Caza de Reyes

3. ZOVARIA

(Princesa de Zovaria)

Era exactamente la hora del almuerzo real, todos estamos allí menos papá.

—Ya casi hablo francés a la perfección madre. —Dice Teia mientras se acomoda bien en su asiento.

—Me parece muy bien Teia. —Responde mi madre, la reina, mientras comienza a cortar el trozo de carne que tiene en un lado de su plato.

—¿Y papá? —Pregunto mirando mi plato, pero esperando una respuesta de mi madre.

—En una reunión con el nuevo rey de Borrering.

—¿Hay un nuevo rey?

—El rey Daniel, nuevo rey de Borrering, tras la muerte del rey Baldur y la reina Amanda.

—Realmente es sorprendente lo que pasó en Borrering. —Responde mi hermano, Enzo.

Dejé de escuchar cuando nombraron al Rey Daniel, había sido principe hasta hace unos días, un gran heredero al trono, lastimosamente sus padres fueron asesinados, nadie sabe como pudo darse si el castillo estaba muy bien resguardado, a menos que halla habido un infiltrado.

Conozco al rey Daniel desde que éramos niños, nos hemos llevado por 3 años, andaba más con mi hermano mayor, Enzo.
Y... Cuando era más pequeña admito que me gustaba. Hasta que ocurrió lo del incidente y entonces nos hemos detestado a muerte, o almenos por mi lado ha sido así.

De pronto veo entrar a mi padre, se dirige a su lugar en la mesa y al sentarse posa su mirada en mí con una sutil sonrisa.

—Violet, mi hija querida, princesa de Zovaria... ya conoces al Rey Daniel de hace muchos años, verdad? -–Comienza diciendo dandole un sorbo a su copa de vino—Sino me equivoco desde que eran pequeños príncipes.

—¿De que era la reunión con el rey de Borrering padre? —Pregunto directamente mientras comienzo a partir un pedazo de carne que estaba en mi plato.

Hasta que noto que mi padre mira a mi madre y entonces lo entendí. Y tenia mi respuesta preparada para eso.

—Borrering necesita una reina querida. —Dice mi padre—Entonces realicé la reunión con el rey Daniel para hablar sobre ello, tengo una hija maravillosa, se conocen de mucho tiempo, no te estarías casando con un desconocido, como tus tatarabuelos, recuerdo perfectamente que no querías algo así. —Dice mientras vuelve a tomar otro sorbo de su copa de vino.

—No pienso casarme con él.—Respondo rápidamente.

—Bueno tal vez puedan pasar tiempo juntos, sé que no querias que te comprometiera con un desconocido y te conoces con el rey Daniel desde que eran pequeños principes, sería para formar una alianza con Borrering.

—Pero no quiero casarme aún.

—No es tu decisión.—Interviene mi madre.

—Pero madre...

—Ya estás en edad para casarte.

—No quiero casarme todavía, soy aún joven, solo tengo 17 años.—Respondo y me levanto de mi asiento.

—Toma asiento Violet. —Me ordena.

—No madre, ya habia conversado sobre todo esto, porque debo estar obligada a casarme tan pronto...

—VIOLET TOMA ASIENTO.

—No me pienso comprometer con nadie.

De pronto veo como mi madre se levanta de su asiento y pone una mirada de enojo total en mí.

—Eres la princesa de Zovaria, tu deber es cumplir con el reino de Zovaria, si te tienes que casar para formar una alianza con el reino de Borrering lo harás, les daras principes, es tu deber, TU OBLIGACIÓN. Para eso viniste al mundo.

Las palabras de mi madre retumbaron en todo el salón que todos quedaron en silencio.

—Cariño, tranquila no era necesario todo eso. —Dice mi padre haciendo que mi madre se vuelva a sentar.

—No pedí ser la princesa de este reino... Hubiera deseado no serlo, si eso hubiera implicado no haber nacido.—Digo esto último y me retiro.

Habia mantenido mi postura, desde que tenía 15 que no quería casarme, no soy un animal que puedes vender para formar una alianza con otra tierra y tampoco soy una fabrica de bebes, Borrering ya era un reino amigo no le veía necesidad de casarme con el rey Daniel. Todo ese compromiso me parecía estúpido.

Me dirigí a mi habitación y mandé a todos los sirvientes afuera, quería estar sola, toda esa situación había malogrado mi día, me senté cerca a la ventana para poder observar un poco al pueblo a lo lejos, el compromiso me parecia innecesario, de seguro Daniel lo hizo para molestar, aunque ya no estaría para esas cosas, ahora es el monarca de una nación, es responsable de un país enorme como Borrering. Pero yo realmente no quiero casarme con él, sería horrible si lo imagino, no combinamos, no hacemos match, algo tan forzado, sé que pocos se casan por amor, pero tal vez yo desearía algo así, casarme con alguien que ame y que me ame.

De pronto escucho que tocan la puerta.

—¿Quien? —Pregunto algo fastidiada.

—Princesa Violet, su majestad real Daniel de Borrering desea verla en el jardín.

—Dígale que no deseo verlo, que no me interesa.

—Pero alteza...

Me dirijo hacia la puerta, la abro y digo firme.

—Dije que no me interesa atender aquella petición del rey Daniel.

De pronto veo como un joven alto, de cabellos rubios y ojos ridículamente azules se asoma a verme.

—Sabia que te negarías a ir, asique yo decidí venir a ti.

—Usted no puede estar aquí.

—El rey de Borrering pidió poder conversar con su futura prometida en el jardín pero sabía que ella no iría, porque la conoce tan bien, asique fue tan atento en venir a ella, que romántico no? ––Dice Daniel moviendo la cabeza.

—Yo no me casaré contigo, ¿okay?

—Eso lo veremos mi dulce bonita princesa...

—¡Deja de llamarme así!

—¡Te espero en el jardín, mi dulce futura esposa VIOLET! —Exclama mientras se va retirando.

Estaba muy segura que no me casaría con él, pero quería saber.. ¿Porque él estaba tan de acuerdo o era solo sarcástico?

Me alisté rápidamente y me dirigí al jardín, allí lo ví, observando la nada como siempre, tratando de aparentar ser interesante.

—¿De que quería conversar conmigo alteza? —Pregunto uniendome a su mirada a la nada.




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