Caza Zabat

Capítulo 13

Yo...la a-amo—mi padre presiona aún más contra su pecho.

¡Papá detente! —con telequinesis lo separo de él y Blake respira profundamente, me acerco a Blake sin importar lo que digan mis padres—¿estás bien?

Si—masajea su pecho—señor...—se aclara la garganta—comprendo su enojo hacia mí, pero yo amo a Lucia y lo que menos quiero es que le suceda algo porque me he enamorado de ella—me mira transmitiéndome tranquilidad—quiero protegerla de lo que se aproxima porque se cómo son los Zabat y no descansarán hasta verla morir...no confían en mí y lo entiendo, pero quiero que entiendan que mis sentimientos son sinceros hacia ella.

Sobre mi cadáver permitiré que salgan—no hay manera de convencerlo—largo de mi casa.

¡Papá basta! ¿Qué hay de mis sentimientos? —los miro a ambos—yo confío en él, no ha habido motivos que aseguren que ha intentado hacerme daño, el solo se ha encargado de ayudarnos, ayudarme y hacer que conociera el amor verdadero—mi padre rueda los ojos—tuvimos que esconderlo por ustedes.

¡¿Qué?!—lo eché a perder.

Por eso mismo lo ocultamos...

¿Hace cuánto?

Hace dos meses, señor y lo sentimos...

Ambos sabemos los riegos que corremos, pero solo queremos vivir el momento, cuando llegue ese momento en el que tendremos que luchar contra los Zabat, la maldición dice claramente que uno de los dos morirá y no quiero morir sabiendo que lo amé y no pude estar con él.

Cariño no morirás—asegura mi madre.

No lo sabemos mamá—me abraza.

Estás consiente de que ella es menor ¿verdad? —se cruza de brazos conteniendo la rabia que tiene dentro, todavía está enojado.

Si señor, soy consiente.

Puedo hacer que te encarcelen por seducir a una menor ¿verdad?

Si señor—Blake frunce el ceño.

Pero prefiero matarte con mis propias manos—aprieta los puños frente a el—pero no lo haré, no confío en ti—mi madre y yo lo miramos realmente sorprendidas. No creí que aceptaría tan rápido, en realidad no creí que aceptara—pero si le llegas a hacer algo, yo me encargaré de matarte—dicho esto se fue escaleras arriba.

Mi madre se fue tras él, pero sé que en el fondo no acepta esta relación.

Una vez que nos quedamos solos me lanzo a sus brazos aferrándome con fuerza a él, sus grandes brazos me abrazan con fuerza. Ya no tenemos razones para escondernos, podemos salir y pensar en nosotros cuando queramos.

Nada nos separará—me dice al oído sin soltarme. Un escalofrío me recorre al escucharlo y se siente bien.

Nada.

///

Por primera vez he llegado temprano al colegio y la razón en gran parte es para volver a ver a Blake.

Al llegar me acerco corriendo a Grace que se encuentra hablando con el director, la abrazo por la espalda mientras que el director me mira seriamente.

Es una sorpresa verla aquí antes de iniciar las clases—finge sorpresa, yo nunca le he agradado, ni a mis primos...yo creo que a nadie la verdad.

Los milagros existen director Rous—sonreí con sarcasmo.

Espero que ese milagro aplique para tus notas también—y así desaparece dejándome sorprendida.

¿De que hablaban? —me abraza.

De nada importante, quiere que me reúna con los organizadores del baile este año—dijo mientras empezamos a caminar hacia el salón de clases—¿entonces ya tienen el permiso de sus padres?

Con amenazas incluidas, pero si—sonreí.

Los chicos llegaron apresurados justo cuando sonó el timbre, me miraron seriamente y comprendí que fue porque no los esperé.

Lo siento—apresuré a decir.

Que estés enamorada no significa que nos olvides ¡eh! —dijo Felipe entrando a su salón, sorprendiendo a los demás.

¿Qué...? —la pregunta de todos quedó a medias cuando él se acercó y dijo:

Sale con Blake—y se fue corriendo.

¡¿Qué?!—dijeron todos.

También hui porque no quería explicarlo sin ponerme nerviosa y dejé a Grace que podrá contarles por mí. Contarle a Grace fue más fácil porque se lo dije por celular.

Al llegar al baño siento una mano jalarme y cuando miro ya nos encontrábamos en otro sitio. Blake nos había tele-transportado.

Escucha—me dice sorprendiéndome su frío tono de voz—algo va a suceder en el colegio, tuve una visión, había muchos policías y estaba repleto de personas sorprendidas, por favor ten cuidado—besa mi frente.

¿Por qué hablas como si no nos volviéramos a ver, me estas asustando? —agarra mi rostro entre sus manos.




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