Cayendo en tí

Parte 1

 

Miro a mi padre acomodar sus lentes de lectura encima de su nariz por tercera vez y suspirar, sigue leyendo su libro sobre leyes sin prestarme atención, pero en el fondo sé que trata de pensar en cómo resolver mi vida, creo que esta vez no será tan sencillo. Miro a Darcy cuando me entrega una taza de té y luego camina hacia la puerta, nos deja solos  de nuevo.

Luego de mi caída, porque eso fue lo que sucedió, me caí del trono  y como duele, es horrible.   Vuelvo a mirar a mi padre y sus ojos se encuentran con los míos, si esta fuera otra situación estoy segura que estaría burlándose de mí y ofreciéndose a llevarme al otro lado del mundo para hacerme feliz, pero ese hombre que luce poderoso sabe mucho sobre un corazón lastimado, su actitud pedante cubre todo eso.

- Entonces ¿un divorcio?- pregunta con cautela, no respondo.-  tuviste suerte de que tengo resaca, anoche fue una locura.- admite.

- Eso es cierto.- digo de acuerdo.- hace mucho que no bebías al punto de decir cosas sin sentido.- digo.

- ¿Sin sentido? todo lo que dije era cierto.- me asegura.- puedo lucir como un hijo de puta y quizás pueda serlo, pero eres todo lo que tengo, lo más importante.- me dice.

Una pequeña sonrisa aparece en mis labios.

- Papá.- pienso unos segundos que decir.- ¿no vas a preguntarme porque lloro?- le pregunto.

- No me importa en realidad.- dice con honestidad.- no voy a juzgarte, solo quiero saber que tan grave es el problema y si debo llamar a mi abogado.- me dice.

- Quiero el divorcio.- digo.-  no me interesa el dinero de su familia, solo quiero que sea rápido.- le pido.

- Entiendo.- dice pensativo.- puedo resolver eso, algunas llamadas y no podrá negarse.- me asegura.

- Gracias supongo.- le digo, asiente.

Vuelve a mirar su libro e ignorarme, lo miro fijamente y su cabello que antes era ligeramente rubio, ahora está cubierto por canas y a pesar de eso es un hombre atractivo, un hombre que luce poderoso e irrompible, pero no es así, alguien lo rompió.

- He querido preguntarte por años ¿sabes? Quería saber porque hiciste a mamá el villano de la historia, porque la lastimaste al punto de que ella tuviera que destruirte de vuelta.- me detengo al ver el dolor en sus ojos.- pero ahora sé la respuesta, porque hice lo mismo que tú, creo que ahora sé cual es nuestra maldición papá.- digo.

Lo escucho reírse por unos segundos antes de que hable.

- Nunca será suficiente, reina.- me dice.-  el vacío siempre estará ahí y debes vivir con ello,  nadie llenará ese vacío.- dice.

- Lo sé.- admito.-   pero yo no necesito a nadie papá,  yo no lo necesito, solo quiero tenerlo.- digo dejando de mirarlo.

- ¿Te enamoraste de London?- pregunta sorprendido.- increíble.- dice.

- No es London.- respondo.-   es una larga historia que no tengo tiempo de contar.- digo.

- Entiendo.- dice.

Tomo un sorbo del té y casi vomito ¿Qué es esto? veo a mi padre volver a reírse sin que pueda evitarlo y yo lo sigo segundos después ¿Qué es esta basura?

- La mejor cocinera, pero un sobre de té y un poco de agua pueden ganarle, creo que lo hace a propósito.- admite sonriéndome.

- ¿Vas a durar con ella?- le pregunto.

- Eso espero.- responde sorprendiéndome.-  estoy en una etapa de mi vida que solo quiero tranquilidad, silencio y un poco de té horrible todas las mañanas.- me dice.

- Solo tienes 50.- le recuerdo.- luces más joven de lo que eres si te cubres esas horribles canas.- le digo.

- Eso me hace atractivo.- dice sonriendo.

- Por supuesto.- digo con sarcasmo.

Nos quedamos en silencio mientras nos miramos, creo que estoy viendo a mi padre de una manera diferente en estos momentos, nunca había tenido una conversación sobre nada que significara tanto con él.  Lo veo ofrecerme su mano y me acerco a él, sujeto su mano mientras sonrió.

- Buena conversación.- me dice, asiento.- recuerda pagar el asesoramiento con mi asistente.- me dice, me río.

- Es demasiado costoso.- le digo.

- Lauren.- dice mi nombre, miro su rostro.-  ve a ver a tu madre ¿de acuerdo?- pregunta.

Suspiro.

- ¿Para qué?- pregunto.

- Creo que deben conversar, solo un poco.- responde.

- No lo necesito papá.- le digo.- ella se fue y me dejo aquí.- le recuerdo.

- Porque la humille, el dolor fue demasiado para que pensara con claridad.- me dice.

- Ella te lastimo, te humillo y te dejo sin un centavo.- empiezo a decir.- no digo que lo que hiciste tenga excusa, lastimaste a alguien que confió en ti y ella te quiso, eso no tiene perdón, pero no me dejaste a mí y te recuerdo entrando a mi cuarto cada noche, besando mi frente y diciéndome que yo estaría bien,  me cuidaste  e  hiciste de mí una perra guerrera, algo caprichosa y tu único pecado sería no enseñarme a amar con la misma intensidad con la que amaste a mi madre.- finalizo.

Me mira fijamente sin creer lo que acaba de escuchar.

- ¿Enseñarte a amar? Eso sería destruirte.- me dice.

- Joder… vale la pena el riesgo.- le digo con una sonrisa.-  odie sus discusiones, como gritaban todo el tiempo  y las cosas que le dijiste a ella, fue doloroso verte dañarla porque eso te destruyo a ti también,  por meses tuvimos que vivir gracias a préstamos con altos intereses, pero nunca lloré y ahora después de tanto todo lo que tengo son lagrimas que nunca derrame, por eso hubiera sido bueno sentir papá,  sentir un poco de amor al menos, no solo codicia.- le explico.

No dice nada, suelto su mano y me pongo de pie, camino alrededor de su escritorio y lo veo ponerse de pie, cuando sus brazos me envuelven no puedo evitar sonreír ¿recuerdo la última vez que abrace a mi padre sin querer algo a cambio? No, no lo recuerdo. Yo siempre encuentro soluciones donde los demás solo ven problemas y eso haré ahora, me divorciaré y continuaré, viviré lo mejor que  pueda, aunque ese vacío… mi maldición, ese vacío siempre estará ahí.




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