Después de su travesía por el reino subterráneo, Zafiro y Aurora decidieron explorar las altas colinas que se erguían majestuosamente alrededor de su hogar en el bosque encantado. Ascendieron por veredas estrechas y sinuosas, guiados por la promesa de nuevas maravillas. Mientras escalaban, el aire se volvía más fresco y lleno de fragancias desconocidas.
Al llegar a la cima, quedaron deslumbrados por la vista panorámica que se extendía ante ellos. Los rayos del sol filtrándose a través de las hojas creaban un mosaico de sombras y luces en el suelo del bosque. Pero no solo la vista les sorprendió, sino las criaturas que habitaban estas alturas.
En lo alto de una colina, Zafiro y Aurora encontraron una manada de grifos majestuosos, con cuerpos de león y alas de águila, descansando en la cima de las rocas. Estas magníficas criaturas los observaron con ojos curiosos y luego, al darse cuenta de que no eran una amenaza, extendieron sus alas y se elevaron en el cielo, dejando tras de sí un eco de graznidos y rugidos.
Mientras exploraban más, se encontraron con faunos juguetones que danzaban entre los árboles, tocando melodías con flautas hechas de cañas. Los faunos, con patas de cabra y rostros risueños, los invitaron a unirse a su alegre celebración, llenando el aire con risas y música que resonaban en las colinas.
Continuando su camino, Zafiro y Aurora descubrieron una fuente mágica en una clara del bosque. Al acercarse, fueron recibidos por ninfas acuáticas, con cabellos ondeando como algas y vestiduras hechas de brumas. Las ninfas bailaban en círculo alrededor de la fuente, cantando melodías que parecían emerger de las profundidades del agua cristalina.
Siguiendo la corriente de la fuente, llegaron a un bosque de árboles centenarios donde las hadas tejían telarañas de luz entre las ramas. Las hadas, con alas iridiscentes, crearon un espectáculo de destellos que iluminaban el bosque como estrellas titilantes. Al acercarse, las hadas saludaron con risas tintineantes, compartiendo historias de antiguas leyendas y secretos del bosque.
Entre las altas colinas, Zafiro y Aurora también se encontraron con un antiguo druida que custodiaba un círculo de piedras. El druida, con barba larga y vestiduras adornadas con runas, les contó sobre la conexión espiritual que compartían con el bosque y les enseñó antiguos rituales de agradecimiento a la naturaleza.
Editado: 25.12.2023