Voy conduciendo por la ciudad en busca de mi siguiente objetivo mientras el sol se oculta para dar paso a la noche, no pienso matarlo como uno podría creer con la palabra “objetivo”, soy un cazador de demonios que se dedica a deshacerme de los demonios malos y ayudar a las criaturas mitológicas y a los que se convierten en estas, Me gusta que me llamen Nick para que nadie sepa mi verdadero nombre que es muy vergonzoso, aunque en la ciudad soy conocido como el chico de la pizza soy el que caza demonios mientras todo duermen o toman una foto en el puesto de café más cercano, tengo un aclamado lugar en el consejo del mundo alterno, inframundo, mundo sombrío o como sea que le llamen las personas con las tantas historias ficticias sobre los cazadores de demonios, no tiene un nombre exacto asignado, así siempre ha sido y son los creadores de contenido los que ponen diferentes nombres sus mundos ficticios, hasta me resulta divertido entretenerme con esas historias y ver en lo que aciertan y en lo que no.
El día de hoy rescato a un chico de 19 años cerca del lago de la ciudad que se ha convertido en un tritón, parte de los míticos, como les llamamos a los que no son humanos, cazadores como yo o demonios. El chico quedó atrapado en el lago Alice’s tears cuando trataba de recolectar pruebas para hacer una limpieza al rio que ya no representa lo que su nombre indica, antes el agua era tan pura como las lágrimas de Alicia Lidell, la figura del pueblo gracias a una reedición de El país de las Maravillas que la sitúa en Pedderton View y que tuvo éxito. Reconozco al chico sin haber llegado a él, me dio un folleto para promover la limpieza del rio, incluso me ofrecí a firmar para la recolección de firmas que hace muchas veces por lo que sé. Quien diría que se convertiría en un mítico relacionado a lo que a él tanto lo apasiona, un tritón. El parque de la ciudad sigue abierto y con una fiesta cerca de mi objetivo, sacarlo del agua y traerlo al carro será de lo peor, entro al parque por la entrada de vehículos sin checar mi tarjeta o hablar al que velador nocturno, es un mítico que prefirió seguir con su vida normal y sabe que venir a una fiesta el sábado por las noches no es lo mío y estoy aquí para rescatar a un mítico.
— No me digas, niño rubio, otra emergencia —dije que nos conocemos, no que tenemos la mejor relación. El velador se saca el sombrero y veo como sus cuernos aparecen sobre su cabeza, es un fauno que mis padres ayudaron en su momento y lo ayudaron a reincorporarse al mundo moderno, lo que no es fácil por el shock de convertirte en algo que pensabas que era cuentos de hadas y todo eso. A diferencia de lo que se cree en la cultura popular, los verdaderos faunos son una combinación de humano y ciervo, y no de humano y una cabra, es muy confuso por los rasgos similares que tienen los faunos de la mitología y de la realidad.
— ¿Cómo crees? Estoy aquí para unirme a la fiesta, tomar alcohol hasta no poder y perder la virginidad en el lugar más cercano —como parte de nuestra relación amistosa-conflictiva el sarcasmo es lo más común y nunca falta en nuestra conversación.
— Es más posible que te tomes un retiro para ir a la universidad a ir a cualquier fiesta de la que te enteres, ve por esa emergencia y vete lo más rápido posible, montarán un escenario en quince minutos y no les gustara ver algo fuera de lo normal.
— Dame diez minutos, es un tritón en día de transformación, solo lo llevaré a la mansión y le explicaré lo de siempre como lo dice el protocolo de los cazadores de demonios —le explico lo mismo de siempre para enojarlo a propósito, sé que es malo hacerlo, pero cuando se enoja hace sonidos de ciervos que con su voz aguda resultan graciosos.
El velador asiente para librarse de mí y yo me voy caminando hacía el tritón del otro lado del río, lo bueno de tener un uniforme negro es que es casi indetectable en la noche, perfecto para pasar desapercibido sin usar la energía de invisibilidad que a la larga me termina agotando. Puedo ver al chico de piel color roble y cabello rizado tratando de ocultarse de los chicos que toman cerveza y se acarician sin control en cualquier lugar, puedo percibir sus emociones como si fueran un color, que en su caso es un verde grisáceo indicando el terror y la sorpresa que siente por haberse transformado en un mítico en un lugar tan público que antes creía seguro, me costará mucho hacer que pueda entrar al bosque sin desmayarse por los terribles recuerdos de este día. Considerándolo bien y tomando en cuenta a las transformaciones en toda la historia, podría haber mucho peores, la mayoría se transforman en lugares menos públicos y si están ahí tienen el instinto básico de correr y esconderse, son pocos los que quedan petrificados del susto o no les importa por razones personales, y esos mismo son los que crearon las leyendas, o las siguen manteniendo vivas, como el marino que se le ocurrió que era una excelente idea nadar en el lago local en escocia o la mitad de la vida de Vlad Tepes, o Drácula si lo conocen por las novelas y películas, un vampiro que podía soportar la luz solar y era descuidado con eso de ser un vampiro pensando que todos lo querían, eso de obtener sangre por los empalamientos no era un método discreto. A unos metros del chico, una pareja de novios que no pueden soltar sus labios se acercan más al tronco en donde el chico se está escondiendo, puedo sentir que su color cambia a un tono más oscuro, está muy aterrado y no sabe qué hacer. En estos momentos desearía que mi poder especial fuera las ilusiones como la chica de Virginia y no la clarividencia enfocada a las emociones y energía de las personas, podría aparecer un oso para espantarlos y recoger al chico, sería jodidamente épico, que no sería ético es otro tema que en mi trabajo no es tan tomado en cuenta, con rescatar al mítico y matar demonio es suficiente. No creo que pueda acercarme sin que me vean como un acosador o asustar a todos, debo ser discreto y eso implica hacerlo de la manera manual.
Editado: 02.03.2024