Soltar… aunque te quemé, aunque te arda, aunque te duela.
Suelta, suelta por ti, suelta por tú yo del mañana.
Suelta.
Las noches son tan oscuras en la incertidumbre, el caos, el arrepentimiento, la duda, la culpabilidad.
Pero todo eso pasa, todo eso se desvanecerá con el tiempo.
Aun así debes soltar.
Aferrarte al ”si hubiera”, aferrarte al “si tan solo fuera diferente”.
No tienes por qué ser diferente para mantener a una persona a tu lado.
No tienes por qué destruirte para construir la estabilidad de alguien.
No eres el salvador, eres una persona.
No eres el arquitecto, eres una obra más de la vida.
Tienes que encontrar tu voz.
Tienes que encontrar tu balance.
Por ti, no por los demás.
Tienes que soltar, si no sueltas te pesará tanto verte a ti tal y como eres.
Si no sueltas seguirás viéndote y actuando bajo los mismos patrones impuestos en ti.
Suelta… y con ello todo lo que está sobre ti.
No le temas a deconstruirte, a veces en ese proceso viene la claridad a nuestra vida.
Y entendemos nuestro propósito,
Así que camina.
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Editado: 15.09.2024