Un largo día 1

Y aquí estoy otra vez, escuchando a mi jefe, el cual está con unos accionistas de la empresa en su oficina, alardeando sobre el rendimiento de la empresa, (si supiera que la mitad del tiempo los empleados hacen de todo menos trabajar), su posición numero 3 en el ranking de las mejores empresas de publicidad en el pais, vanagloriándose por todos los logros que ha obtenido desde que fundó la empresa hace 40 años, y bla bla bla... 

¿Y saben qué?

¡NO ME IMPORTA! 

Llevo tres meses trabajando para este viejo loco, cada que lo veo me recuerda a mi vecina del piso de abajo, Juanita.  Juanita tiene 80 años, pero al igual que mi jefe, ve a todos de menos, hay quienes dicen que en su juventud asesinó a su esposo, quien tenia una posición económica muy cómoda, para quedarse con su dinero, y al no haber trabajado nunca en su vida y acabarse el dinero de su difunto esposo, quedó en la quiebra absoluta.

En fin, volviendo a mi jefe, ve de menos a todos,  es en definitiva insoportable.

No lo odio, pero odio trabajar para él, es mezquino, criticón y aunque te esfueces, todo lo haces mal para él, lo único bueno de él y su empresa, es el pago, me pagan el doble de lo que ganaba en mi antiguo trabajo, ¿y cómo no? si es difícil aguantar a un jefe como él,  y todo lo que tenga que ver con él, incluso una vez me mandó a masajear a su perro ruttweiler, casi me come.

y no estoy bromeando

Según él debo hacerlo  porque, soy su tonta asistente

Si así de especial es él.

—¡ROBIIINSS...! — grita, a través del intercomunicador, apenas su reunión termina. Respiro profundo, solo espero no me mande a masajear a Poncho, su perro. Aún tengo la cicatriz de su ultimo ataque cerca de mi muslo.

Entro a su oficina.

—Diga, señor white —le digo, poniendo mi mejor cara de "quiero mandarlo al carajo, pero necesitó el empleo" 

—Mi esposa llega hoy de Francia y tú la iras a traer— dice

¿ahora también soy su chofer? 

De seguro también el chofer renunció, nadie aguanta tanto tiempo trabajando para él, y es por eso que Hanna la futura secretaria de vicepresidencia y futura ex secretaria del ogro, ya tiene ganado el cielo, o por lo menos vacaciones pagadas al paraíso.

—¡¿Me escucho, Robins?! ¿Qué hace ahí plantada como un árbol? ¡MUÉVASE! —grita.

Pensándolo bien, prefiero masajear a Poncho. 

—¿a qué hora llega la señora Amelía?.

—¡ya, Robins, vete ya! —dice, casi gritando.

¿por qué no lo dijo antes? 

el trabajo, Sam, piensa en el trabajo, necesitas el trabajo.

para poder pagar el pequeño apartamento que alquilo, luego de la discusión que tuve con mi madre sobre mi independencia, tuve que buscar trabajo de inmediato, encontrando plaza de mesera en Pepe's pizza, una pizzería cerca de mi universidad. 

Pepe's pizza era un local pequeño, pero tenia sus ingresos de los estudiantes de la universidad que llegaban por comida chatarra, trabajé 6 meses a tiempo parcial ahí, hasta que un cliente intento propasarse, por lo que atiné a lanzarle la soda encima.

tal vez así se enfriaba.

El apartamento lo encontré en un barrio de mala muerte en el centro de la ciudad, pero pues, era lo único que podía pagar, estaba a 20 minutos de la pizzería y por tanto de la universidad, así que luego de mi despido, casi, casi vuelvo rendida con mi madre.

como dije antes, casi, no iba a dejarla disfrutar de mi fracaso, por lo que con ayuda de mi mejor e inseparable amiga, Sara, rehice mi CV ( currículum vitae), y lo envíe a los anuncios mas aceptables del periódico, claro, sin la referencia laboral de Pepe's pizza, ya que les valió lo mismo que nada mis razones.

Luego de esperar respuesta de alguno de los anuncios, y a punto de rendirme, porque no pensaba pedirle ayuda a Sara, no dejaría de ser dependiente de mi madre para ir y molestar a Sara, claro que no. Cuando estaba por tirar la toalla, llamaron de White Publicher Inc para que hiciera la entrevista para asistente de presidencia.

Lo celebramos a "lo grande" con Sara, aún recuerdo ese fatídico día.