Cayendo en tí

Parte 2

 

Bajo mis gafas oscuras mientras miro hacia arriba, frunzo mi ceño dándome cuenta que no es tan aburrido como debería pero no estoy emocionada, tengo sueño y todavía no es medio día, pero Darcy estaba demasiado emocionada por venir al Museo Arqueológico, no entiendo cuál es su fascinación pero todos tenemos gustos y no tengo ánimos para juzgarla o algo por el estilo, pero su visita con un guía turístico incluido es costosa, me alegra no ser la persona que pague.

- Les presento la máscara de Agamenón, hecha de oro puro y es bastante famosa porque fue uno de los héroes más sobresalientes de la mitología griega cuyas aventuras puedes encontrarlas en la Ilíada de Homero.- explica el guía turístico.

- Esto es fascinante.- dice Darcy con una sonrisa.- ¿eres griego?- le pregunta llamando mi atención.

- Si, señorita.- responde sonriéndole.

- ¿Sabes algo de la leyenda de los ρόδον?- pregunta con curiosidad.

- No entiendo.- dice apenado.- nunca he escuchado sobre ello.- le responde.

- Pero deberías saber todo sobre ello, se supone que debes saber todo sobre Atenas, por eso te pago.- le dice.

- Darcy.- digo su nombre cuando sube el tono de su voz.

- Hay muchas leyendas relacionadas con la mitología griega, muchas de ellas fueron inventadas y no son encontradas en los libros, pero si me hablas un poco sobre ello quizás pueda encontrar información.- le dice con cortesía.

- ¿En serio? Gracias.- le dice.- son seres…- me alejo de ellos de inmediato cuando empieza a contar con entusiasmo sobre ello.

Miro con molestia a una señora cuando me golpea con su hombro y no escucho una disculpa, sujeto mi bolso a mi pecho luego de entrar mis gafas, camino observando todo buscando algo que llame mi atención pero no lo logro, me detengo cuando noto que me he alejado demasiado del guía, miro hacia atrás y no lo veo, maldigo y suspiro, tengo calor y tengo sed, no estoy cómoda en un lugar que no quería visitar.

Me giro cuando siento a alguien tocar mi hombro, frunzo mi ceño al no ver nadie cerca de mí, llevo mi mano a mi hombro cuando siento un escalofrió, ese toque… es como si lo recordara. Empiezo a caminar buscando la salida y cuando lo hago minutos después, mis pies se detienen por culpa de aquel aroma ¿Por qué sigo oliendo rosas? ¿Por qué cuando lo hago me siento tan triste? Miro hacia el frente y siento que pierdo el aire cuando reconozco ese rostro cerca de la puerta de la salida, una nariz perfilada y una piel bronceada, su cabello negro despeinado y alto, muy alto ¿estoy loca? Doy un paso hacia él sin poder evitarlo.

Cuando sale del museo lo sigo sin saber porque, pero algo me dice que lo haga y eso hago, seguir a un extraño que aún no sé si es parte de mi imaginación, al salir lo veo detenido de espaldas junto a un pilar de la entrada, me acerco hacia él lentamente y antes de que pueda hablar desaparece. Abro mi boca sin saber que decir, veo a las personas entrar y salir del museo, doy unos pasos hasta llegar al inicio de los escalones y tomo asiento, llevo mis manos a mi cabeza sintiéndome tan molesta, no puedo volverme loca, no puedo.

- ¿Qué sucede conmigo?- susurro.

Decido llamar a Mark para recordar la realidad, me pregunto si este viaje fue una buena idea porque solo ha aumentado mi locura ¿Por qué me siento devastada? Siento que perdí algo tan grande, algo que nunca recuperaré y eso me destroza ¿Qué es?  Contesta segundos después como siempre y lo hace con alegría al escuchar mi voz.

- ¿Cómo estás?- pregunta.

- Bastante bien pero el cambio de horario me afecta un poco.- respondo.

- Te extraño ¿Por qué no vuelves ya? ¿quieres que vaya hacia ti?- pregunta.

- ¿No puedes vivir sin mi o qué?- pregunto.

- No, no puedo.- responde sorprendiéndome.- y no quiero tampoco.- me dice.

- Estás loco, solo vigila a las chicas por mi.- le pido.

- ¿Has pensado lo que hablamos?- pregunta.

- Todavía no.- respondo.- te enviaré un mensaje en la noche, sé que será de madrugada en New jersey, adiós.- le digo antes de colgar.

Suspiro mirando el celular y sonrió sin poder creer que yo me sienta abrumada después de todo lo que he hecho en mi vida. La locura no es parte de ello y no lo será, soy fuerte y he peleado por todo lo que tengo, nadie me ayudo o me facilito nada, siendo adulta han sido las únicas ocasiones que mi padre me ha ayudado como abogado y se lo agradezco, pero no voy a sentarme con mi vestido veraniego de diseñador en unas escaleras sintiendo que he perdido la cabeza, no lo haré.

Me pongo de pie y veo a Darcy salir con una sonrisa, me abraza por unos segundos al llegar a mi lado y siento mi cuerpo tensarse, hay algo en esta chica que no es bueno y por ello no me cae bien, supongo que dos personas con ambiciones no pueden ser tan amigos después de todo.

- ¿Ahora qué?- le pregunto.

- Iremos a Monastiraki.- responde, alzo una de mis cejas.- podemos ir de compras y seguir disfrutando nuestro día.- me dice.

- ¿Qué hay sobre la comida?- pregunto.

- Iremos a un restaurante.- responde.- tranquila, confía en mí, sé lo que hago.- me asegura.

- Mientras todo termine en un bar.- le digo.

- Lo hará.- me dice.- pero primero debemos ir a un lugar.- dice.




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