Caza (parte I)

Capítulo 21

—Ahora ves a mi heredera —Dustin habló mirando al cazador—. Ella porta la fuerza de ambas razas, la dureza, una voluntad inquebrantable y la Belleza de la diosa. Te presento a una de mis nietos.

Nadia era ajena a la conversación de su abuelo y el otro hombre su atención estaba en los presentes. Algunos no esperaban eso, otros ya estaban enterados y permanecían en silencio viendo la mirada desafiante de la Primera Alpha de ambas razas rivales.

—Estoy un poco sorprendido, aunque tengo que admitir el parecido innegable con el perro rabioso —Andrei le dio una sonrisa torcida a Anker.

—¿De qué se trata este juego, Anker? —el viejo lobo parecía horrorizado viéndola—. No pienso permitir a una mujer presente en mi consejo.

Nadia achicó los ojos fulminando al hombre.

—No puedes tratar a un líder de esa manera —Dustin tenía esa mirada perversa que usaba cuando les ponía un reto en los entrenamientos. Sabía que su nieta siempre era la primera en la fila para un desafío—. Has oído quién es y eso te deja en segundo plano, justo ahora ves a la primera líder de los cazadores en poco más de un milenio. Obviamente esa iba a ser mi hija, pero ella ya tiene un propósito en la vida y ese no es conmigo —dijo manteniendo su mirada en los ojos verdes de Anker.

Nadia vio el reloj que tenía en su muñeca, lo había tomado prestado de Jackson antes de salir con su hermano. Aiden estaba afuera con un saco y algo muy importante dentro de el.

—Nunca dijiste que tenías una hija y mucho menos que tenías una nieta —el cazador masculló entre dientes.

—Son dos —Dustin miró a Nadia—. ¿Dónde dejaste a tu hermano?

—Está afuera. Me debía algo y lo está pagando en este momento —ella tocó el reloj antes de mirar en dirección a la puerta—. ¡Aden! ¡Ya puedes pasar!

El nombrado apareció en la puerta jalando un saco y bastante desaliñado. Tenía el cabello revuelo y la ropa llena de polvo.

—Esa fue la deuda más cara que he pagado, ¿No podías pedir una mascota? Una iguana tal vez...

—Deja de quejarte, dije que te cobraría la deuda y eso estoy haciendo. No es mi problema que tú siempre pienses que me pagarás con comida o un pez.

—¿Estás seguro de qué no están mal del...? —el cazador miró a Dustin señalando su propia cabeza.

—Tienen sus momentos de rareza, ¿qué esperabas son adolescentes? Cómo si tú no los hubieras tenido, incluso fuiste más raro que ellos.

—Antes de que saquen un conejo de la bolsa, ¿Alguien sabe dónde está Jackson? Si ella está aquí él también debería estarlo ¿No? —Cedric la señaló acusatoríamente.

Los demás dirigieron sus miradas a ella esperando la duda que todos tenían internamente.

—Está en su casita dormido durante las próximas ocho horas. Él no captó el mensaje de que no soy alguien sumisa o obediente.

—Almeno se merece que lo dejen fuera de combate por un rato —la mirada de Anker se oscureció—. Tal vez le haga una visita social después...

—¿Qué clase de conejo es tan grande para tener el peso y el tamaño de un hombre adulto? —Andrei cambió de tema—. Huele horrible por cierto.

—Es un pequeño experimento. Lo acabamos de cazar en el bosque cuando veníamos de camino.

Aiden rompió el sacó dejando ver a una de las criaturas de Caín. Era un vampiro que aparentaba estar en sus casi treinta años. Los presentes retrocedieron inmediatamente con expresiones de horror.

—Él estaba en el bosque solo y teníamos una demostración que hacer.

—Como dije antes la maldición es reversible en ciertas circunstancias.

—¿Cómo cuáles? —inquirió el cazador poniendo dos dedos en su mandíbula con interés.

—Si todavía están vivos en pocas palabras —Aiden dejó caer al vampiro inconsciente en el suelo.

Tenía el pálido aspecto de un vampiro, excepto por las venas negras avanzado en su cuello y los colmillos de un tamaño más grande que el de un vampiro normal. Las garras en su mano eran de un tamaño entre siete y ocho centímetros.

—¿Cómo están tan seguros de que se puede revertir la maldición? —Andrei inquirió con interés.

—Simple —los mellizos dijeron en perfecta sincronización.

Era evidente el parecido de ambos y también era innegable lo poderosos que eran. Los presentes habían sentido la poderosa aura que los rodeada, aunque ellos parecían no percatarse de eso. El vampiro empezó a removerse y el príncipe Andrei parecía aturdido, reconociendo a su mano derecha. Había desaparecido seis meses atrás mientras le seguía la pista a dos mestizos.

Los jóvenes dieron una demostración de lo que podían, hacer dejando la los lobos y al vampiro sorprendidos de su capacidad para regresar a los "malditos" como les decían a los sirvientes de Caín. Incluso el anciano tuvo la decencia de parecer avergonzado de su comportamiento con la primera Alpha bendecida. Una hora más tarde el príncipe de los vampiros salió de la reunión con el vampiro que los jóvenes llevaron. No les informo de que era uno de los suyos, aunque en silencio tenía una deuda con los mellizos por salvar a uno de los suyos. Cada detalle de lo que los mellizos dijeron fue corroborado por Dustin. La reunión fue aplazada para la siguiente semana, porque con la visita de los mellizos todo se había salido del propósito original.

—Niños... —Dustin los llamó antes de que entrarán a la mansión—. Vengan, tenemos que hablar...

El cazador se detuvo junto a Dustin mirando a los hermanos con nostalgia.

—¿Vas a ir a ver a mamá? —Nadia lo miró con duda—. A nosotros no nos han dejado acercarnos por su seguridad. Tal vez tú tengas suerte y te dejen pasar.

—Yo la entre a verla una vez y eso no salió nada bien... —Aiden se tocó el cuello—. Es bastante rápida y fuerte, nunca la había visto en acción...

—Lo es... —dijo Dustin mirando al cazador—. Tenemos la capacidad de igualar a un lobo bendecido con el entrenamiento correcto. Ella lo tiene... —Finalizó

—¿Te quedarás?

Dos pares de ojos verdes se enfocaron en él.




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