—La verdad si.
—¿Qué? —Lo miro a los ojos esperando que ría, pero está tan serio que me asusta. Finalmente asiente y mi corazón late muy deprisa al pensar todo lo que eso significa.
Automáticamente me paralizo y él me observa de forma espectante. Yo niego varias veces.
—¿Por qué? Es decir, ahs, Fabrizio quieres volverme loca.
—Emma todo cambió cuando llegaste a mi vida, desde el momento en que te vi supe que algo me pasaba, cuando estoy cerca de ti, siento que puedo ser yo —Pasa sus manos por su cara y noto que se sonrojó. AymiDios. Mi corazón no sabe si paralizarse o seguir latiendo como un tambor.
—Oye no sabes cuánto te aprecio y te quiero, pero no estoy segura. Cuando estoy contigo siento muchas cosas que nunca había sentido —Lo miro a los ojos mientras sostengo su mano con las mías — y sabes que soy completamente honesta, así que diré lo que siento, tengo miedo de que si esto se nos sale de las manos, no volvamos a ser amigos, tengo miedo de perderte.
Al decir esto noto como en mi garganta se hace un nudo y mis ojos se cristalizan. Él se acerca rápidamente y me envuelve en sus brazos.
—Nunca me perderás —siento su respiración acelerada y mis piernas tiemblan cuando pienso lo que esto puede significar —Emma hoy me levanté decidido a expresarte mis sentimientos, y créeme que mi peor miedo es perderte, y necesito saber si ¿Podrías hacer feliz a este hombre siendo su novia? Amo tus sonrisas, tus chistes aunque pocas veces los entienda, amo que seas tan comprensiva y dulce, que siempre expreses lo que sientes y que hagas las cosas con la mejor intención siempre.
Me despego de su abrazo y noto como las lágrimas caen en mis mejillas y asiento. Él me mira con tanta felicidad y amor que sólo me quedo en mi lugar y él toma mi cara en sus manos con extrema delicadeza y finalmente me besa. Es un beso muy dulce y me transmite su amor, miedo y esperanza.
Cuando nuestro beso termina, siento que un vacío en mi corazón se llena. Apoyo mi cara en su pecho y él sólo me abraza.
—No sabes cuánto esperé esto.
—Oye —Río y él también — Ahora que estás acompañandome en mi domingo, ¿Qué dices si te quedas y vemos una película? Cómo en los viejos tiempos.
Él me mira mientras sonríe mostrandome sus hoyuelos y me besa de forma rápida y susurra —Nunca me cansaré de esto.
—Asi que... Fab, bueno hay algunas cosas que tengo que decir, primero, nunca he estado con alguien —Río mientas me reincorporo en el mueble — y no sé muchas cosas respecto a una relación, sólo lo que leo en libros y películas.
—Emm lo sé, pero quiero que sepas que aprecio cada cosa de ti y creo que sé más de ti de o9 que piensas.
—Bien bien—Sonrió y él me acaricia la mejilla— segundo, tú le dirás a Rose.
—¿Por qué yo? —Yo frunzo el ceño y él sonríe — Bien. Pero quiero que sepas que no es ningún problema para mí decir que tengo una relación contigo.
De hecho, creo que será mi pasatiempo favorito —Al decir esto ríe, yo le doy un pequeño golpe en su pecho.
—Eres muy dulce —Digo después de mirarlo unos segundos.
Él me abraza y yo me recuesto en su hombro.
—Tú eres perfecta.
—Y yo ya siento que te amo si sigues diciendo esas cosas.
Ríe entre mi cabello y agrega — ¿Tienes hambre? Recuerda que hay una pizza en la encimera.
Volteo por inercia y la veo, es cierto, ya ni me acordaba de la pizza. Como si mi estómago lo supiera ruge y yo volteo a verlo mientras noto como ríe.
—¡Oye! Primer día de novios y ya me traes muerta de hambre, ¿Qué será de mi? —Digo mientras finjo desmayarme en el sofá.
—Vamos pequeña florecita —Se levanta del sofá y me jala de la cintura delicadamente para que me levante.
Tomamos asiento en los asientos de la encimera y él abre la pizza, es mi favorita, extra queso, a ambos nos encanta, y claro que mejor que la pizza italiana.
Aunque mejor es este italiano.
¿Cierto?
—Toma linda —Me entrega un trozo de pizza, sonrío ante su gesto y agradezco con un beso rápido.
—Si así me agradecerás siempre, te juro que nunca me quejaré —Sonríe de forma pícara y yo me encojo de hombros mientras sonrío.
Él se sienta a mi lado y yo coloco una pierna encima de la suya, sus piernas casi llegan al piso y las mías cuelgan.
—¿Adivina que? —Le digo mientras aplaudo con las manos un instante— Hoy conocí al novio de Rose, y es muy amable.
Alza las cejas sorprendido ante la noticia —¿Rose tenía novio? No lo sabía.
—Sipi y es un gran tipo, creo que te agradará, es doctor y se ofreció a ayudarme con los preparativos de la universidad de Ele.
—Emma eso es muy bueno, me alegra mucha linda —Sonríe y toma mi mano.
Yo sonrío y asiento.
Seguimos comiendo entre bromas y algunas caricias.
—Vamos a ver esa peli — digo en español y él sonríe. Me abraza por la cintura y me susurra al oido — No sé si ya te lo he dicho, pero amo cuando hablas español.
Yo me volteo y le doy un sonoro beso en la mejilla, me suelto de su agarre, busco la película y la coloco.
Muchos dirán, para un ambiente más ameno coloca algo más romántico.
Pero chicos, soy yo, ¿Qué mejor que disney?
Empieza a sonar la intro de disney.
La princesa y el sapo.
—Ya sabía que ibas a poner esa, sé que la amas.
Yo le guiño un ojo y corro rápido a mi habitación y busco unas mantas y si, obvio usaré la de mariposas.
Regreso a la sala entre saltos casi cubierta por mantas y él ríe mientras me ayuda a quitarme algunas de encima.
—¿Qué? Hace frío, y sabes que aunque amé el frío, amo más estar abrigada.
Se recuesta en el sofá reclinable y yo junto a él.
Me cubro con las mantas y él me abraza.
Creo que encontré la mejor forma para ver esta película.
«Oye lo lamento... Quisiera ayudarte, ¡De verdad! Pero... Yo no beso sapos»
«¿Qué, qué dijiste? Pero en el balcón... Tú me lo pediste.»
«¡No esperaba que me contestaras!»