Causa Perdida

¿Qué Pretende?

Los ojos de Daniel están puestos en Felipe mientras su ceño se frunce.

— Summer...— Dice Emory asomándose detrás de Daniel. Necesito que me explique que ha pasado.— Entra, te estás mojando.

— No me digas.— Contesto y sé que la forma en la que lo dije sonó un poco mal, pero eso es lo que provoca que mi ex esté frente a mi.

— Summer, entra.— Casi ordena Daniel. 

¿Quién se cree?

— Entrará cuando quiera.— Dice Felipe parándose frente a mi en cuanto ve que Daniel se acerca.

Kenzie, Madison, Liam, Jake y Mason aparecen junto a Emory y no puedo estar más confundida. 

Liam, Jake y Mason parecen estar atentos a cualquier movimiento, mientras que Madison, Kenzie y Emory parecen solo pensar en que deberían hacer y parece ser que lo primero que se le viene a la cabeza a Madison es sujetar el brazo de Felipe de forma rápida para obligarlo a entrar a la cabaña.

— ¿Te quedarás allí sola?— Cuestiona Daniel y siento que falta poco para estampar mi mano en su mejilla.

— Si así lo quiero, así lo haré.— Contesto.

— Summer... vamos, entra, te enfermarás.— Habla Kenzie.

— Vale, si Daniel sale, yo entraré.— Digo.

— No saldré y tu entrarás, no seas necia.

Puedo ser necia y todo lo que quieran pero solo imaginarme en la misma habitación con los cuatro hermanos, las chicas y sobre todo Daniel, no me agrada. 

Todas las miradas están puestas en mi así que suelto un suspiro de resignación y entro a la cabaña, sin decir nada, me dirijo al baño y allí cuelgo el saco gris que derramó agua por donde pasé con él y regreso tal y como estoy a donde están todos.

— ¿Se me permite hacer una pregunta?— Cuestiona Mason levantando su mano como si de un salón de clases se tratara, lo que me hace sonreír.

— Dilo.— Contesto.

— ¿Quién es él?— Pregunta y miro a Emory.

— No he dicho nada, son asuntos tuyos, ellos están confundidos al igual que tú.— Dice Emory.

— Soy su novio.— Dice Daniel y suelto una carcajada, la más falsa que he soltado en mi vida.

— Es mi ex.— Contesto y todos a excepción de Emory y Daniel sueltan un “ah” como si ya les hubiera quedado claro todo.

— Entonces... yo creo que es mejor que nos vayamos.— Comenta Kenzie.

— ¿Qué? No, no nos vamos, está lloviendo y el que no pertenece aquí es él.— Contesta seguro Jake y estoy completamente de acuerdo.

— Lily me dejó entrar y sabe que estoy aquí, creo que no puedo decir lo mismo de ustedes.— Sé que Daniel lo dice en forma de amenaza y eso sólo hace que me moleste más, pero, sé que tampoco se rendirá hasta hablar conmigo.

 —Vale, habla.— Digo y él me vé con el ceño fruncido.

— Summer, vamos a hablar sólo los dos.

— Bien, pero ellos no saldrán, saldremos nosotros, nadie se tiene que mover de aquí porque a ti se te da la gana.—Contesto y sin pensarlo salgo de la cabaña directo a la lluvia, bajo los escalones de la entrada y tomo asiento en el último.

— No puedo creer que los defiendas, no los conoces.—Comenta Daniel en cuanto toma asiento a mi lado.

— Pues mira, a ti se suponía que te conocía y no pudo salir peor.

— Sólo escúchame ¿si?

— Te escucho pero eso no quiere decir que te crea.

— Summer, para, detente, sólo...

—Sólo ¿qué? ¿Qué quieres? déjame en paz.— Digo.

¿Cómo puede hacerme esto?¿Cree que es fácil para mi? Desearía odiarlo.

— ¿En serio ya no sientes nada por mi?

— ¿Perdona? ¿Qué pretendes? ¿Que todo siga igual después de lo que hiciste? ¿Quién te crees?

— Summer, yo... yo no sabía lo que hacía...

— No me digas.— Interrumpo.

— Summer, me arrepentí y me arrepiento de haber hecho lo que hice, en serio... te quiero.

Escucho cada una de sus palabras y estas solo me provocan molestia, tanta, que siento ya como mis ojos se esfuerzan por no dejar salir las lágrimas, por fortuna, está lloviendo, así que no trato de esconderlas cuando caen esperando que Daniel no lo note, pero, lo hace, lo nota. Me levanto rápidamente del escalón con la intención de entrar a la cabaña y cerrarle la puerta en la cara, pero él es más rápido que yo y se interpone en mi camino.

— Summer, por favor.— Dice.

— ¿Por favor qué?— Pregunto sabiendo a lo que se refiere.

— ¿En serio quieres que todo termine aquí?— Pregunta acercándose y tomando mi rostro en sus manos.

Para ser sincera, no, no quiero que esto se termine, lo quiero demasiado, pero tampoco sé qué es lo que debo hacer.

— Daniel...

— Te quiero y te lo demostraré.— Dice acercándose. Sus labios quedan a centímetros de los mios.

— Bien, esa es tu decisión pero tu y yo no somos algo, así que manten tu distancia.— Digo y retiro sus manos de mi rostro de forma delicada.— ¿Te vas ahora mismo?

— Puede o puedo también hablar con Lily y que me acepte en el campamento, sé que lo hará gracias a mi madrastra.

— No, no lo hagas.

— ¿No quieres estar conmigo?

— Si, es precisamente lo que te digo y si tu lo quieres pues esfuérzate, pero no te metas en mis vacaciones que si estoy aquí es precisamente para no estar cerca de ti.

— Bien.— Sé que se molestó con mi respuesta, pero a diferencia de él, yo no pienso mentirle.— Me voy, dile a Emory que gracias por dejarme pasar. Volveré.

Daniel se va sin decir más y yo toco a la puerta de la cabaña, dos segundos después esta se abre mostrando a los siete chicos parados frente a mi.

— Summer.— Abro los ojos en cuanto escucho la voz de Lily y parece que todos la hemos escuchado porque Madison empuja a los cuatro hermanos y éstos reaccionan corriendo dentro de la habitación, tratando de encontrar algún escondite, por suerte, desde donde está Lily con su paraguas no se alcanza a ver el interior de la cabaña.

— Hola.— Saludo un poco distraída al ver que faltan Felipe y Mason por esconderse, así que decido acercarme a Lily para que ella siga sin poder ver hacia el interior de la cabaña.

— Summer, entra, que te enfermarás, ¿por qué estás fuera?¿ha pasado algo?— Dice Lily.




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