Enfoque.
Uno, dos y tres pasos…
Solo necesitas unos pasos.
Pasos hacia lo que anhelas.
No importa cuando, no importa como, solo no perder el enfoque.
Porque, aunque es agotador el desierto y nuestra vista es cegada, hay algo más dentro de nosotros.
Algo más que nos impulsa, nuestro propio norte, nuestra propia guía.
Nuestra propia voz.
Si los sentidos no funcionan.
Nuestro corazón lo hará.
Porque en él está escrita nuestra misión.
Él sabe cuál debe ser nuestro enfoque.
Solo unos pasos más, tan solo resiste unos pasos más.
Hacia tu meta.
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Editado: 15.09.2024