Nadia estaba feliz habían tenido un buen día. Después de terminar las clases salieron a cenar y por las compras de la despensa. Podía decir qué tal vez tuvieran unos nuevos amigo. Aunque fuera solo por un corto tiempo, todos ellos se portaron muy amables durante el resto de las clases con ellos. Aiden le habló de una extraña atracción que sentía por Kayla, lo cual era normal para ella, Kayla era muy guapa. Su hermano no era un chico de novias, era mas el chico caballeroso a pesar de su edad, no tenía nada de experiencia con chicas. No es como si ella tuviera más que él. ¡Ah, dios deberían estar en un monasterio de tan puros que eran! Ah, también ahora ya, sabía cómo se llamaba la loca con complejo de princesa.
Tabatha Ashton.
Era una de las cuatro locas que decían ser las reinas del instituto. Según Kayla y su hermana nadie se salvaba de ellas cuando querían venganza, y Nadia le había declarado la guerra.
Aiden era el que tenía licencia de conducir, ella no sabía ni cómo sé frenaba el auto. Era un desastre la última vez que su abuelo y su tío trataron de enseñarle terminaron con el auto en un lago. «Tonto lago se atravesó en el camino», En lugar del freno ella usó el acelerador. Le dijeron que no la dejarían tocar un auto, hasta que les perdiera el miedo.
Ahora iban camino a un lugar para cenar. Los chico les habían recomendado uno de comida rápida, parecía muy bueno. Estaba abarrotado, su comida era deliciosa. Estaban comiendo unos filetes semi crudos con un par de sodas. Había luna creciente, eso les provocaba una hambre atroz, querían salir y cazar. Sólo lo hicieron un par de veces cuando eran más jóvenes. Su madre, su abuelo y su tío estuvieron con ellos. No era algo bonito mostrar su lado más salvaje
Notaron que en esa parte del pueblo, no era neutral, había bastante movimiento de licántropos. Inclusive la mayoría de los clientes lo eran. Loss meseros y algunos hombres caminaban verificando el lugar.
—Es muy rico.
—Nadia tú encuentras rico todo lo que comes.
—Odio la luna nueva, apenas y puedo controlar esto.
Ella extendió la mano enseñándole a su hermano las afiladas garras intentando salir.
—Respira lentamente y cierra los ojos.
—Esto es difícil.
—Lo sé. Necesitas más comida.
Su hermano ordenó otro par de filetes. Ella terminó el suyo muy rápido, sintiendo como su cuerpo empezó a calmarse.
—Esto estuvo delicioso.
—Tú encuentras delicioso todo lo que es comestible, querida hermanita.
—Como si tú no tuvieras los mismos gustos ¿verdad?
—Los tengo —Aiden sonrió.
El tintineo de la campana, en la entrada los hizo girar. El profesor que los interrogó y otros dos hombres, entraron al lugar. Mostrando una aura poderosa. Uno de ellos tenía el cabello castaño, sus ojos eran de color verde tan intenso como el de ellos. media alrededor de un metro noventa. El otro tenía el cabello negro como la noche, unos magníficos ojos azules, unos carnosos labios que hicieron que a ella, se le secará la garganta. Media alrededor de uno ochenta y siete. Era magnífico... Él giró en dirección de su mesa. Haciendo que su respiración se detuviera, su mirada era como un magnetismo, ella no podía dejar de mirarle. Por lo que imagino que él también había sentido lo mismo, ¿una chispa? Tal vez era unos cuantos años mayor que ellos. Los otros hombres también giraron en su dirección. Ella observó como el profesor susurró algo. Él otro solo asintió rechinando los dientes. Por lo que agudizó su oído, su hermano también lo hizo. Notando la situación.
—Cazadores —anunció el hombre de ojos verdes.
«¡Mierda!»
—¿Estás seguro Anker?
—Sí, Jackson.
«Jackson... Es un lindo nombre» —se dijo ella misma.
—Ethan, ¿sabes algo de ellos?
El hombre Anker era el Alpha.
Él camino a una de las mesas más cercanas a la de ellos. Tomando uno de los asientos sin dejar de mirarles.
«¡Bendita tecnología!» —chilló sacando su teléfono.
Nadia le envió un mensaje de texto a su hermano. Ambos pareciendo estar ajenos a la conversación de los tres. Cualquiera diría que eran, solo un par de adolescentes adictos a la tecnología. Estaban conversando por Whatsapp.
«Con mensajes silenciosos»
"Nadia... Nos han descubierto, mantén la calma"
Ella puso los ojos en blanco. «¡No soy estúpida!»
"No me digas, también tengo súper oído, T-A-R-A-D-O"
"No soy quién, se estaba tragando al tipo de pelo negro, con los ojos"
—Eres un idiota. No sé, ni cómo estamos juntos.
Ops... Había dicho eso en voz alta
«¡Mierda!»
Ella le sonrió forzadamente a su hermano, en señal de disculpa.
El sonido de un vaso rompiéndose los hizo girar. Jackson tenía el rostro rojo de ira y el sujeto que se llama Anker lo sujetaba del brazo. Tratando de mantenerlo al margen, pero era inútil ambos habían visto sus ojos rojos
—Voy a matarlo —dijo muy bajo.
«¿A quién... Al cartero?»
Ella observó al profesor, sostenerlo del brazo. Y hablarle muy bajo.
—Son hermanos, mellizos para ser exactos. Están en mi clase, ingresaron hoy, no sé quiénes sean sus padres, pero creó que no se encuentran en el pueblo. Son inofensivos—aclaró el profesor.
Aiden observó como el tipo, Jackson volvió a regular su respiración. Él había escuchado lo que le dijo el profesor y no le gustó la manera en que él había mirado a su hermana. El sujeto llamado Anker, se levantó de su asiento caminando en su dirección. Con la mirada imperturbable, tomó una silla de su mesa. Para posteriormente sentarse en ella.
—¿Qué hacen en mi el pueblo, cazadores?
Aiden bloqueó su teléfono dejándolo en la mesa, su hermana había empezado a jugar algún estúpido juego zombies. Ignorando deliberadamente al hombre. Aiden sonrió maliciosamente sin miedo del inmenso poder que emanaba del hombre. Tomó un trago de su soda viéndolo sin el más mínimo temor.
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Editado: 16.11.2019