Cayendo en tí

Parte 3

 

Observo mi anillo de matrimonio fijamente sin saber porque, he llegado a casa hace un rato, pero me he quedado en el mismo lugar tratando de que aquellas palabras abandonen mi cabeza, nunca me ha importado lo que diga alguien sobre mí y la verdad es que un comentario no me afecta, pero ese comentario lo hizo y no voy a negarlo, ¿De verdad he ocultado mis sentimientos? Mientras crecía yo nunca dude sobre algo o sobre cómo me sentía, siempre supe lo mucho que odiaba las discusiones de mis padres, ni siquiera llore por sus gritos, se sentía como algo normal y cuando conocí a Mark tampoco dude, sabía que lo quería,  pero no lo quería como decían aquellas canciones de amor, quería utilizarlo.

Es estúpido pensar que he ocultado algo además de mis aventuras, si estoy segura de ello ¿Por qué me siento tan equivocada? Miro la puerta principal de mi casa y sé que hace horas que he estado conduciendo en la ciudad para no venir, es tan extraño necesitar silencio como lo hago.

Abro la puerta de mi auto y al fin decido salir, doy unos pasos antes de escuchar un auto acercarse, al girarme reconozco el auto de Mark de inmediato y maldigo ruidosamente, apague mi celular hace horas y olvide  encenderlo, eso significa drama, alguien enojado por ser demasiado sobreprotector cuando no necesito ser protegida, creo que a pesar de que estemos casados por tantos años, no me conoce y si lo hiciera, me tendría miedo.

Lo veo salir de su auto y cierra su puerta de golpe, me mira con enojo pidiendo explicaciones, camina hacia mí  y no permito que su actitud me preocupe, pongo mi mejor sonrisa como siempre y sé que esto es algo que puedo resolver con unos besos, un te amo y ser la esposa perfecta en casa de sus padres.

- ¿Qué diablos sucede contigo hoy?- pregunta molesto.- ¿Dónde estabas?  He llamado a todo el mundo, tu asistente dijo que dejaste el trabajo hace horas.- me dice.

- Cosas de chicas.- respondo.- estás exagerando.- digo.

- Siempre dices lo mismo ¿Dónde estabas?- vuelve a preguntar.

- Cariño.- digo sintiendo que pierdo mi paciencia, me acerco a él y pongo mi mano en su pecho.- todo está bien, mi celular se quedó sin batería.- digo en mi defensa.

- ¿Eso es todo?- pregunta, lo miro confundida.-  siempre la misma excusa, has comprado seis celulares en un periodo de seis meses,  parece que algo más es el problema.- me dice.

- ¿Por qué te mentiría?- le pregunto.

- Eso quiero saber ¿Por qué mientes nena?- pregunta.

- No lo hago, lo prometo.- respondo.- solo necesitaba pensar, tiempo para mí misma, sola, pero estoy bien ¿de acuerdo?- le pregunto, asiente.

- No vuelvas a hacer eso.- me pide sujetando mi rostro.- pensé que algo malo había sucedido contigo, solo deja de alejarte de mí cuando las cosas lucen difíciles ¿de acuerdo? somos un equipo, si todo esto es porque te presione por tener un hijo, olvídalo, no lo quiero si me arriesgo a perderte.- me pide.

Me quedo en silencio sin saber que decir.

- Te amo.- dice antes de sonreírme.

Me abraza y no sé porque sus palabras acaban de hacer que me sienta… ¿eso es culpa? Demonios, creo que necesito un buen trago y una larga noche de sueño, porque esto no soy yo, todo esto es por ese maldito sujeto.  Entramos a la casa luego de unos minutos abrazados y normalmente no hago eso, no me gusta el contacto no necesario, pero parece que lo necesitaba, lo hacía.

Elijo mi vestido para esta noche, negro con la espalda descubierta, mis ojos no abandonan los movimientos de Mark con una sola pregunta en mi cabeza ¿Cómo sabía que estaba en casa? Quizás solo fue coincidencia, pero no creo mucho en ellas, me acerco a él, lo veo tomar su ropa sucia y ponerla en el canasto con el resto de ropa , al verme acercarme a él me sonríe.

- ¿Qué?- pregunta cuando no hablo.

- Nada.- respondo pensativa.- ¿A qué hora es la cena?- pregunto con fingido interés.

- 7:30.- responde.- solo seremos nosotros cuatro, algo simple.- me dice.

- Pero contrataste un chef.- digo.

- Sabes cómo cocina mi madre, no es la mejor y no quería que hubiera una discusión sobre ello.- me dice.

- Buena idea.- le digo.-  me siento muy apenada porque tuviste que buscarme por todos lados ¿cómo supiste que estaba aquí?- pregunto con curiosidad.

- Es nuestra casa ¿en que otro lugar podría encontrarme?- pregunta sonriendo.

Besa mi mejilla y lo veo salir del closet, me quedo de pie sintiendo que algo no está bien ¿Por qué parece que no he notado algo? Decido enfocarme en cosas más importantes como peinar mi cabello para esta noche, luego de asegurarme de que Mark se encuentre en su estudio, vuelvo a subir las escaleras y enciendo mi celular, llamo a mi padre.

- Debo estar de suerte, me has llamado en dos días más de lo que me has llamado en meses.- dice bromeando.- pero creo sabes la razón ¿Qué hiciste? El inútil de tu marido estuvo llamando  a mi oficina hace una hora.-  me dice.

- ¿En serio? ¿Qué le dijiste?- pregunto con curiosidad.

- Nada, le pedí a mi asistente que le dijera que no estaba disponible.- dice antes de reírse.- ¿Qué puedo hacer por ti reina?- pregunta.




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