Cayendo en tí

Parte 2

 

Abro mis ojos y bostezo,  frunzo mi ceño con molestia al escuchar un ligero ronquido a mi lado, al menos hoy en la tarde podré ver a London y podré quitarme toda esta frustración sexual que estoy sintiendo, golpeo con fuerza su hombro logrando despertarlo, abre sus ojos y me mira de inmediato sorprendido, al ver sus ojos siento cierta incomodidad dentro de mi ¿Qué es eso?

- ¿Estaba roncando de nuevo?- me pregunta.

- Si.- respondo.

Alejo las sabanas de mi cuerpo y me pongo de pie sin importarme mi desnudez, camino hacia el baño y al entrar cierro la puerta, me miro en el espejo y peino mi cabello ligeramente, tomo asiento en el inodoro y cierro mis ojos por unos segundos pensando en mi agenda, estaré muy ocupada en la mañana pero debo sacar tiempo libre como siempre , es viernes y eso significa probar un poco del mejor postre que he encontrado, joven pero poderoso, no es como el vino que me encanta beber.  Entro a la ducha luego de orinar, luego de abrirla permito que el agua caiga en mi piel y es tibia,  me doy una corta ducha porque no estoy de humor para una visita tan temprana de mi esposo, algo que me deje insatisfecha de nuevo.

Envuelvo mi cuerpo con una toalla y salgo del baño encontrándome con Mark.

- Iba a acompañarte.- me dice con una sonrisa, beso sus labios  y sus ojos azulados me ven con tanto amor que parece no poder controlarlo, patético.- ¿Por qué no te quedas unos minutos extras?- me pregunta.

- Tengo mucho que hacer, tenemos una conferencia que preparar y sabes que me necesitan desde temprano.- miento.

- De acuerdo.- me dice con una sonrisa.- te amor.- dice antes de besar mis labios.

Abro mis ojos en medio del beso al sentir que sus labios se sienten diferentes ¿Por qué? le sonrió dejando de besarlo y muerdo mi labio inferior,  permito que entre al baño y cuando la puerta se cierra borro mi sonrisa, suspiro y camino hacia nuestro closet, abro la puerta corrediza y me acerco a mis vestidos,  tomo un vestido de diseñador de color azul oscuro, busco mis tacones y elijo unos rojos, luego de ponerme ropa interior de diseñador, decido ir a mi oficina, será un largo día con una sola meta, tener buen sexo al final del mismo.

 

 

Luego de horas de trabajo y de tener que controlarme para no despedir a alguno de mis empleados, me encuentro jadeando luego de tener el mejor de sexo del día, no sé si el próximo viernes será mejor, nunca subestimo al chico bonito, lo veo fijamente y admiro su desnudez ¿Por qué debe sentirse tan bien ser infiel? lo excitante de lo prohibido me lleva a seguir haciéndolo, una y otra vez, sin arrepentimientos. Me pongo de pie sabiendo que debo volver a casa antes de que anochezca, debo volver como buena esposa, me visto rápidamente y entro al baño como siempre, arreglar mi maquillaje es algo importante, siempre perfecta y donde mi única preocupación debe ser seguir pagando la habitación de hotel y pagar por el anonimato.

Minutos después camino por el pasillo hacia el ascensor y no puedo evitar sentir que todo esto es algo que ya he vivido, es una locura, pero parece ser más divertido de lo que debería, cada palabra dicha hacia London se sintió como algo ya dicho ¿Por qué? al entrar al ascensor llamo a mi padre, Alexander  es todo lo que evito en un hombre, prepotente y egoísta, necesito un hombre dependiente.

- ¿Qué quiere la reina?- pregunta cuando contesta, sonrío con diversión.

- Evitar que alguien acabe con mi matrimonio.- respondo, lo escucho reírse como siempre.

- ¿Otra vez?- pregunta.

- No es mi culpa que se enamoren, soy bastante sincera desde el principio, solo sexo.- respondo en mi defensa.

- ¿Nombre?- pregunta como siempre.

- London, no conozco el apellido.- respondo.

- ¿Sabes lo común que es ese nombre aquí en Trenton? No es tan fácil mocosa, piensa en algo que pueda ayudarme.- me pide.

- Trabaja en una cafetería en las afueras de la ciudad.- digo.

- Envíame el nombre de la cafetería y resolveré eso para ti.- me dice.

- Eres el mejor.- digo con una sonrisa.

- Me debes un favor, reina.- lo escucho decir, borro mi sonrisa.

- ¿Qué quieres?- le pregunto con molestia.

- Todavía no tengo nada en mente, pero muy pronto lo sabrás.- responde antes de colgar.

Miro mi celular por unos segundos  y luego lo guardo en mi bolso,   apoyo mi mano en la pared cuando el ascensor se detiene de repente, trato de controlarme porque eso me asusto, por unos segundos pensé que podría caer como en las películas, debí elegir un mejor hotel, uno más caro quizás. Presiono el botón rojo de emergencia  pero nadie contesta ¿Qué demonios? Suspiro aliviada cuando vuelve a moverse con normalidad, eso creo.  Las puertas del ascensor se abren segundos después,  llevo mi mano a mi pecho al sentir que mi corazón late demasiado rápido ¿Por qué? seguro es porque acabo de asustarme, las puertas vuelven a cerrarse, bajo del ascensor en el parqueo subterráneo y al hacerlo, me detengo.

- ¿Qué?- me pregunto a mí misma por sentirme tan extraña e incluso perdida sin razón alguna.

Ignoro ese sentimiento y me dirijo hacia aquel restaurante donde Mark debe esperarme, ahora que he tenido buen sexo, mi humor no puede ser arruinado y no voy a permitirlo. La cena transcurre a la perfección hasta que mi esposo dijo una palabra prohibida NIÑOS, mi vida es demasiado perfecta para complicarla de alguna manera y no voy a hacerlo, no pienso hacerlo por ahora y si algún día me siento lista, tendré un hijo porque quiero, no porque él siente que necesita un bebe para jugar a la casita conmigo, no funciona así.




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