Casualmente ¿tú? #1 ( bilogía "Dmd") (editando)

El fatídico dia 2

6:00 am 

—Señoritas, Sára Prince y Samantha Robins. —
Nos levantamos apenas el oficial nos llama, y... Hay que decir que se nota a simple vista lo mucho que entrena ese cuerpo porque... 

¡Ya basta! me estoy contagiando de Sára y eso, no es muy alentador.

El sueño es insoportable a estas alturas y los nervios que me cargo no ayudan en nada a mi buen criterio, pareciera que salí de una de las películas de “Resident evil" y si por puro milagro, consigo el empleo, pasaré a "Soy leyenda" en tiempo récord.

—¿Nos podemos ir? —pregunto un poco insegura y con miedo a que diga que no, y que la denuncia fue impuesta.

—Sí, no se levantaron cargos por agresión —dice mirando a mi amiga.

—¿Que? —dice aparentemente indignada —pero si fueron esas tipas las que emp... —exclama y el oficial la mira mal.

—Sára — la interrumpo —mi entrevista, recuerdas? —digo para que no lo complique más, a lo cual asiente.

comenzamos a caminar por el pasillo, mientras Sára balbucea algo entre dientes, algo que no logro entender, pero que conociendo a Sára, no es muy halagador para el oficial, que nos sigue dos pasos atrás.

El oficial nos indica el procedimiento para poder irnos, firmamos unos benditos papeles y al fin libres, son las 6:30 AM, tengo que correr o más bien volar, y si fuera posible, teletransportarme cual Goku para poder llegar a tiempo y de manera decente a la entrevista a WPI.

 tiro de Sára, la cual no tiene mejor cara que yo, y... ¿Cómo no? teniendo en cuenta todo lo que bebió hace unas horas.
Pero pues, aún así, es sorprendente la tolerancia que le tiene al alcohol, ya que por mas sueño bien disimulado que tuvo, no cayó inconsciente en toda la madrugada o por lo menos, lo que duró nuestra estadía premiun delux en la celda suite de la comisaría. 

Salimos ¡Al fin! y antes de parar un taxi, unas miradas un poco profundas, llaman nuestra atención, y digo nuestra porque Sára voltea al mismo tiempo que yo. Casi no los reconocemos por que las ventanas de su fino auto son semi polarizadas, pero al parecer son... Son... ¿Los protagonistas de nuestra travesía de anoche? Su rostro no se distingue con claridad, pero aún sin tanto esfuerzo, reconocería ese vestido con lentejuelas azul que se logra colar aun a través de las ventanas.

Lo mas seguro, fulminando para sus adentros a "la abusiva descarada" y su "demente amiga", osea,  yo

En las que me metes, Sára.

—¿Traes para el taxi? — le pregunto a Sára, asiente y paramos un taxi, le damos la dirección de Sára, ya que ahí me alistaré para ir a la entrevista.

Sára tiene su propio negocio, un salón de belleza, el cual debo decir, es un rotundo éxito, hasta ya tiene planeado abrir más locales en el país.
A pesar de ser de una familia adinerada, Sára abrió su negocio con ahorros propios, desde siempre a sido una persona luchadora y humilde, aunque en ocasiones es demasiado inmadura... Por ejemplo, ayer y lo que va de hoy... Y lo que va de su vida... 

En fin. 

Gracias al cielo, el taxista va a una velocidad conveniente, pero sin llegar a ser peligroso o ilegal.

Llegamos al apartamento de Sára a las 7:10 am,  el cual queda en el piso 5. Sára vive en un conjunto de apartamentos muy espaciosos, pero sin rayar en lo obsceno, muy bonitos, para ser sincera. Quería alquilar aquí, pero mi presupuesto actual no me lo permite y ni loca iría donde mi madre, quiero demostrarle que puedo ser independiente y eso haré.

—Bien, boba, ve a ducharte, alistare la ropa y toda la artillería —dice, mientras me empuja al cuarto de baño.

Me vi en el espejo del baño y definitivamente daba asco. Me duché lo mas rápido que pude, lo normal que me tardo en bañarme son 45  minutos, pero, ahora lo hice en un tiempo récord extremo de 15 minutos. Increíble ¿No? 

y juro que me duché bien.

Salí del baño y vi ya listo sobre la cama de Sára, el conjunto de ropa que usaría hoy, era muy formal y elegante, y para nada aburrido. Consistía en una falda tubo negra 2 cm sobre la rodilla, camisa a botones manga larga blanca y un saco negro y... Esos zapatos... Eran hermosos. Sára y su buen gusto para la moda, plataforma 5 cm, cerrados, color negro, sencillos pero hermosos.

Termine de cambiarme y esperé a que Sára hiciera su magia con el maquillaje, de paso también con mi cabello, el cual parecía tener una malévola mente propia. Nada que ver como el de mi mejor amiga; rubio, ondulado y manejable, o como el de mi madre, un liso perfecto, aunque siempre y desde que tengo memoria, corto por encima de los hombros, y negro como el carbón.
En fin, mi cabello pareciera odiarme, como si hubiera querido pertenecer a alguien más, y como fue a mí, me hacía pasar vergüenza.

Luego de 10 minutos estaba lista, mi ojo parecía estar bien, como si el puñetazo que recibió anoche fuera sólo una alucinación, dolía pero no como para llorar y pues gracias a Sára mi cabello se estaba comportando; caía suelto por  mis brazos. Sára era una genio, la verdad no parecía yo. 

Debí tomar un antes y un después en foto, parecía dos personas diferentes, y la verdad es que no me arreglaba casi nada y menos ahora que estaba de ínter-ciclo de la universidad.

—Amiga, te ves genial —dijo Sára con una voz de orgullo. ¿Exageraba? Pues creo que no, porque literalmente me había cambiado de sapo a... A plebeya. 

La auto-sinceridad sobre todo.

—Imagínate y tu jefe es de esos galanes que salen en los libros que leemos y con un cuerpo que... —la interrumpí.

¿Qué lee ella?. 

—Sára, basta. No lo creo —digo sonriendo —Y si es así, seguro y esta casado, con hijos y un perro... o a lo mejor, un gato.

o los dos.

—Tienes razón —bufa —hasta ese sexy hombre de anoche tenía pareja. ¿Por qué no fui hombre? —se queja viendo al vacío con aparente desilusión.



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En el texto hay: amor-odio, dolor, amor reencuentros drama humor

Editado: 28.02.2021

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