Cazador de brujas

Capítulo cuarto: Extinción

IV

El dragón sobrevoló el firmamento, sería la última vez que los habitantes de la villa vieran semejante criatura, pues se trataba del último dragón del mundo.

 

Fátima despertó extrañada, no se encontraba en su habitación, comenzó a hacer memoria, llevaba dos días en la dimensión del Limbo y ahora estaba en una cabaña, semejante a la que había visto en su primer día, que había sido acomodada para ella.

Por fin entendía muchas de las cosas que le estaban sucediendo y estaba aprendiendo a utilizar su magia, un poder que la abruma a medida que lo entendía mejor. Aún así, tenía que volver, su madre se preocuparía si llegaba a casa y ella no estaba. En el Limbo no pasaba el tiempo como en nuestra dimensión, dos días allí eran tan solo dos horas en la tierra. En el limbo no había ni día, ni noche, pues no existía sol alguno que iluminara el oscuro firmamento con su luz.

Valtisca la estaba enseñando a usar su magia. Las brujas que allí se encontraban apenas tenían poderes, cuando se las mataba perdían la facultad de usar su energía en forma de hechizo, tan solo Valtisca y algunas de las brujas, que en vida habían sido las más poderosas, conservaban algo de su poder. La bruja madre, guardaba parte de su magia telepática, había sido la bruja más poderosa de la época vikinga, hasta que un cazador consiguió asesinarla, ahora gobernaba el Limbo y necesitaban de su ayuda, pues Fátima con su magia ancestral era la única que podía sacarlas de allí, por lo visto su poder era especial, pues era una bruja con alma, cuando estuviera preparada y fuera lo suficientemente poderosa podría liberarlas mediante una especie de ritual.

La soberana de las brujas, le había enseñado que existían cuatro tipos de poderes, que una bruja podía desarrollar, las más poderosas podían usar incluso tres, pero solo una bruja como Fátima podía desplegar los cuatro; estaba el poder telequinético, con este poder, podías controlar las fuerzas gravitatorias y el movimiento, podías mover un objeto a tu antojo fuera animado o inanimado, era el más simple de todos, el siguiente en la lista era el poder telepático, con este poder podías controlar y leer la mente de las personas, excepto la de los cazadores, después está el telemático con el tienes control sobre la materia, puedes crearla y destruirla mientras estuviera viva o muerta, además te permite controlar el tiempo, consiguiendo incluso crear portales para teletransportarte o hacer escudos de fuerza para tu protección o la de otros, según Valtisca había sido el causante de la explosión de las ventanas, por último el más común de todos, se trataba del poder de los cuatro elementos, con el podías controlar todas las fuerzas de la naturaleza, te permitía hacer pociones con hiervas y sanar a la gente, la bruja más poderosa sería capaz de ostentar todos aquellos poderes en su persona.

Fátima tras esta reflexión se levantó de la cama para ir a entrenar con Valtisca.

 

~•°•~

─ Concentrare Fátima, visualiza el cuenco en tu mente y destrózalo – exigió Valtisca exasperada.

Llevaban gran parte de lo que vendría siendo la mañana entrenando. A pesar de que Fátima llevase relativamente poco tiempo en posesión de sus nuevos poderes había aprendido mucho, pero por alguna razón, todo lo que fuese destrozar o aniquilar le costaba un esfuerzo mental bastante más superior en comparación con otros hechizos de distinta índole.

─ Creo que es hora de volver, vendré por la noche a seguir practicando ─ le aseguró Fátima.

─ Está bien, no pensaba que fueras a conseguir romperlo ─ dijo con indiferencia.

Fátima enfureció al instante. Valtisca era sabia y comprensiva, pero también era muy exigente y desagradable si se lo proponía; durante esos días la había machacado física y psicológicamente, pero al fin y al cabo lo que más le molestaba era que nunca era suficiente con ella, nunca lo hacía bien y siempre podía hacerlo mejor, a Fátima le hubiera bastado tan solo con una sonrisa de aceptación, pero la bruja no estaba dispuesta a ceder. Con este pensamiento de frustración el cuenco estalló al instante.

La bruja asintió conforme al fin ─ ¿sabes por qué es importante que aprendas a controlar tu magia lo más pronto posible?

Antes de que Fátima pudiera contestar a la bruja, esta volvió a hablar. ─ Porque de tus sentimientos emana tu fuerza y si no los controlas la magia se desata y ocurren cosas que no deberían ocurrir, como la explosión de las ventanas de tu clase.

"Captado, tenía que controlarse y no enfadarse por todo" pensó.

─ Lo entiendo ─ afirmó Fátima pensativa.




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