Capítulo 1

Mis padres me contaron del como yo nací, prácticamente no lo planearon, ni siquiera lo sabían. Pero yo los salvé, desde antes de nacer y según ellos soy la salvación de este planeta.

Mis padres pasaron por muchas cosas desde antes de nacer y hasta después de que yo naciera, puesto que todavía hay espíritus negros y Zabat en el mundo, son demasiados para contar y nosotros somos muy pocos. Estamos en busca de más personas como nosotros, que tengan habilidades y puedan ver fantasmas para que formen parte de la agencia y ayudemos a esas personas y espíritus que necesitan de nuestra ayuda.

Mis padres han tomado el mando de Caza Fantasmas prácticamente desde que nací, aunque Cecilio iba a veces a ayudarlos, de un tiempo para acá el tío Cecilio desapareció, lo han estado buscando por todos lados sin resultado.

Un día mi mamá llegó a la agencia temprano y encontró una nota en el escritorio del Tío Cecilio que decía:

"Nunca he querido alarmarlos o preocuparlos, siempre he sido una persona serena para que ustedes no se preocupen por nada, pero están sucediendo cosas que se escapan de nuestras manos y quiero descubrir qué es antes de involucrarlos.

No se preocupen por mí y cuiden la agencia hasta mi regreso."

Desde ese día mis padres son los que manejan Caza Fantasmas, ya que mis tíos Darío, Ryan, Jason y la Tía Marlyn no han querido relacionarse con la agencia y más desde que la vida de sus hijos estuvo en peligro.

Y entiendo que los quieran proteger, pero necesitamos de su ayuda, de todos y aunque mis padres no me dejen formar parte de la agencia por mi seguridad los ayudaré, pero no estoy sola.

¿Creen que mis primos se han quedado de brazos cruzados porque mis tíos no los dejan?

Nosotros ayudamos desde la oscuridad, ayudamos a personas, aunque nuestros padres crean que estamos estudiando en alguna biblioteca o fuimos al cine.

Estoy consciente de que me están buscando a mí por ser descendiente de la bruja mayor, antes era mi madre, ahora soy yo a quien buscan y ya que es mi destino no me quedaré tranquila cuando puedo ayudar de alguna manera mientras pueda.

Soy más poderosa que mi madre por alguna razón y sumándole a eso, controlo otra habilidad adicional.

—¡Vamos chicos! vamos tarde—grité—no quiero problemas con el director Rous y que hable con mis padres.

—Lo sabemos Lucia, tenemos tú mismo problema ¿recuerdas?—habló Andrea rodando los ojos. Ella me odia, siempre peleamos y no sé por qué.

Todos corremos hacia el colegio que está a unas pocas calles de donde nos encontramos.

—Oigan, solo transportémonos y ya—todos se detuvieron al escuchar la propuesta de Felipe ¿Por qué no lo pensó antes?

Miramos alrededor para percatarnos de que nadie nos vea.

—Rápido—dije, acercándome a ellos.

Unimos nuestras manos y pronunciamos un hechizo tele-transportándonos al gimnasio del colegio. Nos dimos cuenta de que algunos estudiantes y el profesor de física se encuentran mirándonos anonadados.

—Grandioso ahora tendremos que borrarles la memoria a ellos—Andrea siempre está amargada.

Pronunciamos un hechizo y nadie recordará nada. Salimos con rapidez dispersándonos cada uno a su salón.

Siempre llegamos tarde porque nos quedamos dormidos por luchar con fantasmas en la madrugada o por entrenar en las mañanas. Hacemos un esfuerzo por llegar a tiempo, pero es imposible cuando ves fantasmas por todas partes.

Me dirijo a mi salón cuando Grace se cuelga de mis hombros.

—¡¿Otra vez tarde?!—sonríe—oye, hay un chico nuevo, deberíamos ir a ver quién es.

—Vamos—entrelazamos nuestros brazos y dejo que me lleve a donde se encuentra el chico.

La verdad no me interesa conocerlo, pero si decía que no, empezaría a hacer una rabieta y quien la aguante. Grace es mi mejor amiga desde que fue la única chica que se quedó conmigo cuando me veían hablar sola. Aunque en realidad no hablaba sola, ella se quedó conmigo y dijo que ella también tenía amigos imaginarios, le dije que no era un amigo imaginario sino un fantasma y aun así siguió conmigo hasta ahora.

El chico de largo cabello castaño, de ojos oscuros. Su cabello largo lo mueve a un lado con un movimiento de cabeza, se ve mayor para tener 17. Las chicas lo miran por  el simple hecho de ser el chico nuevo ya que no suelen haber chicos nuevos a menudo y sumándole guapo.

Pasa justo a nuestro lado guiñándonos un ojo y sonriéndonos, yéndose tras el director.

—Ya lo viste, vámonos—la arrastro conmigo a nuestra clase que de por si vamos tarde.

—¿Viste cómo nos sonrió? —asentí—se ve varonil, mayor—sonrió con picardía—me gusta.

—Aja—dije desinteresada.

—¿Por qué eres así? —se detiene, la miro sin entender—rechazas a cada chico que se te acerca, tienes 17 y no has tenido ni un novio Lucia.

—Sabes que no puedo—rueda los ojos.