La tensión en el ambiente era como una espesa niebla cayendo en los hombros de James. Casi se atragantó con su propia saliva cuando un auto se detuvo fuera de la mansión. Era su sobrino eso lo supo por el brillo en los ojos de Nadia. Ambos siempre podían decir dónde estaba el otro cuando se le escapaban a Alaia.
Nadia salió al encuentro de su mellizo arrojándose a sus brazos en cuanto lo vio.
—¿Adivina quién llegó para llevarnos a casa? —dijo apretando más a Aiden en sus brazos.
Como si el peor de los males estuviera presente Anker olfateó el aire gruñendo.
—Él no se los va a llevar.
—¿Diculpe? —ella puso los brazos en su cintura después de liberar a Aiden de su abrazo mortal—. No tenemos nada que hacer en este lugar señor lobo. Tenemos una familia esperando en casa, y le recuerdo que usted dijo que éramos libres de decidir si queríamos quedarnos.
Oh, si señores... Esa era una pequeña copia de Alaia, salvaje y retadora. Anker sonrió aun viendo como ella lo mataba con esa bonita mirada. Lo que más le gustaba era que ella mantenía el respeto por él. Era verdad eran muy educados y habían sido criados con respeto. Excepto cuando consideraban a alguien una amenaza o un enemigo.
—Ustedes pertenecen aquí —dijo mirando detrás de ella por la puerta donde James salía seguido por Jackson—. Nadie se los va a llevar.
—Eso es nuestra elección.
—Nadia... —la reprendió Aiden parándose enfrente de ella y bloqueando su visión de Anker—. Tenemos que hablar de algo muy importante —le pasó un brazo por los hombros llevándola a dentro—. No quiero que te enojes conmigo, yo me enteré hace pocas horas. También quiero que analices todo y no tomes una decisión por la rabia o la frustración.
—Lo dices como si fuera a morderte o lastimarte.
Aiden olfateo el aire y arrugó el entrecejo.
—¿Por qué hueles al tipo ese?
—No huelo a nada.
—Claro que sí. Hueles como si hubieras estado muy cerca de él.
—Imaginaciones tuyas hermano.
—Conozco tu aroma.
—Y yo el tuyo —ella olfateó el aire alrededor de su hermano—. Hueles a viejitos y al tipo ese.
—Deja de decirle así.
—¿Dónde estabas?
Caminaron y los ojos de Aiden enfocaron al hombre caminando para detenerse detrás de su hermana.
—Supongo que tienes cosas que arreglar —Aiden susurró mientras se acercó dándole un abrazo—. Sé la verdad.
—No esperaba eso, pero tampoco voy a decir algo sin tu hermana presente.
—Vamos a la sala —dijo Anker esperando que todos se dirigieran al lugar. Antes de caminar giró para mirar a Jackson con evidente enojo. El olor dulce que su hija emanaba, estaba mezclado con el de Jackson, era evidente que él había estado muy cerca de ella—. Es una conversación privada Jackson.
Un lárgate de aquí no hubiera sido más claro.
James y Aiden se adelantaron hablando en susurros que Nadia ni siquiera notó por esperar a Jackson.
—Ya lo notaste.
Jackson sonrió antes de cruzar los brazos en su pecho, retando al lobo de ojos verdes. Ninguno de los dos iba a ceder.
—No pienso irme hasta que aclaremos la situación. Ella lo sabe y es lo único que me importa Anker.
—Y a mí no me importa quién mierda seas, esta es mi casa y por primera vez vas a respetar mis reglas.
—¿Crees qué me importa lo que tú quieras?
La pacífica platica estaba apunto de convertirse en un duelo de Alphas reclamando sus dominios por primera vez. Un padre contra la pareja elegida de su hija.
—¡Él se queda!
Nadia intervino metiéndose en medio de los hombres. Ninguno de los dos iba a hacer algo estúpido arriesgándose a que ella sufriera algún daño.
—Él se va —Anker afirmó poniendo a Nadia detrás de él—. Y tú eres menor de edad para tomar decisiones.
Jackson empujó a un lado el cuerpo de Anker para jalar a Nadia a su lado.
—¿Sabes qué? Vete a la mierda Anker, ella viene conmigo.
—¡Jackson! —el gritó de Nadia hizo a su hermano y su tío aparecer.
Anker había derribado a Jackson o mejor dicho lo había takleado y ambos estaban en el suelo golpeándose sin contemplación.
—Alejate de ellos Nadia —James ordenó con firmeza.
—¿Qué tanto daño pueden causarse un par de Alphas tan poderosos? —la tranquilidad de Aiden observando la pelea con los brazos cruzados le hizo conseguir un fuerte puñetazo de su hermana en la mejilla haciéndolo caer sobre su trasero.
—¿Eso aclara tu nivel de estupidez? El tipo llamado Anker es más viejo que Jackson por lo tanto es más fuerte.
Ella los señaló en el suelo dándose golpes con salvajismo.
—No tanto Jackson tiene más energía y Anker tiene un poquito de lo que se merece.
James casi le echa porras a Jackson, pero viendo la cara furiosa de Nadia mejor fingió tocar su cabello. Anker tenía casi dieciocho años sin su compañera y eso lo había debilitado considerablemente mientras Jackson era pura energía juvenil a pesar de sus sesenta y cinco años.
—¡Jackson ya basta! —ella gritó sin conseguir su objetivo.
—Déjalos un ratito ninguno va a matar al otro —James sonrió poniendo dos dedos en su barbilla.
—¡Te dije que mantuvieras la distancia! —Anker le dio un puñetazo en el estomago a Jackson haciéndolo jadear por la pérdida de oxígeno —No vas a poner tus asquerosas manos en ella—. Golpe —¡estúpido necio, son míos!
—¡Ella es mía anciano! No tienes derecho sobre ella.
—¡Y tú tampoco pedófilo de mierda!
—Anker diciéndole pedófilo a otro —James sacó su teléfono celular para grabar la pelea—. Esto lo tengo que documentar para burlarme después.
—¡Tío deja eso! —Aiden limpió la Sangre de su labio roto con el dorso de la mano. ¿Cómo una mujer tan pequeña podía pegar tan duro? Ah, sí... su loca hermana—. Tienes dos puntos hermanita. Pasaste de las mordidas a los puñetazos, no esperaba ese golpe y dolió como el demonio.
—Mi niña está creciendo —James le dio una palmadita a su sobrino en la espalda, sin dejar de grabar—. Puedes usar esa fuerza para darle fuerte al tipo de ojos azules que está dándole una paliza al lobo más viejo.
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Editado: 16.11.2019