Caza Zabat

Capítulo 22

Salgo cuando Cecilio me lo indica, llamo con telequinesis a mi madre que estaba preocupada de no verme.

Está vez cambiamos de planes, tengo que llegar hasta ellos y juntos eliminar con un hechizo a los espíritus negros y luego a los Zabat.

Pero mientras corro siento que atraviesan mi cuerpo, una y otra vez, espero el duro golpe contra el suelo, pero nunca llega porque unos brazos me detienen, miro hacia la persona y es Alonso.

¿Estás bien? —asiento levemente, el está realmente preocupado.

Cuando por fin logro levantarme, sin darme tiempo a más Blake me abraza, lo extrañé tanto. Yo también lo abrazo escuchando que susurra algo en mi oído y rápidamente me siento con fuerza.

Te amo, nunca lo olvides—sus labios se estampan contra los míos con fiereza.

Se que se está despidiendo y aunque me duela tengo que aceptarlo.

Yo también te amo, Blake—me sorprendo de que nos elevamos en el aire, pero es porque un letrero de uno de los juegos está cayendo.

Alonso está abajo, evito que le caiga con la ayuda de la telequinesis mientras le grito que se aleje. Él logra alejarse y me siento aliviada de que esté bien.

Los juegos se están derrumbando, a este paso va a ser difícil encontrarnos con tanto polvorín en el aire y escombros por todos lados.

Debemos encontrar a todos—asiente y comienza a alejarse, pero no quiero que se vaya de mi lado. Me tele-transporto apareciendo frente a el—no me dejes sola—su mirada se suaviza, se acerca besando mi frente con delicadeza.

Debo hacerlo pequeña, no te preocupes yo estaré bien, trata de llegar a donde tu gente, que te espera—y así se va.

Hago lo que dice sin más, pero siento un vacío repentino al verlo alejarse.

Encuentro a Leonardo y Andrea luchando con espíritus negros, están rodeados por más de diez de ellos.

¡¡ILUNTASUNA ARIMAK!!—grito con todas mis fuerzas y logro eliminar a la mayoría—recuerden los hechizos—les recuerdo—vamos, tenemos que reunirnos con los demás, no se alejen.

En el camino seguimos luchando, cada vez veo más Zabat y más espíritus negros. ¿Qué nunca se va a acabar?

Alonso se nos unió, Felipe que tiene una gran herida en la pierna también, lastimosamente no recuerdo ahora mismo un hechizo para curarlo. La tía Marlyn al vernos corre con una velocidad increíble.

Bebé—ve alarmada la gran herida de Felipe.

Llevémoslo con telequinesis hasta donde estén los demás, Leonardo encuéntralos con la clarividencia, yo me encargaré de despejar el camino.

De acuerdo.

Leonardo nos va diciendo donde se encuentran los demás mientras evito que nos ataquen, son demasiados juntos. De la nada sale Cecilio sorprendiendo a mi tía.

Ce-ce...—no logra articular la palabra.

Concéntrense—la tía Marlyn me mira como para corroborar que es cierto que está frente a nosotros, asiento y el le sonríe.

Seguimos ahora con su ayuda es más fácil alejarlos del camino.

Nos reunimos con mis padres y Fátima, rápidamente apareció el tío Darío y Ryan. Todos sorprendidos de ver a el tío Cecilio vivo.

Agárrense de las manos—dice él—el hechizo de espíritus negros...juntos...

Antes de que pudiéramos decir el hechizo siento que me empujan hacia atrás lejos de ellos. Al percatarme de que es un espíritu negro lo acabo con un hechizo.

Me ha dejado prácticamente del otro lado del parque de diversiones, debo actuar rápido. Debo hacerlo para que nadie muera.

Me tele-transporto apareciendo junto a mis padres.

Cariño—me abrazan.

Juntos—nos tomamos las manos con rapidez y pronunciamos:

¡¡ILUNTASUNA ARIMAK!!—todos los espíritus desaparecieron. Sonreímos aliviados de una carga menos.

Aún quedan los Zabat, pero será más fácil ahora que no tenemos que luchar contra los espectros.

¡Lucia! —busco de donde proviene la voz y veo al líder de los Zabat con varios de los nuestros y entre ellos está Blake, el tío Jason y la tía Natalie.

¡¡No!!—grita Darío al verla acorralada con un cuchillo en su cuello. La tía Marlyn no dice nada, pero en su expresión puedo ver el miedo.

Lucia ¿Qué te parece si los dejo vivir si vienes con nosotros? —sonríe socarrón—una vida por otras ¿trato?

Sin pensarlo ya me encuentro caminando e ignorando los gritos de los demás.

Eso, así me gusta—antes de llegar a él, me detengo y su sonrisa se esfuma.

Suéltalos primero—vuelve a sonreír con malicia.

Que astuta—los suelta, pero a Blake no—con el no hay trato.

Miro a Blake que me susurra, "no te preocupes por mí, solo huye" Está rodeado de muchos Zabat que le impiden liberarse. Él lucha con todas sus fuerzas diciéndome que me aleje, pero lo ignoro y me quedo esperando al líder de los Zabat que camina hacia mí.




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