —mascullo.
— Bueno cambiando de tema —masculla —. ¿Que mas gusta de este pueblo?
— Creo que tal vez el lago, por que iba desde de niño —respondo.
— Crees pero a todos le gusta ir al lago —masculla con ironía.
— No lo se, no lo pensado —mascullo —. No te puedo decir con exactitud, lo que me gusta.
— Aun no descubres lo que te gusta —masculla.
— Es que no soy de apegarme con las cosas —mascullo.
— Ya veo Sam, bueno a me gusta escribir —comenta con fascinación —. Sabes que ya las personas adultas, ya no practican la escritura, porque ahora todo es digital.
— Es que estamos en la era tecnológica, te darás cuenta a cincuenta años ya no va haber papel para escribir —comento —. Yo predigo que en ese año solo vamos a tener una proyección en la frente de nosotros y solo tenemos que pensar.
— Eso sería muy aburrido —masculla —. La escritura en si es un arte, porque expresa sentimientos que tenemos pero plasmado en un papel —comenta —. No digo que el progresó sea malo pero hay que ver factores, ¿Sabes? 
— Bueno es una hipótesis que te comento —mascullo —. No digo que se vuelva realidad.
— Bueno la realidad es otra —masculla —. ¿A donde quieres viajar?
— Iba ir a la gran ciudad de Dreamland para estudiar mi carrera profesional —respondo.
— Yo otro lado quiero ir a Japón, Corea del sur, Macao, Colombia, Brasil, Francia, Italia, Australia y Perú —menciona varios países —. Bueno a cualquiera de estas ciudades. Bueno algún día.
— No esta nada mal, son buenos destinos —comento.
Nos quedamos viéndonos por varios minutos, sin decir una palabra. 
Hasta que ella recuerda algo y  me pregunta.
— ¿Sabes que hora es?
Saco mi móvil del bolsillo para ver la hora.
— A ver son ocho y cincuenta de la noche —mascullo.
— Verdad tengo que ir a recoger a Jackson —masculla al agarrar su bolso y colocándose en el hombro.
— A tu hermano menor,  ¿cierto? —mascullo.
— Si lo tengo que recoger —masculla —. Nos llevarías a mi y a mi hermano a casa, se que es mucho pedir. Pero me puedes hacer ese favor.
— Si claro los puedo llevar —mascullo —. ¿Donde se encuentra ahora tu hermano?
— Esta a dos cuadras de aquí —responde —. Vamos caminando, si quieres puedes dejar tu automóvil aquí, y luego volvemos.
— De acuerdo —mascullo —. Deja me ponerle un par de monedas.
— Esta bien —masculla.
Me levantó del asiento, voy a pagar la cuenta del café que había pedido, para poder tener monedas para el parquímetro. 
Espere que me la cajera me diera mi cambio en monedas y me fui a poner un par monedas al parquímetro.
Nos fuimos caminando hasta los edificios departamentales que estaban a dos cuadras de la cafetería. 
Cuando llegamos Ellen toco el intercomunicador, entro y subió, me dijo que la espere. 
Quince minutos después, bajo con su hermano que estaba jugando en su la consola portátil.
- Hola Jackson —saludo —. Soy Sam, soy amigo de tu hermana.
— Hey Ellen —masculla Jackson —. ¿Quien es este tipo que has traído? 
— Hey Jackson, comportate —masculla Ellen —. El es Sam mi amigo, el nos va ha llevar a casa.
— Como quieras Ellen —masculla Jackson —. Ya nos podemos ir.
— Esta bien —masculla Ellen —. Ya nos vamos.
Ella me mira.
— Esta bien —mascullo.
— Yo voy avanzando —masculla Jackson.
Estaba adelante de nosotros jugando con su consola portátil. 
Nos regresamos a la cafetería, nos subimos al auto, lo enciendo y me fui conduciendo fuera del pueblo. 
******
Ya en la carretera nos dirigimos a los suburbios Halleys. 
Cuando llegamos a la casa de Ellen. Jackson salio primero del auto para luego que Ellen saliera tras el, me dijo que la esperada.
Diez minutos después salio de su casa, se acerco al auto y entro en el asiento el copiloto.
— Lo siento, por el comportamiento de Jackson —mascullo Ellen.
— No te preocupes. Lo entiendo —mascullo —. Se que esta protegiendo a su hermana mayor.
— Eso no tiene nada que ver —masculla —. No te conté porque vivo con mi padre y mi hermano.
— No tienes porque decirlo —masculllo —. Si no quieres Ellen. 
— Sabes eres una persona confiable. Asi que te lo voy a contar —masculla —. Hace un año mamá falleció en un accidente de trafico fue en la carretera 666. —relata cabizbaja —. Jackson aún no lo supera aun, por otro lado mi papá y yo lo sobrellevamos pero para Jackson es difícil supera esa tragedia. 
— Bueno en realidad yo te entiendo mas que nada —mascullo —. Yo pase por lo mismo cuando mi padre falleció, en ese tiempo yo tenia cinco años.
— Oh cuanto lo siento —masculla —al mirarme tenia lágrimas en los ojos.
— No te preocupes Ellen —mascullo al acercarme a ella para darle un abrazo.
— Se que pasamos por lo mismo —masculla —. Pero a esa edad sería muy fatal.
— Tenemos que superar, y seguir adelante con nuestras vidas —mascullo.
— De acuerdo —mascullo.
Me dejo de abrazar. La veo con detalle su rostro, si estaba lagrimeando, aún tenía sus manos en mi cuello. 
En eso me besa en los labios, que solo solo duro un par de segundos, que me paralizado al momento. 
Ella salio del auto al momento, para irse a su casa, pero ella se queda en su puerta. 
— Nos vemos luego —Grito Ellen.
Para luego entrar a su casa.
—Nos vemos —mascullo. 
Encendí el auto, salí del los suburbios Halleys y me fui a casa. 



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En el texto hay: instituto, jovenes, romances

Editado: 14.09.2023

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