Cayendo en tí

Polinización

 

Miro a Uxía fijamente mientras juega con su muñeca sentada en la cama ¿Por qué parece que detone una bomba aquí? Después de que hable con Áyax, él mostro su desacuerdo delante de todos aquellos que han venido a hacer el ritual, ellos no estuvieron de acuerdo y solo dijeron que él no entendía porque todavía es un niño, eso no fue lo mejor que pudieron decir porque han estado discutiendo por días, días que han estado perdiendo porque ahora solo faltan cuatro días para el eclipse y todo se vuelve cada vez más real.

- Mary.- escucho que Uxía dice mi nombre.- ¿quieres jugar conmigo?- me pregunta por tercera vez.

Niego de inmediato y estoy sorprendida de la paciencia que he estado teniendo los últimos días, he tenido que cuidar a la niña y alejarla del área de la batalla, todos olvidan que hay un infante aquí y a pesar de que puedo ser insoportable, me dije a mi misma cuando era joven que si algún día tenía hijos no permitiría que me escucharan gritar o pelear con su padre, eso deja secuelas que no pueden ser sanadas, heridas que no pueden ser curadas y por supuesto pierdes parte de tu infancia, como lo hice yo.

- Por favor.- me pide haciendo un puchero.

- No me gustan las muñecas.- le digo  y vuelvo a mirar hacia la puerta.

Quiero salir y decirle que se detengan, pero me odian después de que dije aquello en la cena de  la primera noche, aunque quiero entenderlos no puedo, tengo miedo de que al final ellos tomaran la misma decisión, él debe morir y todos creen que eso debe suceder, pero ¿no ven lo horrible que es lo que quieren hacer? Nunca volvió a vivir después de perderla a ella y ahora fui traída al pasado para asegurarme de que él muriera ¿Tan malo es lo que sucederá que no puede sobrevivir? Eso me preocupa, sé que ella lo amo, pude sentirlo y por eso no entiendo porque estoy aquí, soy el asesino pero tengo prohibido matar ¿Qué estupidez de regla es esa?

- ¿Quieres beber té?- me pregunta, la miro de inmediato, suspiro.

- No bebo té.- respondo.

- Pero todos beben té.- dice confundida.

- Yo no.- digo de inmediato.

- No quieres jugar conmigo ¿puedo ir a mi cuarto?- me pregunta poniéndose de pie.

Es una niña educada, dulce y hace que los demás niños que he conocido parezcan otro ser, es chistoso como no me molestan sus preguntas pero he rogado cada vez que mi padre se casa que no tenga más hijos, es bueno ser hija única y heredera de todo, es lo mínimo que merezco después de tantos años soportándolos a ambos, admiro a mi padre, pero todos los regalos, el dinero y los viajes no eliminan años de niñeras, de escuchar sus gritos y verlo decirle a mi madre palabras que ninguna mujer debería escuchar, creo que poco a poco me convertí en mi padre y ahora cuestiono el camino que seguí.

- No puedes ir.- le respondo.- ¿Sabes dónde está tu abuelo?- le pregunto por segunda vez.

No he visto a Nerium desde esa noche, he temido preguntar ya que no soy la persona favorita de nadie, soy una simple arma y eso es algo que no voy a aceptar sin pelear. Tampoco he soñado algo, incluso he tenido poca hambre y a pesar de no sentirme agobiada, quiero golpear algo o alguien, la segunda opción me parece mejor.

- No lo sé.- responde después de pensarlo demasiado tiempo.

- Quédate aquí.- le pido.

- Pero…- la interrumpo.

- No estoy preguntándote, estoy diciéndote, te quedas aquí ¿entendido?- le pregunto.

- Si.- responde asintiendo.

- Te atraeré comida.- digo.

- Quiero helado.- dice sonriendo.

- Por supuesto.- susurro caminando hacia la puerta.

La abro luego de dudar por unos segundos y salgo de la habitación, miro la puerta de la habitación siguiente y se encuentra cerrada ¿estará ahí? Después de lo que sucedió esa noche, no creo que pueda verlo sin sentirme humillada, siento que estuve rogando por un poco de afecto, eso fue patético. Sigo caminando por el pasillo y empiezo a bajar las escaleras,  camino hacia donde escucho a personas hablando y al entrar en la sala todos dejan de hablar ¿debería sentirme ofendida?

Miro a Áyax y hablo.

- La niña tiene hambre.- le informo.- quiere helado.- le digo.

- Iré en unos minutos.- me dice poniéndose de pie.

Miro al hombre que se encuentra sentado a su lado y en su mirada no puedo ver algo más que desagrado ¿Por qué me odia tanto? No me conoce y creo que si lo hiciera, también me odiaría y por eso no me importa, alzo una de mis cejas cuando no deja de mirarme y empiezo a observar a las personas presente, tres hombres y dos mujeres sin contar  a la querida Agnes, sonrío sin poder evitarlo.

- Entonces ¿Cuál es el plan?- pregunto.

- Mary, sígueme.- escucho decir a Áyax.- ahora.- me pide cuando nota que no voy a moverme.

- ¿Por qué debería? solo estoy preguntando, de todas manera debo saberlo porque soy yo la única que puede.- digo restándole importa.

- Es bastante insolente.- escucho decir a uno de los hombres con molestia, se pone de pie.- ¿Crees que porque eres uno de ellos debes saber todo? Solo son unos parásitos tratando de hacerse famosos explotando la vida de alguien.- me dice con molestia.




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